• La mosquita del vinagre se utiliza para
analizar la herencia de genes, para monitorear los cambios que
sufre el ambiente y para explorar los efectos de sustancias,
destacó Patricia Ramos Morales, académica de la
FC de la UNAM.
• Comparte hábitos similares a los del ser humano,
así como el 60 por ciento de los genes.
• Además, son organismos centinela; es decir, ante
el impacto de condiciones agresivas del entorno, son las primeras
en resentirlo y ello puede constituir una alerta temprana.
La mosquita del vinagre (Drosophila melanogaster) permite
observar procesos genéticos y biológicos, porque
al entender a este organismo se puede plantear su estudio en
otros seres vivos, como el humano, aseguró Patricia Ramos
Morales, académica de la Facultad de Ciencias (FC) de
la UNAM.
Por ello, el Banco de Moscas de esta entidad universitaria
conserva material biológico vivo para su preservación;
en este caso, cultiva a esa y otras especies parecidas, porque
su estudio es importante tanto en docencia como en investigación.
“Este insecto comparte hábitos similares
a los del ser humano, así como el 60 por ciento de los
genes; aunque nos veamos distintos, somos similares”,
destacó.
A través de ilustraciones, explicó, los
estudiantes pueden conocer las mutaciones morfológicas
(modificaciones en el organismo), así como la herencia
de un gen; de esta manera, se enriquece la formación
académica, pues aporta memoria visual, lo que contribuye
a generar experiencias y entender conceptos.
La especialista señaló que la genética
es un área del conocimiento que demanda pensamiento abstracto;
ejemplo de ello son los genes y cromosomas, conceptos complejos
en su enseñanza, por el sitio donde se encuentra la información
genética, y porque tienen un tamaño pequeño,
“sin embargo, es esencial entenderla, pues todos la expresamos”.
Patricia Ramos, responsable del Banco de Moscas, indicó
que es importante comprender cómo se heredan los genes
de padres a hijos y, en determinado momento, qué importancia
tiene el sexo del individuo que recibe esa información.
Para realizar este análisis, se utiliza la mosquita
del vinagre, pues no es necesario sacar sus cromosomas, ni directamente
sus genes, porque basta con observalo, aseguró.
El insecto hembra puede tener ojos de color blanco,
pero los machos suelen tenerlos rojos; por tanto, con la cruza
se esperaría que las crías expresarían
la característica dominante (el rojo).
Sin embargo, cuando los machos heredan los ojos blancos
es porque manifestaron el cromosoma sexual X de su madre, y
el estudio de este gen se puede seguir a lo largo de la herencia
de las generaciones, sin necesidad de sacar cromosomas, explicó.
“Es difícil estudiar al humano y darle
seguimiento a los linajes familiares para tratar de rastrear
estos genes. Por ello, recurrimos a este insecto, pues su exploración
es más versátil”, comentó.
Además es un excelente monitor, porque ingiere
algunos alimentos similares a los que consume el hombre, lo
que lo convierte en un organismo centinela, es decir, ante el
impacto de condiciones agresivas en el ambiente, son los primeros
en resentirlo y ello puede constituir una alerta temprana sobre
la modificación negativa del entorno.
También se utiliza para explorar los efectos
de sustancias, como la aplicación de nuevos fármacos
para evaluar el potencial de riesgo, en caso de generar efectos
colaterales.
En el ámbito biológico, permite analizar
aspectos relacionados con el metabolismo, pues el organismo
de ambos seres vivos es similar; asimismo, se utiliza como modelo
para estudiar cáncer y genes, adicción a drogas,
cambios en la conducta o enfermedades neuro-degenerativas.
En el Banco, también se investigan otras especies
similares, como la mosquita jorobada, un indicador en genética
forense; puede habitar en residuos animales o humanos, lo que
permite conocer el tiempo transcurrido desde que muere un organismo.
La mosquita del vinagre (Drosophila melanogaster) recibe
este nombre porque tiene la capacidad de soportar alta acidez
y reproducirse. Ramos Morales explicó que el ciclo fértil
de este insecto dura una semana, y la hembra puede producir
500 huevos, “la ventaja en genética es que en 10
días existen 500 adultos, si quisiéramos tener
la misma cantidad de seres humanos provenientes de una sola
mujer, tardaría casi 400 años”.
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