Boletín UNAM-DGCS-191
Ciudad Universitaria
12:30 hrs. 28 de marzo de 2010


Chris Stephens


INICIAN UNIVERSITARIOS PROYECTO PARA PREDICCIÓN DE DIABETES TIPO 2

 

• Será de gran impacto, y permitirá dar los primeros pasos a la solución de ese padecimiento, sostuvo Chris Stephens
• Se construirán modelos matemáticos predictivos para calcular la probabilidad de que una persona desarrolle la enfermedad y los factores de riesgo correspondientes
• Se basarán en la “minería de datos”, consistente en el uso de algoritmos para la búsqueda de patrones y correlaciones en grandes bases de información

Para identificar los factores de riesgo para los diferentes aspectos de la diabetes tipo 2, primera causa de muerte en el país, y su prevención, integrantes del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, iniciarán un proyecto en colaboración con la Fundación IMSS y el Consejo General de Salubridad.

La línea de investigación que se establecerá de forma permanente, será de gran impacto y de largo plazo, además de que permitirá dar los primeros pasos en la solución de ese problema de salud pública en el país, sostuvo Chris Stephens.

Los objetivos de esta colaboración interdisciplinaria e interinstitucional, expuso, son la identificación e integración de datos relevantes para detectar los factores potenciales del mal, desde lo micro (genéticos), hasta lo macro (estilo de vida).

Luego, construir modelos predictivos para calcular la probabilidad de que una persona desarrolle prediabetes o diabetes. La meta es que una vez identificada la predisposición, se tomen acciones para evitar que la gente se enferme.

La minería de datos, herramienta para “abrir” archivos

Los modelos matemáticos se basarán en la “minería de datos”, también llamada “descubrimiento de conocimiento”, que consiste en el uso de algoritmos para la búsqueda de patrones y correlaciones en grandes bases de datos.

“Nadie puede abrir un ‘archivo’ de un terabyte y dos mil campos de información, y descubrir ‘algo’ de interés; por ello, se han desarrollado nuevas herramientas, programas de cómputo que sí lo logran”, aseveró Stephens.

En este proyecto se utilizará la base de datos del IMSS, con registros médicos o historias clínicas de alrededor de seis millones de personas, con y sin diabetes. Asimismo, se recurrirá a otras fuentes, como el Censo de Población.

De ese modo, abundó el también investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), con el “análisis de historias”, se identificarán y cuantificarán factores de riesgo que provienen no sólo de la genética o antecedentes médicos, sino del nivel socioeconómico o sociodemográfico, y hasta de los niveles de contaminación en distintas regiones del país.

Con ayuda de estudiantes, también se aplicarán encuestas para obtener información precisa sobre el estilo de vida en distintos segmentos de la población. Hay información que ya existe, pero algunos elementos no están siendo captados; de ahí que en una etapa inicial se tratará de entender el alcance del universo de datos, para precisar cuáles están, y cuáles no para capturarlos, expuso.

La diabetes es un padecimiento complejo que involucra un sinfín de factores, desde la mutación de genes, hasta el entorno social y el nivel socioeconómico. De ahí, expuso Stephens, que sea fundamental contar con modelos predictivos que “digan”, con base en un perfil actual, que alguien desarrollará prediabetes o diabetes.

Cada persona es única. En este caso, no se hace una predicción individual sin referencia al resto de la gente, se toma en cuenta la información de grupo, y con base en datos individuales como edad, género, ingresos e historia clínica es posible determinar la propensión a la enfermedad. De ese modo, el pronóstico individual se hace con base en modelos estadísticos.

Un equipo interdisciplinario

En el proyecto del C3 no sólo intervendrán los “mineros de datos”, un grupo de expertos informáticos encabezados por Stephens, sino físicos, dirigidos por Germinal Cocho, del Instituto de Física; médicos, coordinados por Enrique Ruelas, secretario del Consejo General de Salubridad, así como humanistas, a cargo de Aracely R. Berny, de la Facultad de Filosofía y Letras, quienes analizarán los aspectos éticos.

Con base en el análisis de los factores y desde el punto de vista de muchas disciplinas, se sugerirán diferentes intervenciones, como campañas de información pública. Asimismo, se cuantificarán los impactos de las mismas. “Queremos ver, después de algún tiempo, qué pasa con la tasa de diabetes, si la población adquiere hábitos más sanos de alimentación, o si disminuye la obesidad, y así retroalimentar el sistema”.

Se requiere saber si una intervención tiene o no efecto, y si sólo lo hace en cierto grupo sociodemográfico. En este caso, no se pueden realizar acciones “unitalla” para los diferentes sectores y personas, aseveró Chris Stephens.

Con esta información en mano, se pueden tomar decisiones y asignar recursos de forma adecuada. También, hacer recomendaciones a los médicos en las clínicas y señalar a las autoridades a qué aspectos dedicar más o dejar de invertir dinero.

La metodología o plataforma de minería de datos ya está lista, y se basa en otra que creó un grupo de trabajo, junto con Stephens, para enfermedades emergentes como Leishmaniasis y la enfermedad de Chagas. En las primeras semanas de marzo, se realizará la primera reunión para los participantes de las diferentes especialidades e instancias.

Una vez que se tengan los datos requeridos –se espera ocurra en el transcurso de este año–, es factible que haya resultados preliminares en cuestión de semanas o unos cuantos meses. No se obtendrá la solución a ese problema de salud pública, pero sí darán pasos importantes para avanzar hacia esa meta, concluyó Stephens.


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Fotos

La diabetes involucra un sinfín de factores, desde la mutación de genes, hasta el entorno social y el nivel socioeconómico, señaló Chris Stephens, del ICN de la UNAM.