La nicotina, una popular sustancia
alcaloide presente en el tabaco, podría ayudar a personas
con esquizofrenia a recuperar algunas actividades cognitivas como
atención, concentración, aprendizaje y memoria.
Así lo revela una investigación del psicólogo
y doctor en neurociencias de la conducta Hugo Sánchez
Castillo, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM,
quien realiza una investigación experimental conjunta
con la Universidad de Columbia, donde cursó un postdoctorado.
El profesor universitario y sus colegas de Nueva York
identificaron que, además de adicción, en las
personas con esquizofrenia, la nicotina facilita algunas actividades
cognitivas disminuidas a consecuencia de esa compleja enfermedad.
Esa mejora propicia que los fumadores con esquizofrenia
consuman el doble de tabaco que otros adictos.
“Si un fumador consume hasta dos cajetillas
de cigarrillos en un día, un esquizofrénico con
frecuencia se fuma cuatro”, afirmó Sánchez
Castillo durante la conferencia Explicando a mi amigo imaginario:
bases biológicas de la esquizofrenia, celebrada
en la Teleaula de Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM.
En su ponencia, Sánchez Castillo explicó
que los esquizofrénicos tienen una alteración
del sistema dopaminérgico, es decir, padecen fallas en
la producción de dopamina, una hormona y neurotransmisor
con importantes y variadas funciones en el cerebro, entre ellas
comportamiento y cognición, actividad motora, motivación
y recompensa, regulación de la producción de leche,
del sueño, humor, atención y aprendizaje.
Para abordar las bases biológicas de la esquizofrenia,
los investigadores en México y Estados Unidos trabajan
con dos modelos análogos a la enfermedad, desarrollados
en ratas y ratones de laboratorio.
“En el Laboratorio de Neuropsicofarmacología
y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología
de la UNAM trabajamos con ratones, mientras que en la Universidad
de Columbia lo hacen con ratas modificadas genéticamente,
que presentan las características que tiene el sistema
dopaminérgico alterado en los esquizofrénicos”,
detalló.
En ambos casos, se estudian afectaciones de atención
y aprendizaje.
“Los ratones con fallas de dopamina presentan
trastornos de atención, de memoria de trabajo y baja
motivación, tres características de los esquizofrénicos”,
señaló el investigador.
El proyecto, que está en su etapa inicial, actualmente
reúne datos experimentales en dos modelos análogos
a la esquizofrenia humana.
“El modelo experimental básico con roedores
nos permite ir un paso adelante con la enfermedad, pero solamente
con humanos podremos analizar los reportes verbales de los pacientes
cuando tienen una alucinación o un delirio. Para eso
necesitaremos un convenio de colaboración con un instituto
nacional de salud”, reconoció.
Hacia un fármaco con nicotina
A futuro, Sánchez Castillo y sus colegas planean
desarrollar un medicamento específico que utilice la
nicotina para mejorar los daños cognitivos de los pacientes.
“No sería un parche de nicotina como tal,
pero se tiene esperanza de desarrollar fármacos que tengan
mayor afinidad a algunos de los receptores del sistema dopaminérgico,
más específicos a ciertas regiones del cerebro”,
comentó.
El investigador reconoció que un gran reto a
vencer en el desarrollo del fármaco será abatir
los daños que causa la nicotina.
“Es un problema ético permitir a los esquizofrénicos
mantenerse con altas tasas de fumador, porque podrían
tener alguna mejora de algunos aspectos cognitivos, pero empeorarían
sus funciones respiratorias y enfrentarían enfermedades
como el cáncer de pulmón”, señaló.
Lo que se busca, recalcó, es una nueva generación
de fármacos que permitan, en conjunto con los medicamentos
antipsicóticos actuales, ayudar a mejorar la parte cognitiva
del paciente, un área fundamental que casi no es atendida.
“Hace años es conocido que las personas
con esquizofrenia tienen una alteración cognitiva, pero
dadas las dificultades de evaluación de los procesos
de esquizofrenia se han considerado los signos y síntomas
que se consideran más evidentes”, relató.
Esos síntomas incluyen alucinaciones visuales
o auditivas (que solamente existen en la mente de los pacientes),
las ilusiones (que ocurren cuando creen ver algo que no es),
el habla desorganizada, los delirios de persecución y
de grandeza, la paranoia, la megalomanía, la apatía,
la pobreza de lenguaje y la abulia o falta de emotividad.
Medicación y terapia
Para los pacientes con esquizofrenia es recomendable
tomar una terapia psicológica, siempre que vaya acompañada
con una medicación prescrita por un psiquiatra, la cual
les ayuda a lidiar con la paranoia, los delirios de persecución
y las alucinaciones características de esa enfermedad.
“Ambas estrategias ayudan a los pacientes a tener
una vida más adecuada. La medicación es importante
porque los esquizofrénicos tienen una alteración
biológica importante del sistema dopaminérgico
que necesita regularse. Al atender la parte biológica,
la terapia psicológica puede tener un efecto que les
permita tener una mejor relación con el medio, uno de
sus problemas habituales”, finalizó.