• • Con una magnitud de 7.2 y una profundidad
de 10 kilómetros bajo la capital de Baja California,
fue un evento grande, dijo el jefe del Servicio Sismológico
Nacional, Carlos Valdés González
El sismo de magnitud 7.2 que se registró ayer
domingo a las 17:40 (hora del centro) a 60 kilómetros al
sureste de Mexicali, en Baja California, fue un poco mayor que
el de Haití, pero el respeto a los códigos de construcción
y la educación de la gente en esa región evitaron
que se convirtiera en un desastre, afirmó Carlos Valdés
González, jefe del Servicio Sismológico Nacional,
organismo adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM.
El movimiento fue localizado a una profundidad de 10
kilómetros, sobre una falla casi vertical, con orientación
noroeste-sureste, congruente con el sistema de fallas cartografiado
en esa zona.
Se sintió con intensidad en Mexicali, Tijuana,
Calexico, San Diego y Los Ángeles, zona fronteriza que
comparten México y Estados Unidos.
“El de Mexicali fue un sismo muy parecido al de
Haití, pues se localizó muy cerca de la superficie
y, debido a su escasa profundidad, generó un movimiento
intenso que cubrió una zona amplia. Pero los daños
dependen mucho de las construcciones, y claramente las repercusiones
en Mexicali y Haití fueron muy distintas. Aquí hubo
daños materiales y dos víctimas, pero en Haití
murieron miles”, agregó Valdés González.
En la generación de un desastre no solamente influye
la magnitud del sismo, sino la preparación de la gente,
el respeto a los códigos de construcción y saber
qué hacer en caso de un terremoto.
Sistema de Fallas Cerro Prieto
El sismo del 4 de abril en Mexicali se localizó
sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación
de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.
Se trata de un lugar sísmico porque es la frontera
de las placas tectónicas del Pacífico (en Baja California)
y de Norteamérica (en Sonora).
“Hacía muchos años que en esta zona
no había un temblor de tal magnitud, pero el Servicio Sismológico
Nacional tiene registros de movimientos semejantes en 1915, de
magnitud 7.0; en 1934 y 1940, ambos de 7.1, y en 1979, de 7.0”,
recordó.
Valdés González explicó que se trató
de un sismo de corrimiento lateral, como el de Haití, a
diferencia de los de subducción, como el de 1985 en la
Ciudad de México, o el de Chile, en febrero pasado.
Debido a que fue un sismo lateral, no generó un
cambio de elevación terrestre y en consecuencia no causó
un tsunami, aunque estaba cerca del mar, señaló
Valdés González.
Recomienda simulacros mensuales
El titular del Servicio Sismológico Nacional dijo
que eventos como el de Mexicali sirven para cuestionar si estamos
preparados para enfrentar a un terremoto.
“Creo que este evento es una buena ocasión
para plantear hacer simulacros, por lo menos una vez al mes, en
zonas sísmicas del país”, recomendó.
En el norte del territorio tiembla con más frecuencia
y se sienten sismos de magnitud 4.5, mientras en el centro sólo
se perciben cuando son de magnitud 6 a 6.5.
Ante la posibilidad de nuevos temblores en México,
Valdés González sugirió respetar los códigos
de construcción y aumentar los ejercicios de protección
civil.
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