Boletín UNAM-DGCS-294
Ciudad Universitaria.
12:00 hrs. 14 de mayo de 2010

Felipe Vázquez Gutiérrez


EN EL CORTO PLAZO, POCO PROBABLE QUE AFECTE EL DERRAME DE PETRÓLEO A COSTAS MEXICANAS

 

• Adolfo Gracia Gasca y Felipe Vázquez Gutiérrez, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, refirieron que es difícil que la “mancha” llegue al Golfo de México, incluso por efecto de los huracanes
• Se trata de una situación delicada, un desastre, pero puede ser reversible, mientras se mantenga en la zona oceánica, donde hay menos posibilidades de afectar en forma grave al ecosistema
• Desarrolla la UNAM monitoreos sistemáticos para evaluar posibles impactos marinos a bordo del buque Justo Sierra
• La próxima semana, los investigadores del ICMyL de esta casa de estudios, realizarán una nueva campaña oceanográfica en el Golfo

El derrame de petróleo que se registra en el Golfo de México desde el pasado 20 de abril no representa un problema inmediato para las costas de México. En el corto plazo es poco probable que afecte al litoral de nuestro país, señalaron expertos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL).

Adolfo Gracia Gasca y Felipe Vázquez Gutiérrez refirieron que es difícil que la “mancha” llegue a Tamaulipas, incluso por efecto de los huracanes. Afectaría si se registraran vientos del norte, de Canadá o Estados Unidos hacia el Golfo, pero en aguas profundas.

Como parte del Proyecto Campaña Oceanográfica Multidisciplinaria que esta casa de estudios lleva a cabo desde hace más de una década en el Golfo y a bordo del buque Justo Sierra de la UNAM, la semana entrante iniciarán por 35 días un monitoreo constante para evaluar las condiciones del ecosistema marino.

El estudio integral, explicaron los investigadores, comprenderá de Veracruz al Caribe y aportará información básica para evaluar las condiciones de efectos futuros a causa del derrame, ya que medirá contaminantes en el fitoplancton, zooplancton, bentos, recursos pesqueros, calidad del aire y corrientes, entre otros.

Gracia Gasca, también coordinador del Consejo Académico del Área de las Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud, dijo que mientras el petróleo no alcance zonas costeras, el impacto a los ecosistemas es menor, aunque siempre existe. Esa es la ventaja del ambiente marino; aunque los daños no sean mínimos tiene una capacidad de regeneración y recuperación muy alta.

En contraste, abundó el ex director del ICMyL, las zonas costeras tienen menos capacidad de limpiarse. Esa es la preocupación principal: su llegada a las marismas de Louisiana y, eventualmente, a los everglades de Florida, zonas de refugio y criadero para muchos organismos marinos y aves.

“Se trata de una situación delicada, un desastre, pero puede ser reversible, mientras se mantenga en la zona oceánica, donde hay menos posibilidades de afectar al ecosistema del Golfo de México en forma grave”.

Lo más importante es que la fuga de petróleo se solucione en el corto plazo para que la perturbaciones ocasionadas sean las menores, porque entre más tiempo pase, habrá más contaminación y más riesgo, sostuvo.

Vázquez Gutiérrez, integrante del Laboratorio de Físico Química del Instituto, señaló que, según las estadísticas, los huracanes en esa zona se mueven al norte-noroeste y es difícil que uno de ellos “regrese”, salvo casos excepcionales.

Además, las corrientes marítimas también “suben” hacia el norte. De ahí, que sea difícil que el derrame alcance a México. Lo que puede ocurrir, tomando en cuenta que no va a parar en pocos días, es que vaya hacia Florida por la corriente del Golfo que llega por el Caribe y sale por esa zona.

Felipe Vázquez explicó que una de las características de los hidrocarburos es que se quedan en la superficie del mar, o si son muy pesados, se van hacia el fondo, pero no se quedan “en medio”, en la columna de agua.

Además, mencionó el académico, el petróleo que se está derramando es ligero, y se evapora con más facilidad.

También hay que tener presente que los organismos tienen la capacidad de desplazarse; si hay un derrame no se quedan en el lugar, se mueven a otras áreas. Y los que tienen pocas probabilidades de hacerlo como el fitoplancton o el zooplancton, no se encuentran en toda el agua, sino en zonas determinadas.

El grupo de trabajo de los científicos tiene información de aspectos químicos, físicos y biológicos del ecosistema del Golfo de México, que constituye un marco ecológico y de referencia para evaluar cualquier impacto futuro.

Si se llegara a dar el caso de que el desastre alcance la zona marina o costas mexicanas “tenemos estudios y una base de datos con los que podemos hacer estudios comparativos. Estaríamos preparados para dar una respuesta inmediata, desde el punto de vista científico, sentenció Vázquez.

Al respecto explicó que, desde 1995, en una serie de campañas oceanográficas, se ha generado un sistema de información geográfico-marino que ya fue entregado a Pemex y que se espera poner a disposición del público.

Se trata de un acervo de información único, integral, porque contiene datos no sólo del agua, sino de sedimentos y del aire, que ni en Estados Unidos existe, y que se ha obtenido con equipos de la UNAM a bordo del buque Justo Sierra, añadió Gracia.

Por último, los expertos dijeron que ante el derrame petrolero se han tomando las medidas adecuadas. “Es lo único que se puede hacer y esperar a que disminuya la presión del pozo. Eso significa que va a seguir saliendo hidrocarburo. ¿Cuánto tiempo más? Depende del yacimiento. Perforar otro pozo sería un alivio, ayudaría, pero tardaría tres meses construirlo”.

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Fotos

Adolfo Gracia Gasca, coordinador del Consejo Académico del Área de las Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud.

Felipe Vázquez Gutiérrez, expertos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL).