Boletín UNAM-DGCS-157
Ciudad Universitaria.
12:30 hrs. 13 de marzo de 2010

Rosa María Álvarez de Lara


LA MATERNIDAD SUBROGADA, UNA PRÁCTICA COMÚN EN MÉXICO

 

• El también denominado “vientre de alquiler”, es una práctica con tamices morales, éticos y jurídicos, indicó Rosa María Álvarez de Lara, del IIJ de la UNAM

En México, como en otros países, el avance de la ciencia y la tecnología ha permitido que se pueda registrar la maternidad subrogada o el denominado “vientre de alquiler”. Esta práctica debe ser regulada para evitar abusos y malas prácticas, afirmó Rosa María Álvarez de Lara, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

Este término refiere al hecho de que una mujer acepte en su útero una criatura que no fue engendrada naturalmente por ella, sino que proviene de otra, precisó.

La maternidad subrogada, subrayó, tiene tamices de todo tipo: morales, éticos y jurídicos; de hecho, en este último caso, nuestro sistema aún no lo permite, porque implicaría regular este procedimiento que culminaría con el nacimiento de un niño mediante un contrato.

Esta situación es difícil de aceptar en una sociedad como la mexicana, donde todavía se manejan esquemas culturales conservadores al respecto, enfatizó.

Además, acotó, esta práctica choca con nuestra idiosincrasia porque no concebimos que haya un convenio y, eventualmente, un pago de por medio para crear una vida.

No obstante, la especialista en Derecho Familiar señaló que a pesar de los valores y prejuicios, en la práctica se lleva a cabo, quizá con más frecuencia de lo que se pudiera pensar.

Por otro lado, indicó, no se puede negar que la maternidad subrogada representa una oportunidad para las mujeres que no pueden tener hijos.

Se lo debemos al avance de la ciencia y, en ese sentido, tenemos que adaptarnos a las opciones que ofrece cuando existe infertilidad, recalcó.

Si en México se llega a legalizar esta práctica, tendrá que ser muy rigurosa su reglamentación para evitar el mal uso. Siempre es necesaria la regulación jurídica porque, finalmente, a través de normas precisas es como se podrá proteger tanto a la pareja como a la madre y, sobre todo, al niño, aseveró.

Esto es importante, porque en países donde se encuentra regulada ya se han presentado situaciones en las que quien incubó, cuando nace el pequeño, no quiere entregarlo, incluso habiendo un contrato de por medio. Esos casos se han llevado a tribunales y la resolución, en ocasiones, ha sido que debe cumplirse el acuerdo, concluyó la jurista.

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No se puede negar que la maternidad subrogada representa una oportunidad para las mujeres que no pueden tener hijos, señaló Rosa María Álvarez de Lara, del IIJ.