Boletín UNAM-DGCS-253
Ciudad Universitaria.
12:30 hrs. 24 de abril de 2010

 


PRESERVAN VIRTUALMENTE MURALES DE CACAXTLA

 

• Asistidos por nuevas tecnologías, miembros del seminario La pintura mural prehispánica en México, han reconstruido los invaluables documentos
• No se trata de repintarlos ni de restituir sus ‘lagunas’, o intervenir su pintura original, sino mantenerla en el mejor estado y hacer reconstrucciones de manera virtual, dijo María Teresa Uriarte, del IIE de la UNAM
• Publicarán un libro donde se precisan datos, que hasta hace unos años habían sido concluyentes y, a la vez, se documentan verdaderos hallazgos

Recientemente, el seminario La pintura mural prehispánica en México, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, conducido por María Teresa Uriarte, concluyó el estudio de los murales de Cacaxtla, en Tlaxcala.

Es esa tarea participó un grupo multidisciplinario de académicos y especialistas, del país y extranjeros; después de un tiempo, la investigación y discusión colegiadas permitieron el análisis de los murales, cuyo libro está por aparecer, refirió Uriarte, también investigadora del IIE.

Asistidos por nuevas tecnologías como rayo láser, posicionamiento satelital y paquetería de última generación en tercera dimensión, entre otras, los miembros del seminario han reconstruido, de manera virtual, los invaluables documentos pictóricos del sitio, con el fin de preservarlos.

“Con esta contribución, quedarán atrás las dificultades y desventajas que traía aparejadas el acto de intervenir los murales. No se trata de repintarlos ni de restituir sus ‘lagunas’, como proponen algunos restauradores; no se trata de intervenir su pintura original, que es un legado, sino de mantenerla en el mejor estado posible y hacer todas las reconstrucciones que se requieran de manera virtual”, explicó.

El Mural de la Batalla

Fundado en 1990, este seminario ha publicado 10 libros: Teotihuacan (tomos I y II; 1995-1996), Área maya (tomos I, II, 1998; III y IV, 2001), Oaxaca (tomos I, II, 2005; III y IV, 2008), así como los textos de divulgación dirigidos a públicos no especializados Bonampak, voces pintadas, Muros que hablan y Fragmentos del pasado.

Ahora, en el nuevo libro sobre Cacaxtla se precisan datos, que hasta hace unos años habían sido concluyentes y, a la vez, se documentan verdaderos hallazgos.

En la pintura conocida como “Mural de la Batalla”, ejemplificó, desde diversos puntos de vista se hizo una descripción de cada uno de los personajes que la integran, lo que permitió elaborar una explicación más certera.

Ahora sabemos que ese mural no refiere una batalla, como se creía, sino un sacrificio. Si hubiera vencedores y vencidos, habría armas, pero sólo el personaje 10 del muro poniente aparece con una, aunque no queda claro si su actitud es beligerante o no, dijo.

Muchos otros tienen actitud de ser cautivos, incluso llevan los brazos amarrados. A otro personaje parece que le sacan el corazón; otro más, lo tiene de fuera. “Estoy convencida que se trata del ritual del sacrificio del maíz, que en la visión cósmica prehispánica tenía una enorme importancia”, apuntó.
El Mural de la Batalla y su estructura artística preconcebida

Al concebir el seminario, Beatriz de la Fuente, maestra de Uriarte, se propuso reunir en una investigación de largo aliento a historiadores del arte, arqueólogos, antropólogos, astrónomos, biólogos y epigrafistas, tanto de la UNAM como de la Escuela e Instituto nacionales de Antropología e Historia, y de organismos extranjeros, para descifrar de mejor manera el mensaje de la pintura mural prehispánica.

Esos legados, prosiguió Uriarte, son ejemplo de arte y funcionan también como medios de comunicación, instrumentos de dominación de las dinastías dirigentes, testimonios simbólicos y documentos históricos.

“La composición del ‘Mural de la Batalla’ está dispuesta en triángulos, lo que hace que haya movimiento y armonía en su lectura; es decir, tiene una estructura artística preconcebida, una estructura geométrica perfecta que permite categorizarlo como arte.

Además, sus autores combinaron colores para crear un entorno simbólico. El azul del fondo (seguramente de origen maya) no sirve para establecer un entorno preciso, geográfico, sino para dar una referencia mítica a un vago universo”, afirmó.

