Boletín UNAM-DGCS-137
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 4 de marzo de 2010

Artemio Gallegos García


CADA VEINTE O TREINTA AÑOS SE DESPRENDE UN ICEBERG

 

• Eventos como el choque de una masa de hielo del glaciar Mertz en la Antártida ocurren con periodicidad, cuando el cúmulo crece y avanza de los casquetes polares al océano, dijo Artemio Gallegos García, de la UNAM
• El investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología aclaró que el choque del témpano afectó corrientes marinas cercanas y no tuvo efectos globales

El desprendimiento del iceberg de 2 mil 550 metros cuadrados y 400 metros de profundidad en el glaciar de Mertz, en la Antártida, fue un fenómeno natural y no un evento extraordinario, afirmó Artemio Gallegos García, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.

El oceanógrafo físico señaló que cada 20 ó 30 años esas masas de hielo se desprenden y flotan por los océanos, donde eventualmente chocan con otro iceberg —como ocurrió en este caso entre el témpano de Mertz y otro, unos 20 años más antiguo— o se fracturan a consecuencia de la presión de las corrientes marinas.

“El desprendimiento del iceberg del glaciar de Mertz es un evento natural en la Antártida, un sitio que, al igual que el otro casquete polar, cada invierno tiene temperaturas muy bajas que hacen crecer la extensión del hielo no solamente en el continente, también en el mar”, destacó.

El investigador de la Unidad de Geología Marina y Ambiental del ICMyL explicó que, a bajísimas temperaturas, algunas capas de agua marina se congelan y forman protuberancias que se mantienen sólidas y crecen al siguiente invierno si continúa el frío y las condiciones de congelación.

“Cada año, se suma más hielo a esa masa y va aumentando la extensión del iceberg, desarrollando una especie de brazo, siempre de los casquetes hacia el mar, hasta que logran desprenderse”, señaló.

El iceberg del glaciar de Mertz se formó durante más de 80 años y creció en promedio un kilómetro por año, hasta sumar una longitud de 78 kilómetros, una anchura de entre 33 y 39 kilómetros y un espesor medio de 400 metros.

El investigador explicó que en 80 años ese iceberg se metió bastante al mar, pero al hacerlo sufrió las presiones de las corrientes marinas, el hielo cedió a las presiones del agua y comenzó a agrietarse. De hecho, recordó que desde hace varios años estaba reportado que ese témpano estaba muy agrietado a consecuencia de la presión de las corrientes marinas.

“Los desprendimientos de icebergs son eventos naturales que no tienen nada extraordinario, pero no suceden tan seguido”, añadió.

Cambio mínimo de corrientes marinas

Artemio Gallegos aclaró que la modificación de las corrientes marinas a consecuencia del desprendimiento de un iceberg es un evento local, y ocurre apenas en unas decenas de kilómetros.

El investigador añadió que en la Antártida hay una corriente marina muy persistente e intensa, de dos metros por segundo en sus zonas más definidas, llamada corriente circunpolar antártica, pues rodea a la Antártida.

“Lo interesante sería que uno de estos bloques de hielo se montara en esta corriente para ver qué pasa, pero no alteraría nada a nivel humano”, puntualizó.

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Fotos

Desprendimiento del iceberg de 2 mil 550 metros cuadrados y 400 metros de profundidad en el glaciar de Mertz, en la Antártida.