• El rector de la UNAM advirtió que
no podemos estar de acuerdo con muchas de las condiciones que
afectan al México de hoy, como la profunda desigualdad
• Es necesario encontrar en la historia elementos de fortaleza
para vencer los viejos y nuevos enemigos sociales
• Inauguró el Simposio “La UNAM en la historia
de México”, en el marco de la conmemoración
por el centenario de la Universidad Nacional
A un siglo de la creación de la Universidad Nacional,
no podemos permitir que a los males de siempre, como la pobreza,
la ignorancia y la enfermedad, hoy se agreguen la inseguridad y
la incertidumbre en que viven los jóvenes, aseguró
José Narro Robles, rector de la UNAM.
No es posible estar de acuerdo con muchas de las condiciones
que afectan al México de hoy, como la enorme, profunda e
insultante desigualdad, ni con muchos de los grandes problemas de
siempre que siguen dañando a los mexicanos.
Al inaugurar el Simposio “La UNAM en la historia
de México”, con el que inician las actividades académicas
alusivas al centenario de esta casa de estudios como Universidad
Nacional, subrayó que este encuentro servirá para
encontrar en la historia elementos de fortaleza para vencer a los
viejos y nuevos enemigos sociales.
Estos debates –que incluirán siete foros
académicos, uno cada mes, desde ahora y hasta noviembre-
ayudarán a decirle a los jóvenes que en el pasado
hemos sido capaces de vencer muchos de los problemas que han agobiado
a la nación, y que también ahora trabajaremos para
el presente y el futuro, indicó.
En el auditorio Alfonso Caso, Narro Robles dijo que tenemos
historia, raíces e inteligencia en la fundación de
esta institución, pero también hemos sido capaces,
con los vaivenes que se explican por ser una obra humana, de mantener
esta casa de estudios a lo largo del último siglo.
Al presentar el Simposio, el director del Instituto de
Investigaciones Filosóficas, Guillermo Hurtado Pérez,
dijo que la historia de México y la de esta institución
están íntimamente ligadas. Sus vínculos tienen
lugar en diversos planos: político, económico, social,
simbólico. “Esta nación no sería la misma
sin su Universidad y ésta casa de educación no se
comprendería si no fuese la de este país”.
Gloria Villegas Moreno, titular de la Facultad de Filosofía
y Letras, expuso que el significado que expresamente se atribuyó
a la Escuela Nacional Preparatoria en el proceso de fundación
de la Universidad Nacional, se refrenda con el inicio del coloquio
con el tema de su establecimiento, en un periodo que va de 1867
a 1910. Será un encuentro “con el espíritu universitario
de la reflexión continua sobre los orígenes de esta
importantísima institución”.
En tanto, el director de la Facultad de Economía,
Leonardo Lomelí Vanegas, se refirió al foro que tratará
la etapa de la fundación de la Universidad Nacional y hasta
el final del rectorado de Balbino Dávalos (1910-1920) y que
coincidió con la Revolución Mexicana. Comentó
que se trató de una etapa de definiciones muy importantes
para la construcción del Estado Mexicano y la redefinición
del perfil de esta casa. Es un periodo fundacional, donde al mismo
tiempo cobra ímpetu la aspiración de hacer de la educación
un instrumento de transformación social.
Álvaro Matute Aguirre, investigador emérito
del Instituto de Investigaciones Históricas, mencionó
que lo ocurrido entre junio de 1920 y julio de 1929, tema de otro
foro, figura entre lo más definitorio y significativo de
la historia de esta institución. El país sustenta
a su Universidad Nacional y ésta contribuye al enriquecimiento
y desarrollo del país. Los años 20 son de reconstrucción
y surge de esta casa la iniciativa de crear una Secretaría
de Educación Pública de alcance federal dotada de
creatividad, dignidad magisterial y el impulso a las artes en beneficio
de una sociedad que lo necesitaba.
Héctor Fix Fierro, director del Instituto de Investigaciones
Jurídicas y organizador de las actividades correspondientes
a la etapa de 1929 a 1945, es decir, a partir de la concesión
de la autonomía a la Universidad y hasta el proceso de promulgación
de su Ley Orgánica, indicó que ese fue un “periodo
de leyes”, respecto al que se referirán especialistas
muy destacados en cuatro mesas donde se abordarán los temas
de: La nación; La UNAM, una etapa de conflicto y renovación;
La UNAM y el entorno educativo, científico y cultural, y
La UNAM y la contribución de las profesiones.
Fernando Pérez Correa, académico de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales, reveló que la vida
universitaria y profesional tuvo entre 1945 y 1954 un gran impulso,
temática de otro foro. La construcción de Ciudad Universitaria
fue un proyecto fundamental que involucró un ejercicio de
planeación y organización sin precedente y también
implicó un sólido acuerdo social. Los efectos fueron
irreversibles, la demografía en la institución cambió
definitivamente, pero la reforma académica fue aún
más profunda y sorprendente, añadió.
A su vez, José Manuel Covarrubias Solís,
Tesorero de la UNAM, aludió al encuentro que abarcará
el periodo entre 1954, cuando iniciaron las clases en CU, y 1970,
con la rectoría de Javier Barros Sierra, y expuso que fue
fundamental para la institución porque Ciudad Universitaria
culminó el sueño de muchos universitarios. Las nuevas
instalaciones atrajeron a jóvenes profesores e investigadores,
tanto de todo el país, como del extranjero.
Por último, al referirse a la etapa del simposio
que tratará el periodo de 1970 a 1990, Lourdes Chehaibar
Náder, directora del Instituto de Investigaciones sobre la
Universidad y la Educación, destacó que no obstante
el complejo panorama nacional, la fortaleza de la institución,
su solidez y perspectiva de largo plazo, posibilitaron en ese periodo
un importante proceso de crecimiento y modernización que
amplió la infraestructura, reorganizó y consolidó
las funciones sustantivas de la Universidad hasta darle las características
centrales y el perfil de la institución que hoy conocemos.
– o0o –