• Sería una alternativa a la vasectomía
y el condón, que no resultan adecuados para todos los
varones, expuso Francisco Javier Jiménez Trejo, quien
actualmente realiza un posdoctorado en la Facultad de Química
de la UNAM
• El adhesivo cutáneo, hasta ahora sólo
probado en ratas, altera el sistema seritoninérgico,
que regula procesos de maduración espermática,
expuso el también veterinario
Como medidas anticonceptivas, los hombres tienen apenas
dos alternativas: la vasectomía y el condón. La
primera, consiste en una cirugía prácticamente irreversible;
el segundo, es una barrera de látex que en ocasiones produce
alergias o irritaciones, “entonces, ¿por qué
no pensar en otras opciones?”, se preguntó Francisco
Javier Jiménez Trejo, quien actualmente realiza una segunda
estancia posdoctoral en la Facultad de Química de la UNAM.
Con una maestría en Ciencias Biológicas,
un doctorado en Ciencias de la Producción y de la Salud
Animal y con un primer posdoctorado en el Departamento de Farmacología
de la Facultad de Medicina, al realizar estudios con ratas, el
veterinario constató algo que recientemente se comienza
a sugerir en la literatura médica: el sistema reproductivo
masculino y el sistema seritoninérgico se encuentran íntimamente
ligados; e inmediatamente pensó, “¿y si desarrollo
un parche anticonceptivo masculino a partir de algún análogo
de la serotonina?”. Nunca se ha visto nada parecido, agregó.
“Los anticonceptivos siempre son más agresivos
para la mujer que para el hombre, sea porque desestabilizan su
sistema hormonal o porque son más intrusivos; y los masculinos
(vasectomía y condón), aunque son buenas opciones,
no sirven para todos, por lo que me propuse desarrollar un adhesivo
cutáneo que liberara gradualmente una sustancia que permitiera
a los varones llevar su vida sexual, de manera responsable y monógama,
hasta que finalmente decidan junto con su pareja que es el momento
adecuado de engendrar”.
Con esta línea de investigación, Jiménez
Trejo ha tocado las puertas de varios laboratorios médicos
en busca de apoyo, pero hasta el momento no se ha concretado nada,
“probablemente porque el mercado de métodos femeninos
está muy bien posicionado y no conviene desarrollar alternativas
como ésta, por eso he decidido seguir con mis investigaciones
aquí, en la UNAM”.
Hasta el momento, los experimentos con ratas han sido
alentadores y el veterinario dice que las cosas van por buen camino,
“aunque falta afinar algunos detalles, como el de los protocolos
de investigación o el realizar más pruebas, porque
dar el salto de un trabajo con animales a un producto diseñado
para el humano no es nada fácil, y además lleva
mucho tiempo”.
La serotonina puede ser la clave
Al mencionar la palabra serotonina, lo primero que piensan
los médicos es en un neurotransmisor tan estrechamente
ligado a los estados de ánimo humanos, que medicamentos
como el Prozac (o fluoxetina) aminoran sensiblemente los cuadros
depresivos al evitar la rápida reabsorción de esta
hormona.
Sin embargo, existe evidencia de que esta monoamina regula
diferentes funciones reproductivas; por ejemplo, si sus niveles
disminuyen, la pubertad en los mamíferos machos se retrasa,
y cuando los niveles en el plasma son muy altos en los humanos,
se produce azoospermia, “es decir, infertilidad”.
Además, aclaró el docente, esta sustancia
juega un papel muy importante en los procesos de maduración
espermática y parece que también en el mantenimiento
de las células germinales del testículo.
“Por esta razón, hemos optado por desarrollar un
parche adhesivo a partir de un análogo de la serotonina,
que se colocaría cerca de los testículos”,
expuso.
“Esta opción ha sido poco explorada hasta
ahora, pero abre nuevos horizontes, porque nuestros estudios sugieren
que la enzima sintetizadora de serotonina está presente
en los genitales masculinos; además, ahora sabemos que
la cabeza del epidídimo —un tubo estrecho y alargado
a un lado del testículo, por donde pasan los espermatozoides
para concluir su proceso de maduración— cuenta con
un sistema seritoninérgico propio”.
A partir de estos datos, Jiménez Trejo y su equipo
de colaboradores han comenzado a explorar dos posibles vías
para evitar los embarazos no deseados, ya sea a partir de una
sobredosis de este neurotransmisor en los genitales, o al provocar
una supresión total del mismo.
“El punto medular es atacar este sistema, pero
a nivel local, ya sea en el testículo o en la cabeza del
epidídimo. De esta manera, lograríamos que los espermatozoides
no maduraran y afectaríamos su motilidad, evitando de esta
manera que se den ciertos procesos que tienen lugar en el tracto
reproductor femenino, donde se produce la fecundación”.
Esta serie de descubrimientos quizá hagan posible,
en un futuro cercano, desarrollar lo que se conoce como “un
método anticonceptivo ideal”, es decir efectivo,
económico, seguro, reversible y de fácil aplicación,
lo que proporcionaría una herramienta más para abatir
los altos índices de embarazos no deseados que se registran
cada año, y que según cifras de la Organización
Mundial de Salud (OMS) alcanzan un 25 por ciento del total en
el mundo, y hasta un 40 por ciento en México.
Sin embargo, por el momento se debe explorar más
con la serotonina, porque se trata de una neurohormona que puede
tener efectos inesperados a nivel emocional o sexual, es decir,
“tanto en el cerebro humano, como en el testículo
y el epidídimo”.
Veterinario por convicción
Francisco Javier Jiménez Trejo se dice un enamorado
de su primera carrera, la de Médico Veterinario Zootecnista;
tanto, que además de realizar investigaciones, dar clase
a nivel de posgrado y colaborar en diversos proyectos, también
se da tiempo para atender su consultorio privado en fines de semana,
donde trata a pequeñas especies.
“Es una actividad que no he desatendido jamás
y con frecuencia ligo mis demás proyectos con esta disciplina”.
Ejemplo de esto es que el universitario ya está pensando
en probar la eficacia de estos parches anticonceptivos para controlar
la superpoblación canina en México.
“El problema con las campañas de esterilización
que se realizan en el país es que resulta muy difícil
capturar a los animales callejeros para intervenirlos, y aún
lo es más darles el cuidado postoperatorio necesario, por
lo que resultaría mucho más sencillo modificar estos
parches con cantidades muy altas de este análogo de serotonina
para atrofiar definitivamente el sistema reproductor del perro,
pero sin causarle ninguna incomodidad”.
Para finalizar, Jiménez Trejo señaló
que este tipo de medidas tendría un impacto positivo en
toda la comunidad; el exceso de caninos puede derivar en problemas
serios de salud pública o en un trato cruel hacia estos
animales, que con frecuencia terminan en las perreras, donde son
sacrificados, “y este tipo de conductas no se justifican,
pues aunque se trate de animales, es a nosotros a quienes corresponde
darles un trato humano”, concluyó.
—o0o—