El calentamiento global ha causado la extinción
del 12 por ciento de las poblaciones de lagartijas que viven en
México, uno de los países con mayor diversidad de
reptiles en el planeta, reveló un estudio internacional
publicado en la revista Science.
A nivel mundial, la situación también es
alarmante, pues desde 1975 y hasta la fecha, en el planeta ha
desaparecido casi el cuatro por ciento.
De no frenarse de inmediato el calentamiento global,
para 2080 la extinción de esos reptiles será de
20 por ciento, advierte el análisis, encabezado por el
investigador estadounidense Barry Sinervo, de la Universidad de
California en Santa Cruz, y en el que participó Fausto
Méndez de la Cruz, del Instituto de Biología (IB)
de la UNAM, entre otros científicos de varios países.
Se compararon datos de poblaciones de lagartijas presentes
en los cinco continentes; con esa información, detalló
Méndez de la Cruz, se desarrolló un modelo de riesgo
de extinción, que incluye variables climáticas y
fisiológicas relacionadas con la regulación térmica
de estos reptiles.
El trabajo concluye que podrían desaparecer de
la faz de la Tierra mil 300 especies de las cinco mil 100 conocidas,
debido a la paulatina extinción del 39 por ciento de las
poblaciones locales.
Focos rojos para la biodiversidad
De acuerdo con el estudio, si no se reducen las emisiones
de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono),
podrá extinguirse el 20 por ciento de las lagartijas antes
de fin de siglo.
Por desgracia, ya es inevitable la desaparición
del seis por ciento de las especies para 2050, añade la
investigación, que califica de “desalentador”
el panorama para un grupo animal, con presencia en muchas regiones
del planeta, y cuya diversidad es aún poco conocida.
El cambio climático global es una grave amenaza
para todos los biomas y ecosistemas. Los organismos generalmente
responden a los cambios ambientales a través de mecanismos
como la migración hacia otros sitios, o la adaptación
local, ajustando su comportamiento y fisiología, señaló
Méndez de la Cruz.
Pero cuando las especies no cuentan con el tiempo suficiente
para adecuarse, las poblaciones sufren un colapso demográfico,
que continúa hasta su extinción. Desafortunadamente,
“el calentamiento global avanza más rápido
que la capacidad evolutiva de las lagartijas”, reconoció.
Estos animales buscan todas las soluciones a su alcance
para sobrevivir, y aunque tienen gran capacidad de adaptación
a diferentes ambientes, dependen de la temperatura y la radiación
solar.
“Cuando en esta colaboración con Barry
Sinervo realizamos un estudio de distribución de lagartijas
en montañas cercanas a la Ciudad de México, como
el Ajusco, nos percatamos que las poblaciones que habíamos
analizado años atrás ya no estaban, y su ubicación,
a una altura máxima de tres mil metros, ahora la encontramos
a tres mil 500 metros, lo que representa un cambio muy drástico,
pues los huevos no eclosionaban por el frío”, explicó.
La pérdida de grandes poblaciones de lagartijas
y lagartos tendrá consecuencias para toda la cadena alimentaria,
que sufre ya un desequilibrio en muchas regiones del mundo, destacó.
“Las lagartijas son presas comunes para aves, mamíferos
y algunos reptiles más grandes, que con esta reducción
de población tendrán menos alimento; también,
son depredadoras de insectos y, en ese sentido, controladoras
de plagas”, indicó el investigador del IB.
México es uno de los países megadiversos
del mundo, y es uno de los que tiene mayor cantidad de reptiles.
“La extinción de las lagartijas representa una seria
amenaza a su biodiversidad”, resumió el universitario.
En la nación, existen mil 204 especies de anfibios
y reptiles, el 60 por ciento de ellos son endémicos, y
de esa cantidad, 400 son lagartos. Es decir, aquí habitan
cerca del nueve por ciento de los lagartos descritos hasta ahora
en el planeta.
Mucho Sol, poco alimento
El estudio, que incluyó el análisis de
48 especies de lagartijas que residen en 200 regiones del mundo,
reveló que el blanco de afectación por el calentamiento
global es el mecanismo termorregulador de esos reptiles.
Normalmente, se exponen al Sol para regular su temperatura
corporal, pero después de cierto tiempo se resguardan en
un sitio más fresco.
Ahora, para escapar del exceso solar, pasan escondidos
más tiempo del habitual; en consecuencia, se alimentan
menos, se debilitan y reducen su reproducción.
Méndez de la Cruz reconoció que, al calentamiento
global, se suman otras amenazas, como la fragmentación
y pérdida de su hábitat, la deforestación,
los pesticidas, la caza y comercio.