Boletín UNAM-DGCS-304
Ciudad Universitaria.
14:00 hrs. 19 de mayo de 2010

José Luis Solleiro


FOMENTA LA UNAM, TRANSFERENCIA DE RESULTADOS DE SUS INVESTIGACIONES AL SECTOR PRODUCTIVO

 

• Cuenta con una cartera de alrededor de 100 proyectos, y se han firmado cerca de 50 convenios para licenciamiento de tecnología, desarrollo de la misma, y colaboración tecnológica con compañías
• Oferta servicios en la materia para micro, pequeñas y medianas empresas, dijo José Luis Solleiro, director general de Vinculación de la CID
• Además, se busca que los procesos generados trasciendan la producción de un bien o servicio, vía la incubadora de empresas Innova-UNAM

Con diferentes modalidades de trabajo, la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID) de la UNAM facilita y fomenta la transferencia de los resultados de investigaciones al sector productivo, realizadas en las distintas entidades académicas de esta casa de estudios.

A la fecha, se cuenta con una cartera de alrededor de 100 proyectos, unos que apenas inician, y otros más “maduros”; se han firmado cerca de 50 convenios para licenciamiento de tecnología de la Universidad, colaboración con empresas y desarrollo de tecnologías específicas, que respondan a necesidades expresadas por las compañías.

José Luis Solleiro, director general de Vinculación de la CID –creada en mayo de 2008–, expuso que las acciones se promueven en dos vías: “cuando tenemos listo el resultado de algún estudio, buscamos licenciar esa tecnología, propiedad de la Universidad, a un cliente, que puede ser una empresa, grande o pequeña”.

También se procede en sentido contrario. Se capta la necesidad de una compañía por una tecnología concreta, se elige la entidad académica que se encargue del proyecto, se genera una propuesta, se negocia con la contraparte y se hace el desarrollo y la transferencia.

Otra modalidad de trabajo es la oferta de servicios tecnológicos a micro, pequeñas y medianas empresas. Al respecto, Solleiro expresó que “estamos convencidos que, para ser competitivas, requieren un soporte tecnológico que permita certificar o acreditar sus procesos y productos, hacer pruebas, mediciones y análisis. Para ello se necesita equipo, del que no disponen, pero la Universidad, sí.

De ese modo, se ofrece acceso a esa infraestructura y a los técnicos especializados, además de consultorías y capacitación “a la medida”.

Asimismo, “nos acreditamos como organismo intermedio del Fondo PYME de la Secretaría de Economía. Se trata de canalizar un proyecto de una empresa pequeña para que sea financiado con recursos de ese fondo. Si se aprueba, el organismo intermedio recibe el dinero para administrarlo. Tuvimos una tasa de éxito de las solicitudes que presentamos en 2009, de casi 90 por ciento”, añadió.

Una estrategia más de trabajo, es que la tecnología que se genera en la UNAM trascienda la producción de un bien o servicio que, a su vez, satisfaga una necesidad de mercado y de la sociedad, vía la creación de nuevas empresas.

Para ello, recordó Solleiro, en octubre del año pasado se lanzó la Incubadora de Empresas de Alta Tecnología llamada Innova-UNAM, que cuenta con el apoyo de la SE.

“Se recibe financiamiento que sirve para apuntalar la infraestructura de la incubadora, y de manera importante, para apoyar los estudios y consultorías que requieren las empresas que están en ella, porque deben definir su plan de negocios, estrategia de mercadotecnia, diseño del producto, y sustentar la protección de la propiedad intelectual”.

También se ofrece a los emprendedores capacitación para que aprendan a manejar el dinero, y establecer una estrategia financiera y de mercado. Se labora con ellos en todo el paquete de capacitación para su desarrollo empresarial, resumió.

En octubre pasado, se recibió un buen número de candidatos para ingresar a Innova-UNAM; se aprobaron nueve proyectos y quedaron en lista de espera 40 más.

Se trata de empresas de universitarios, algunos estudiantes o recién egresados, que abarcan áreas como biotecnología, software y tecnologías de la información y la comunicación, tratamiento de aguas residuales, sistemas de apoyo a la educación científica y energías alternativas.

Una de ellas está tocando la puerta del mercado, y en un par de meses estará vendiendo; otras, trabajan apenas en el diseño del producto. “Significa que tendremos tiempos diferentes de egreso de la incubadora”, señaló.

Además, prosiguió Solleiro, estamos en el proceso de crear otras tres incubadoras o unidades Innova-UNAM: en las facultades de Ingeniería, y de Estudios Superiores Cuautitlán y Acatlán.

Para que los emprendedores tengan éxito, abundó, en un momento dado van a requerir financiamiento externo; la Universidad no ofrece recursos, pero sí una red de contactos hacia fuentes de financiamiento.

Una de las primeras medidas de la CID, fue participar en el llamado Club de Inversionistas, agrupación donde se presentan los proyectos a los interesados en invertir y convertirse en socios temporales de las nuevas empresas.

“Queremos apoyar a nuestros emprendedores para que su propuesta sea atractiva y se concrete”. Para ello, se firmó un convenio con Angel Ventures México; los “capitalistas ángel”, invierten en un proyecto que no esté aún bien definido, pero que sea promisorio; el acuerdo que tenemos es para gozar de un tratamiento privilegiado como Universidad Nacional, y para obtener mejor asesoría para los emprendedores, en materia de acceso al capital.

Para la etapa de post-incubación, es decir, para hacer el proyecto de empresa sustentable, consolidarlo y hacerlo crecer, intervienen instancias llamadas “aceleradoras de negocios”, que brindan un nuevo paquete de asesoría.

Para ello, la UNAM trabaja con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, para diseñar su esquema de aceleración, y también se firmará un convenio de colaboración con la aceleradora Endeavor.

Para 2011, sostuvo José Luis Solleiro, se tendrán las primeras empresas egresadas, que entrarán en ese proceso, pero la meta es, eventualmente, tener una aceleradora de negocios de la UNAM.

Mientras tanto, ya se abrió la convocatoria para recibir a la siguiente generación de emprendedores. “Al cierre del año se espera, cuando menos, duplicar el número de empresas. Se seleccionarán por el potencial del producto o servicio que pretendan vender, por la propuesta de negocios y, algo muy importante, identificar si realmente el emprendedor quiere ser empresario”.

De igual forma, se elabora el nuevo documento de solicitud de apoyo a la secretaría de Economía, y se tendrán acercamientos con los gobiernos del Estado de México y el DF, para procurar tener el mayor nivel de recursos disponibles en apoyo de los emprendedores.

Por último, mencionó la importancia de la propiedad intelectual. “En nuestra oficina nos encargamos de protegerla, en conjunto con la oficina del Abogado General”.

El año pasado, se atendieron solicitudes de entidades y académicos para resguardar las invenciones generadas en la UNAM, “pero nos percatamos que el número de solicitudes de patente era pequeño para las dimensiones de la Universidad. Por ello, se lanzó un concurso de inventiva, y creció la cartera de posibles invenciones para protección”.

Entre 2009 y 2010, se tendrán alrededor de 90 solicitudes de patente nuevas, es un primer paso importante, pero no se trata sólo de tener registros, sino de trasformarlos en un proceso o producto que se use, y que para la UNAM signifique contratos de licenciamiento de tecnología e ingresos. “Lo principal es que se vaya formando en la comunidad universitaria una mayor cultura de la propiedad intelectual”, finalizó José Luis Solleiro.


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Fotos

José Luis Solleiro, director general de Vinculación de la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM.