La crisis económica mundial más reciente
afectó de forma muy diferenciada a los países del
Grupo de los 20, afirmó Jorge Eduardo Navarrete, coordinador
del Programa Académico Prospectiva Global: Estudio de Futuros
del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias
y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
De éstos, los mejor librados y menos afectados
fueron aquellos que aplicaron con oportunidad y vigor acciones
anticíclicas a comienzos de 2008 y aún se mantienen
en vigor, y que, al respecto, comprometieron por lo menos cuatro
puntos del Producto Interno Bruto (PIB), recalcó.
Al analizar las políticas anticíclicas,
se puede afirmar que las más efectivas fueron las orientadas
a estimular el consumo de las unidades familiares mediante reducciones
de impuestos o subsidios directos, así como las dedicadas
a fomentar la inversión y el consumo de las empresas, mediante
políticas monetarias liberales, bajas tasas de interés,
expansión crediticia y reactivación de los ciclos
de circulación financiera, puntualizó.
Al participar en la mesa de Discusión de los avances
de investigación crisis y reactivación: rumbos y
desvíos, el especialista mencionó que su trabajo
forma parte de las actividades del proyecto Evolución
de las estructuras de poder mundial.
Esta crisis, indicó, desvió el rumbo de
las potencias en el escenario internacional e hizo que se rectificaran
muchos de los supuestos, respecto a cómo se configuraría
la distribución del poder global en los próximos
años.
Así, explicó, para los fines de este proyecto
fueron analizados los países del G20 (Alemania, Arabia
Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Corea, China,
Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón,
México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía
y la Unión Europea, representada por el país que
ocupa la presidencia del Consejo).
Por ejemplo, refirió, si se observa el comportamiento
de las economías de estas naciones entre 2008 y 2009, se
advierte que Australia, China, India e Indonesia no registraron
contracción económica alguna.
En el caso de México, aseveró, se combinaron
una respuesta tardía y claramente insuficiente ante una
crisis que se propagó rápidamente con menores exportaciones,
caída de los ingresos por remesas y turismo, y desplome
de la inversión extranjera directa, entre otros efectos
negativos.
Al comentar el trabajo, Jorge Basave Kunhardt, del Instituto
de Investigaciones Económicas de la UNAM, coincidió
con Eduardo Navarrete en que ante la crisis hubo un conjunto de
naciones que aplicaron muy a tiempo políticas anticíclicas
y les ayudó enormemente a solventar los momentos más
graves de este problema mundial.
En nuestro país, insistió, ocurrió
lo contrario, porque implementó tarde e insuficientemente
este tipo de medidas, y a pesar de las predicciones oficiales,
no se alcanzará este año un crecimiento sostenido
de tres por ciento.
A su vez, Ignacio Perrotini Hernández, profesor
de la Facultad de Economía de esta casa de estudios, comentó
que los avances presentados por el investigador del CEIICH, presentan
una tipología de la crisis global muy elocuente, porque
combina la profundidad, la duración de la recesión
y el impacto de ésta en el mercado de trabajo.