Si bien es cierto que el Estado laico no garantiza
la igualdad, es preciso reconocer que sin éste tampoco
puede haber democracia. Así quedó manifiesto en
el inicio del Seminario Estado laico y libertad de creencias,
en el que académicos de la UNAM y legisladores de distintas
fuerzas políticas debatieron en torno a este tema de
la agenda nacional.
El evento fue inaugurado por Luis Raúl González
Pérez, abogado General de esta casa de estudios; Héctor
Fix-Fierro, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas
(IIJ); Ruperto Patiño Manffer, director de la Facultad
de Derecho, y Gilberto García Santamaría, director
de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, quienes
destacaron la importancia de que los universitarios participen
en el análisis y discusión de un asunto tan vigente
como el laicismo.
En la mesa Laicismo y desarrollo democrático,
Arnaldo Córdova, integrante del Instituto de Investigaciones
Sociales, afirmó que, en términos jurídicos,
la libertad tiene sus límites y, en ese sentido, el hecho
de que a los sacerdotes se les impida participar en la política
no sólo está establecido en la Constitución,
sino es algo que el mismo derecho canónico les impone.
Posteriormente, en la mesa Libertad de creencias
y Estado laico, los expertos también coincidieron
en señalar que sin laicidad no puede haber un ambiente
democrático.
El ex rector de la UNAM e investigador emérito
del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Jorge Carpizo,
expuso que el Estado laico es sinónimo de democracia,
derechos humanos, pluralismo, tolerancia, principio de igualdad,
no discriminación y respeto a las minorías. “La
democracia es laica, o no es democracia”.
Francisco José Paoli Bolio, también del
IIJ, explicó que es necesario entender el proceso de
la difícil construcción de la laicidad en México.
Es necesario ver en perspectiva histórica esa larga lucha.
Las difíciles relaciones entre el Estado y las iglesias
se deben analizar en sus momentos de conflicto generalizado,
sostuvo.
Por su parte, Roberto Blancarte, director del Centro
de Estudios Sociológicos de El Colegio de México,
señaló que la condición laica es la mejor
garantía de libertad religiosa, aquella que posee cada
persona para creer en lo que quiera, o en nada, de manera individual
o colectiva, privada o pública. “Se dice fácil,
pero ahí empiezan los problemas”.
En su oportunidad, Pablo Gómez Álvarez,
senador por el PRD, dijo que debe haber un acuerdo entre Estado
y clero, donde éste último acepte las reglas de
la democracia. El senador priísta, Pedro Joaquín
Coldwell, consideró que el laicismo es el más
adecuado para proporcionar una base común a todos los
ciudadanos, sea cual fuere su creencia religiosa.
En tanto, el senador panista, Alejandro Zapata Perogordo,
aseveró que no se puede concebir la democracia en un
país si éste no es laico, aunque con libertad
de creencias. A su vez, la senadora priísta María
de los Ángeles Moreno, refirió que todos tenemos
obligación de cumplir la ley, incluidas las asociaciones
religiosas.