Por sus investigaciones sobre la síntesis de antiandrógenos
esteroidales, que derivarían en compuestos para combatir
el cáncer de próstata y la hiperplasia prostática
benigna, el profesor de la Facultad de Química (FQ) de
la UNAM, Eugene A. Bratoeff, obtuvo el Premio Martín
de la Cruz, en Investigación Química y Biológica.
El galardón, es otorgado por la secretaría
de Salud a quien se distingue profesionalmente en investigación
científica aplicada al conocimiento en el desarrollo de
fármacos, a partir de compuestos vegetales.
La distinción (consistente en una medalla de oro,
diploma, y un estímulo económico) “es un aliciente
para que siga trabajando en este campo. Creo que hemos hecho ya
algunas contribuciones a la ciencia en la síntesis de esteroides
con actividad antiandrogénica. Hemos producido compuestos
que son muy activos, y actualmente, se realizan estudios toxicológicos,
para saber si estos compuestos son o no tóxicos”,
señaló Bratoeff.
“Me dio una satisfacción muy grande, porque
evidentemente hay gente que está evaluando y apreciando
el trabajo que hago para la ciencia”, puntualizó.
Los estudios
El cáncer de próstata ocupa el tercer sitio
entre las principales neoplasias en varones, debido a la sobreproducción
del andrógeno dihidrotestosterona.
Dada la dimensión de este padecimiento en México,
un equipo de trabajo de la FQ, encabezado por Bratoeff, investiga
nuevos derivados esteroidales, que podrían actuar como
inhibidores de la enzima 5-alfa reductasa, o antiandrógenos,
que se podrían utilizar en el tratamiento de esa enfermedad.
La materia prima utilizada para la síntesis de
este nuevo fármaco es el acetato de 16-dehidropregnenolona,
que se obtiene de la raíz de la planta Dioscorea compositae,
que crece en Veracruz.
En esta síntesis, la materia prima, el acetato
de 16-dehidropregnenolona, después de una serie de transformaciones
de grupos funcionales, se convierte en 3-beta-benzoiloxipregn-4-en-6,20-diona;
este producto final se evaluó in vitro como inhibidor
de la enzima 5-alfa reductasa.
Los resultados del estudio indicaron que este compuesto
tiene actividad inhibitoria para la enzima 5-alfa reductasa, 100
veces más alta que el fármaco del mercado utilizado
para el tratamiento de hiperplasia prostática benigna.
Además, las pruebas in vivo demostraron
que forma un complejo con el receptor androgénico mucho
más fuerte que el acetato de ciproterona, empleado para
el tratamiento del cáncer de próstata. En vista
de ello, esta sustancia y algunos de sus derivados se podrían
usar también contra ese padecimiento.
Estos compuestos se evalúan toxicológicamente
para determinar si los derivados esteroidales muestran una reacción
tóxica.
Bratoeff explicó que el exceso de andrógenos
en el organismo está relacionado con una serie de afecciones,
entre las que se encuentran el acné, la hiperplasia prostática
benigna y el cáncer prostático, que también
se vinculan a factores como edad, raza, actividad profesional
y circunstancias geográficas.
El cáncer de próstata y la hiperplasia
prostática benigna se asocian con la transformación
de la testosterona a su metabolito más activo 5 alfa-dihidrotestosterona,
en la presencia de la enzima 5-alfa reductasa y el cofactor NADPH
(forma reducida de la nicotinamida adenina dinucleótido
fosfato). La transformación consiste en la adición
del hidruro del NADPH a la posición 5 de la testosterona.
No obstante, la aplicación de antiandrógenos
en la terapia médica es restringida, debido a los efectos
colaterales que generalmente ocasionan alteraciones hormonales,
fallas cardíacas, retención de líquidos,
efectos hepatotóxicos e impotencia.
En el tratamiento de la hiperplasia prostática
benigna se usan actualmente inhibidores de la enzima 5-alfa reductasa.
Como consecuencia de esta inhibición se evita la formación
de la dihidrotestosterona y así se impide el crecimiento
de la próstata, que conduce a la hiperplasia prostática
benigna o al cáncer de próstata.