En este lugar liminar, que se mueve entre la realidad y el mito, es donde se desarrolla el sacrificio, en el que se percibe una visión vinculada directamente a la sobrevivencia cotidiana de los pueblos que habitaron Cacaxtla.

También, constituye un documento histórico, de usos y costumbres, pues un observador atento puede vislumbrar la importancia social de sus personajes, de acuerdo con la ropa y las joyas que llevan.

“Por otra parte, al analizar en éste y otros murales las figuras de los gobernantes, se ha encontrado que los sistemas de gobierno del universo mesoamericano eran prácticamente iguales, y lo que resulta impresionante es la vinculación comprobada de la pintura de Cacaxtla con la pintura maya”, añadió Uriarte.


Tarea multidisciplinaria

Tras 20 años de investigación y acumulación de conocimientos, el seminario La pintura mural prehispánica en México, sigue sumando hallazgos.

Los trabajos de estudio y discusión se realizan de manera colegiada, lo que permitió a los investigadores superar las conclusiones anteriores respecto de los personajes, tanto de la estructura B, como del pórtico del edificio A, del llamado Templo Rojo y del Templo de Venus.

La confluencia de distintas disciplinas hizo posible una mejor comprensión del mensaje de quienes pintaron los muros de Cacaxtla, indicó la investigadora del IIE.

“Discutimos todos los jueves por la mañana, durante meses. Mientras los historiadores decíamos que tal personaje aparecía con piel de jaguar, los biólogos corregían: ‘no, la mancha del jaguar no es así. Esa mancha corresponde a un ocelote o esta otra a un tigrillo’, al tiempo que mostraban las pieles de esos felinos. Ante tal evidencia no había más que darles la razón”.

Así, la vestimenta de uno de los personajes, que se suponía era de jaguar, resultó diferente y, además, con cabeza de cánido. Lo mismo sucedió con otro protagonista del que siempre se había dicho que estaba vestido de ave. Esas precisiones las hizo Fernando Guerrero, alumno Lourdes Navarijo, del Instituto de Biología, que tiene años trabajando en el seminario.

La labor de los diseñadores gráficos en cada tramo de un mural es esencial. Toman fotografías in situ con la metodología del caso. Hacen varias versiones de cada detalle, figura por figura, para tratar de conformar, de la manera más completa posible, la imagen.

Esto es determinante en las “lagunas”, es decir, en aquellas partes del mural donde no hay información.


Por lo que se refiere al citado mural, sus ‘lagunas’ no se tocaron, pero el trabajo de los diseñadores hizo ver con claridad que había un personaje rapado, tonsurado, sólo con unos mechones de pelo. Este dato, estudiado con los parámetros de la iconografía, ha permitido identificar representaciones similares en otros sitios, específicamente en el área maya, donde se hace alusión a los dioses del maíz, explicó.

Herramientas para el futuro

Para estudiar a fondo qué es un mural, los investigadores deben conocer, además, la opinión de los restauradores.

“Ellos saben de química, de física y cómo trabajan los distintos materiales que lo integran cuando se frota su superficie de cal. Saben también cómo se obtuvieron, de dónde vienen los pigmentos, y cómo trabajan los colores. No podríamos hacer nuestra labor sin el concurso del conocimiento interdisciplinario, ésta es una de las grandes fortalezas de nuestra Universidad”, prosiguió.

En cuanto a los alcances del seminario La pintura mural prehispánica en México, se podría recordar el hallazgo de Alfonso Caso, en la tumba 7 de Monte Albán, en 1932.

“Lo que hacemos es proporcionar herramientas a los investigadores del futuro para que obtengan, por medio de la pintura mural, información cada vez más completa de lo que fue el pasado prehispánico. El conocimiento se construye así”, concluyó Uriarte.

Fotografías de los murales prehispánicos en la red

En la página electrónica del seminario La pintura mural prehispánica en México (www.pinturamural.esteticas.unam.mx), se pueden consultar ocho de los 10 libros publicados hasta la fecha, con sus respectivas fotografías, así como todos los números de su boletín informativo, que se edita desde 1990.

Este sitio web ofrece también una liga al Museo de la pintura mural de Teotihuacan, y un blog donde se intercambian puntos de vista.


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Fotos

Detalle del Mural de la Batalla, ubicado en Cacaxtla, Tlaxcala.

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