En las últimas décadas, el ser humano se
ha convertido en una especie amenazante para la vida. Si en la
actualidad muchos organismos se encuentran en peligro de extinción
se debe, en gran medida, a la conducta del hombre, advirtió
el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Asimismo, sostuvo que en las instituciones de educación
superior de México se cultivan conocimientos pero también,
en forma importante, se cultivan valores.
Al destacar la importancia de la riqueza biológica,
cultural y artística, sostuvo que como especie no podemos
acostumbrarnos a la diversidad social, situación que hace
que en el planeta existan mil millones de seres en condiciones
de pobreza, o más de dos mil millones sin acceso a las
condiciones sanitarias esenciales.
Cómo acostumbrarnos a aplacar nuestra conciencia
si hay 800 millones de personas que no saben leer ni escribir;
cómo acostumbrarse a esa diversidad tan espantosa, que
en realidad se debe llamar desigualdad, y que no podemos aceptar,
recalcó en la ceremonia inaugural del Año Internacional
de la Biodiversidad 2010.
En la apertura de la muestra “La Milpa: Baluarte
de nuestra diversidad biológica y cultural”, consideró
que lo esencial en el planeta, y en el universo, es el respeto.
“Es una buena ocasión para educar, aprender, reflexionar,
y también para hacer cosas que nos conduzcan en ese terreno
y en ese sentido”.
A su vez, el secretario del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat), Juan Rafael Elvira Quesada informó
que, a principios de 2007, se analizaron, junto con la Comisión
Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad, los registros
de las especies nativas de maíz, para determinar lo que
ocurría con las razas criollas y los parientes silvestres
de ese cereal.
En lugar de encontrar menos registros de los esperados,
a causa de la pérdida de biodiversidad o de ecosistemas,
se detectó mayor número. A la fecha, se han contabilizado
más de 22 mil 400 diferentes razas, distribuidas en todo
el país, excepto en la península de Baja California
y el Distrito Federal. De ellas, 21 mil 200 son diferentes tipos
de maíz criollo, y 610 de teozintle.
Para el rector de la Universidad Autónoma Metropolitana,
Enrique Fernández Fassnacht, estas casas de estudio tienen
gran responsabilidad en la formación de especialistas,
en investigación y desarrollo para atender los grandes
problemas nacionales, pero también deben hacer un esfuerzo
para fomentar la cultura por el respeto a la biodiversidad y al
medio ambiente.
En tanto, la directora general del Instituto Politécnico
Nacional, Yoloxóchitl Bustamante Ortiz, refirió
que cuando se habla de la naturaleza, sólo queda aceptar
que la soberbia humana ha llevado al desgaste de la biodiversidad
biológica a lo largo de los años, en que el hombre,
como especie, ha creído ser capaz de dominarla y subyugarla.
En su oportunidad, la directora del Instituto de Biología,
Tila María Pérez Ortiz, indicó que se debe
reconocer el fracaso colectivo de la humanidad, porque no hemos
alcanzado la meta de lograr, para 2010, una reducción significativa
en el ritmo de la pérdida de biodiversidad. Se estima que
en los últimos 30 años la abundancia de especies
de vertebrados se redujo a casi un tercio, mientras que cerca
de un cuarto de las especies vegetales están en peligro
de extinción.
Por último, la directora del Instituto de Investigaciones
Sociales, Rosalba Casas Guerrero, comentó que para la UNAM,
la celebración del Año Internacional de la Biodiversidad
ha sido la oportunidad para integrar esfuerzos, construir una
reflexión que exprese la riqueza y complejidad de nuestros
recursos, así como las amenazas a las que está expuesta
la diversidad biológica del planeta.
Con “La Milpa: Baluarte de nuestra diversidad biológica
y cultural”, a celebrarse hasta el próximo domingo,
la Universidad Nacional impulsa el intercambio y el diálogo
de conocimientos tradicionales y científicos, con el fin
de celebrar nuestra herencia y reconocer a este agroecosistema.
De esa forma, esta casa de estudios se suma a la declaratoria
del 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad por
la Organización de las Naciones Unidas. Con ello, se busca
difundir información, promover la protección del
entorno y alentar a cada miembro de la sociedad a asumir medidas
directas para reducir la pérdida de la riqueza biológica,
una iniciativa de la Unión Internacional de la Naturaleza.