• El también denominado “vientre
de alquiler”, es una práctica con tamices morales,
éticos y jurídicos, indicó Rosa María
Álvarez de Lara, del IIJ de la UNAM
En México, como en otros países, el avance
de la ciencia y la tecnología ha permitido que se pueda registrar
la maternidad subrogada o el denominado “vientre de alquiler”.
Esta práctica debe ser regulada para evitar abusos y malas
prácticas, afirmó Rosa María Álvarez
de Lara, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ)
de la UNAM.
Este término refiere al hecho de que una mujer acepte
en su útero una criatura que no fue engendrada naturalmente
por ella, sino que proviene de otra, precisó.
La maternidad subrogada, subrayó, tiene tamices
de todo tipo: morales, éticos y jurídicos; de hecho,
en este último caso, nuestro sistema aún no lo permite,
porque implicaría regular este procedimiento que culminaría
con el nacimiento de un niño mediante un contrato.
Esta situación es difícil de aceptar en una
sociedad como la mexicana, donde todavía se manejan esquemas
culturales conservadores al respecto, enfatizó.
Además, acotó, esta práctica choca
con nuestra idiosincrasia porque no concebimos que haya un convenio
y, eventualmente, un pago de por medio para crear una vida.
No obstante, la especialista en Derecho Familiar señaló
que a pesar de los valores y prejuicios, en la práctica se
lleva a cabo, quizá con más frecuencia de lo que se
pudiera pensar.
Por otro lado, indicó, no se puede negar que la
maternidad subrogada representa una oportunidad para las mujeres
que no pueden tener hijos.
Se lo debemos al avance de la ciencia y, en ese sentido,
tenemos que adaptarnos a las opciones que ofrece cuando existe infertilidad,
recalcó.
Si en México se llega a legalizar esta práctica,
tendrá que ser muy rigurosa su reglamentación para
evitar el mal uso. Siempre es necesaria la regulación jurídica
porque, finalmente, a través de normas precisas es como se
podrá proteger tanto a la pareja como a la madre y, sobre
todo, al niño, aseveró.
Esto es importante, porque en países donde se encuentra
regulada ya se han presentado situaciones en las que quien incubó,
cuando nace el pequeño, no quiere entregarlo, incluso habiendo
un contrato de por medio. Esos casos se han llevado a tribunales
y la resolución, en ocasiones, ha sido que debe cumplirse
el acuerdo, concluyó la jurista.
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