En el tratamiento contra el cáncer, una posibilidad
complementaria es la introducción de medicamentos citotóxicos
(tóxicos para las células) en el interior de nanotubos
o tubos de carbón (CNTs), transportados por medio de
proteínas o anticuerpos específicos, y enviados
a las células tumorales.
Aunque este método se encuentra en su fase teórica,
una de sus ventajas es que sería dirigido casi exclusivamente
contra las células neoplásicas (tumorales), en
un tratamiento muy especifico a esa tarea, aseguró Carlos
Kubli Garfias, integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas
(IIB) de esta casa de estudios.
Algunos ejemplos de sustancias citotóxicas que
podrían introducirse en los CNTs para ese fin, serían
agentes alquilantes, antimetabolitos, mostazas nitrogenadas
y esteroides, entre otros, señaló.
Con esta técnica se podrían atacar pequeños
tumores que podrían contribuir a la recaída de
un paciente. Después de una aparente cura, las reincidencias
pueden ser mortales, pero con la acción del método
propuesto con los nanotubos sería factible controlarlas,
y liquidar la masa de células antes que adquiera dimensiones
imposibles de manejar, puntualizó.
En el seminario “Tres modelos biológicos
aplicados a la nanotecnología”, detalló
que ante la problemática del cáncer en México
y el mundo, es posible que con la utilización de los
CNTs se requiera menor tiempo de hospitalización y tratamiento,
y por consiguiente, se brinde mejor calidad de vida al paciente.
Los nanotubos, prosiguió Kubli Garfias, tienen
espacio en su interior y son muy positivos por fuera y por dentro,
de acuerdo con su potencial electrostático; en los bordes
también se presentan características negativas
y positivas. Por ello, es importante estudiar su interacción
con los citotóxicos antes de introducirlos y mandarlos
a las células tumorales.
Otras ventajas de este método, dijo en el auditorio
Alfonso Escobar Izquierdo del IIBm, es que ofrece un
tratamiento múltiple, que mejoraría las probabilidades
de éxito porque se produce un sinergismo, que suma las
acciones citotóxicas.
Asimismo, abundó, la acción podría
ser rápida y selectiva, y el periodo de administración
corto, porque la efectividad del proceso sería mayor.
Además, las dosis pueden ser menores dada la selectividad.
Sin embargo, el científico universitario reconoció
que todavía hay controversia en el medio sobre si los
tubos son o no tóxicos, aunque se sabe que en función
neutralizan su toxicidad que, en todo caso, se daría
dentro de la célula maligna, comentó.
La fisicoquímica de estos tubos es espectacular.
Los electrones viajan sin resistencia, sin oposición
y se pueden trasladar como ondas o partículas; con cualidades
de onda pasan fácilmente las barreras energéticas,
por lo que no hay que gastar energía, como sucede normalmente
en un mundo más grande, ejemplificó.
Se pretende, una vez que se tengan los tubos con los
citotóxicos, agregarlos a anticuerpos monoclonales (homogéneos,
producidos por una célula híbrida, producto de
la fusión de un clon de linfocitos B descendiente de
una sola y única célula madre y una célula
plasmática tumoral) específicos para células
cancerosas, que funcionarían como transporte.
Ya se simulan algunos nanotubos cargados con el anticuerpo
monoclonal; es decir, lo llevan de manera más o menos
segura, para que no se quede en la sangre o en otro lugar, sino
que vaya directamente a donde tiene que ir, “porque el
anticuerpo es específico contra algunas proteínas
expresadas en la membrana de la célula maligna”.
Cuando el anticuerpo con los nanotubos cargados (pueden
llevar uno, dos o tres citotóxicos) llegan a la proteína
antigénica que se pretende atacar, el mecanismo esperado
es la formación de un endosoma (vesícula con membrana
encargada de transportar el material procedente del exterior,
que ha sido captado e interiorizado mediante endocitosis); inmediatamente
se desprenden y abren los tubos, con la consecuente liberación
de los citotóxicos.
En este proceso de apertura, los tubos son atacados
por ácidos y radicales libres de oxígeno; asimismo,
se podría integrar un sistema de rompimiento. Dentro
del tratamiento complementario contra el cáncer se cuenta
la oxigenoterapia, que podría favorecer la apertura de
los CNTs dentro de la célula maligna.
Este proyecto se realiza en colaboración con
la Texas A&M University en College Station Texas.