Marcos Moshinsky Borodiansky ha sido uno de los científicos
más influyentes y reconocidos en la historia de la ciencia
de nuestro país. Contribuyó a la profesionalización
de esa actividad y al desarrollo del oficio del investigador
en México, afirmó el rector de la UNAM, José
Narro Robles.
Además, hizo importantes aportaciones significativas
a la cultura y a la ciencia nacionales; tuvo una presencia sobresaliente
en el ámbito de la investigación, y más
allá de su propio campo, aportó a la construcción
del sistema nacional de ciencia y tecnología, añadió.
En la ceremonia de homenaje al físico, celebrada
en el Patio Principal del Palacio de Minería, Narro Robles
expuso que este reconocimiento tiene la función de volver
los ojos no sólo a un pasado reciente, sino fijarlos
en un horizonte de futuro, donde Moshinsky resulta un referente
para motivar el esfuerzo de las nuevas generaciones.
Constituye, abundó, un modelo de universitario
y académico integral que supo conjugar y cultivar diversos
intereses en diferentes ámbitos del conocimiento y del
quehacer humano. “Con su desaparición, la UNAM
y el país no sólo perdieron a uno de sus académicos
e intelectuales más distinguidos, sino a un gran líder
científico y moral”.
En nombre de la familia del físico, fallecido
el uno de abril de 2009, Abraham Klip Moshinsky sostuvo que
su tío se dedicó en cuerpo y alma a la Universidad
Nacional. Su amor a la familia, a la educación, a impulsar
a los jóvenes y a prepararse para ser mejores, son valores
que representan su esencia indivisible.
Por su parte, Guillermo Monsivais Galindo, director
del Instituto de Física (IF), al hablar de Moshinsky
como miembro de esa entidad, señaló que se trata
del físico mexicano más conocido en el mundo,
y el investigador que más lustre ha dado a esa entidad
universitaria. “Su perfil de académico es el legado
más importante que deja a la UNAM y en particular al
IF; constituye un ejemplo excelso a seguir”.
Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Desarrollo
Institucional y presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias,
destacó que Moshinsky Borodiansky, también miembro
de esa organización, se dio cuenta que el conjunto de
conocimientos era la puerta del futuro. Sus acciones y palabras
reflejaban su pasión por la profesión y por la
formación de los nuevos investigadores. Su dedicación,
disciplina y talento lo definen como un mexicano ejemplar, orgullo
para la UNAM, para esa instancia y para el país.
En su oportunidad, Manuel Peimbert Sierra, presidente
en turno de El Colegio Nacional, recordó que Moshinsky
fue electo miembro de esa institución en 1972, y estuvo
activo hasta sus últimos días. Todos sus esfuerzos
se encaminaron al establecimiento de una tradición científica,
necesaria para el desarrollo del país y de toda Latinoamérica.
En tanto, Jorge Flores Valdés, coordinador del
Consejo Consultivo de Ciencias, manifestó que el físico
de origen ucraniano fue, como académico, un gran hombre
de ciencias; luchó por mejorar el ambiente académico
que lo rodeaba, atacaba problemas de frontera con técnicas
novedosas que él mismo desarrollaba, y publicó
en las mejores revistas. Fue muy prolífico, y guía
de un gran número de investigadores mexicanos y extranjeros.
A su vez, Luis Felipe Rodríguez Jorge, presidente
de la Sociedad Mexicana de Física, refirió que
el desaparecido investigador emérito de la UNAM, siempre
tuvo muy cerca del corazón y del cerebro a esa agrupación,
de la cual formó parte, y donde inspiró a sus
otros miembros por su profesionalismo y dedicación. Sin
importar los años y los problemas, siempre fue creativo.
Asistieron a la ceremonia, el ex rector José
Sarukhán y Olga Hansberg, presidenta en turno de la Junta
de Gobierno, entre otros directores, investigadores y alumnos.