• Jaime Urrutia Fucugauchi, especialista del
Instituto de Geofísica (IGf), explicó que la reducción
de 1.26 milisegundos al día, es un cambio muy pequeño
e imperceptible en la vida cotidiana
• Lo más importante es la modificación en
el vínculo que mantiene la Tierra con la Luna
El movimiento de 2.7 milisegundos provocado por el sismo
que se registró en Chile, es un cambio muy pequeño
e imperceptible en la vida cotidiana que ocasionará una mínima
reducción de la duración de los días, explicó
Jaime Urrutia Fucugauchi, especialista del Instituto de Geofísica
(IGf) de la UNAM.
Incluso, la reducción de 1.26 milisegundos al día,
agregó, está por debajo de la capacidad de detección
experimental de medición.
Luego de que especialistas de la NASA informaran que tras
el terremoto chileno de 8.8 grados en escala de Richter, el eje
de la Tierra se desvió ocho centímetros, Urrutia Fucugauchi
precisó que este efecto no es el más grande e importante,
sino la relación que mantiene la Tierra con la Luna.
La interacción entre ambas, explicó, ha ido
modificando la duración del día y este cambio ha sido
acumulativo. En el periodo precámbrico el día sólo
tenía una duración de 10 horas.
Esto, agregó, se debe a que la Luna se aleja paulatinamente
y el día es más largo porque la Tierra rota un poco
más lento. La intención de medir esto en los temblores,
mencionó el investigador del IGf, es conocer si puede o no
contrarrestar el efecto.
Entre los investigadores, mencionó, se tiene la
teoría de que los milisegundos son acumulativos. Por ello,
desde 1960 analizamos si los temblores de grandes magnitudes pueden
ocasionar una acumulación de efectos secundarios.
Sin embargo, dijo, esto aún no se puede comprobar
porque la capacidad de detección es insuficiente para medir
cambios tan pequeños, aunque se mantiene la idea de que los
efectos sí se acumulan.
Urrutia Fucugauchi señaló que un .00126 segundo,
es decir, una milésima de segundo, está por debajo
de la medición directa de la rotación.
Cualquier redistribución de masa en la superficie
de la Tierra provoca el cambio en su velocidad de rotación.
Tenemos cambios similares de un milisegundo con las variaciones
que sufre el planeta al darle la vuelta al Sol.
En el invierno, sostuvo, la rotación se hace un
poco más lenta y el día se incrementa un milisegundo;
y en el verano, ocurre lo contrario, la rotación aumenta
y el día se hace más corto.
“Si se pone un giróscopo a rotar y se le da
un empujón, éste puede ocasionar que gire más
rápido o más lento, según sea la intensidad.
Este efecto ocurrió con el temblor, es como un empujón
que se le dio a la Tierra, lo que ocasionó una modificación
en su rotación”, detalló.
Chile tiene los registros de temblores de mayor intensidad.
En l960, la magnitud fue de 9.5 en la escala de Richter. “No
hay ninguno que se le acerque”.
Para concluir, subrayó que comparando los efectos
que causó el temblor de Sumatra en diciembre de 2004 con
una magnitud de 9.1, se pensaría que éste tendría
efectos más importantes; sin embargo, son menores y se debe
a que cuando la perturbación del sismo es en la parte ecuatorial,
el efecto es menor, y si se afecta la parte de latitudes más
altas, es mayor.
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