La Revolución Mexicana fue también una
revolución cultural que produjo en el país una efervescencia
expresada en la pintura, la música, la arquitectura, el
cine, la fotografía y la literatura.
El modernismo literario, la novela de la Revolución,
el muralismo pictórico habitando simbólicamente
edificios coloniales, la gráfica popular en la prensa,
el cine como documento visual, los corridos como narración
musicalizada y un nuevo urbanismo en zonas emblemáticas
como la ciudad de México son algunos ejemplos del intenso
movimiento cultural que dio expresión al México
postrevolucionario, dijo el arqueólogo Hugo Arciniega Ávila,
investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas
de la UNAM.
Para debatir y difundir ese legado cultural a 100 años
de su surgimiento, el Instituto de Investigaciones Estéticas
realiza, los martes y jueves de mayo a octubre, el diplomado “La
cultura artística en torno a la Revolución Mexicana”.
El evento está coordinado por el maestro Fausto
Ramírez y el propio Hugo Arciniega, y busca generar un
debate y actualizar las investigaciones que en torno a la cultura
de la Revolución.
El diplomado está dirigido a estudiantes, investigadores,
profesionales y público en general interesado en conocer
los diversos aspectos de la rica producción plástica,
literaria, musical y arquitectónica que tuvo lugar en el
país entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX,
debidamente situada en un dramático y cambiante contexto
histórico.
“Buscamos actualizar los enfoques para la mejor
comprensión del fenómeno artístico durante
la Revolución y el periodo post-revolucionario, profundizar
en los procesos culturales generados hace un siglo, reconocer
diferentes manifestaciones artísticas de ese periodo y
relacionarlas con el contexto histórico y visual en que
se produjeron”, mencionó.
Está dividido en tres módulos. El primero,
llamado “Del antiguo régimen a la Revolución”,
aborda el periodo de 1898 a 1920; el segundo, “Vanguardias
y resistencias”, se refiere a las expresiones ocurridas
entre 1920 y 1934; mientras, el tercero, “Institucionalización
y crisis”, recorre de 1934 a 1950.
El modernismo entre lo cosmopolita y lo nacional, la
transición de la escultura entre el realismo académico
y la conmemoración heroica; la fotografía en su
paso del costumbrismo al registro documental; la resignificación
del arte popular, el nuevo movimiento mexicano de la danza moderna
y el desarrollo de la antropología y la historiografía
del arte como afirmaciones del nacionalismo de Estado, son otros
de los temas.
El diplomado se llevará hasta el 5 de octubre,
los martes y jueves, de 17:00 a 21:00 horas, en el auditorio Francisco
de la Maza, del Instituto de Investigaciones Estéticas.
Se puede acudir previa inscripción, y se transmite
por videoconferencia a la Biblioteca Beatriz de la Fuente en la
sede del IIEs en la capital de Oaxaca.
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