En México, el principal problema de salud mental
es la ansiedad, padecimiento que los niños comienzan a desarrollar
entre los cuatro y seis años de edad, y es uno de los más
frecuentes, afirmó la responsable de Atención Psicológica
Infantil del Centro de Servicios Psicológicos “Guillermo
Dávila” de la Facultad de Psicología (FP) de
la UNAM, Andrómeda Valencia Ortiz.
Este trastorno, agregó, se distingue por ser una
respuesta emocional exagerada ante una situación novedosa
o de temor; está muy asociado, por ejemplo, con el primer
ingreso a la escuela aunque también se vincula con padres
ansiosos.
Algunos de los síntomas que los niños presentan
en torno a la ansiedad son: apego, inseguridad, y falta de interés
por explorar espacios nuevos que no sean a los que ya están
acostumbrados, detalló.
También, resaltó que la ansiedad se relaciona
con otro tipo de padecimientos o alteraciones cuando los infantes
crecen, es decir, comienzan a detectar falta de habilidades sociales
y se manifiestan consecuencias a nivel fisiológico.
Es entonces cuando los niños registran síntomas
de gastritis, dermatitis nerviosa, úlceras y problemas vinculados
con trastornos emocionales agudos, sobre todo con situaciones de
estrés, destacó.
Asimismo, refirió que otro de los padecimientos
que pueden manifestar es la depresión, derivado de que las
madres cuentan con antecedentes de haber presentado cuadros al respecto.
Así, los menores tienen un componente hereditario
importante; además al estar dentro de una familia donde los
padres también son depresivos o desarrollan este tipo de
reacciones frente a los problemas, aprenden a responder de esta
manera.
Valencia Ortiz mencionó que en el caso de los padecimientos
emocionales en infantes, pueden pasar incluso años sin que
los progenitores perciban que el niño los presenta.
Más del 50 por ciento de los niños que acuden
al Centro de Servicios Psicológicos de la FP de la UNAM,
lo hacen por problemas de conducta. Al realizarles una evaluación
psicológica, la mayor parte padece depresión o ansiedad;
el otro porcentaje, arrojaría el diagnóstico de problemas
de conducta como hiperactividad, déficit de atención
o agresividad.
De igual forma, existen problemas emocionales vinculados
por ejemplo al abuso sexual, al maltrato infantil, al secuestro
y a la salud física, enfermedades crónico-degenerativas.
Este Centro también atiende a pequeños que
acuden por el proceso de adaptación del divorcio de sus padres,
pues en muchas ocasiones tienen que acostumbrarse a vivir con los
abuelos o sólo con la mamá o el papá. Esta
combinación de nuevas familias los lleva a necesitar un pequeño“ajuste”
para adquirir mejores habilidades, finalizó.