• Tienen efectos similares a los del ansiolítico
diazepam, pero sin sus secuelas adversas, como tolerancia y dependencia;
científicos de la FQ de la UNAM los sintetizan y prueban
• También, podrían actuar como tranquilizantes,
antioxidantes, hipnóticos, anticonvulsivos y relajantes
musculares, sin afectar la coordinación motora ni la capacidad
cognoscitiva
• A diferencia de la hormona, que una vez administrada sólo
permanece de 30 a 40 minutos en el sistema nervioso central y
la periferia, sus compuestos análogos podrían ser
modificados para permanecer más tiempo sin degradarse
En dosis más o menos “razonables”, la
ansiedad impulsa al ser humano a actuar decididamente y enfrentar
problemas y situaciones peligrosas, pero cuando se convierte en
una compañía asidua, constante y tenaz, puede llevar
a la desesperación más oscura y paralizante; eso sucede
actualmente con millones de personas en el mundo.
Por ello, investigadores de la Facultad de Química
(FQ) de la UNAM sintetizaron y probaron compuestos análogos
de la melatonina, hormona secretada por la glándula pineal,
con efectos similares a los del diazepam, ansiolítico clásico
que se receta contra la ansiedad y el estrés.
Esos compuestos análogos fueron sintetizados por
Alfonso Sebastián Lira Rocha y Ofelia Espejo González,
y probados farmacológicamente por Elia Brosla Naranjo Rodríguez,
quien en 1991 estableció en México que la melatonina
es ansiolítica.
“Son más de 20 compuestos análogos
con diferente potencial para reducir la ansiedad; uno de ellos,
el M2C, tiene un efecto mucho mejor que la misma melatonina”,
aseguró Naranjo Rodríguez.
Pruebas en modelos in vitro (porciones de intestino
delgado y rebanadas de cerebro animal) e in vivo (ratas
y ratones de laboratorio) indican que la melatonina y sus compuestos
análogos combaten la ansiedad, y no presentan las secuelas
adversas de las benzodiazepinas (diazepam o valium), como tolerancia
y dependencia.
“Asimismo, al actuar de modo similar a las benzodiazepinas,
el M1A, el M2C, el M3C y otros compuestos análogos de la
melatonina podrán tener también otros efectos farmacológicos
del diazepam, patrón de referencia que actúa como
ansiolítico, anticonvulsivo, tranquilizante, relajante muscular
e inductor del sueño”, dijo la investigadora universitaria.
Vida media
La melatonina es una indolamina, de nombre químico
N-acetil-5-metoxitriptamina. Posee dos grupos funcionales, decisivos
para la unión (afinidad) con sus receptores, que permite
producir el efecto ansiolítico mencionado.
Secretada por la glándula pineal en la fase de oscuridad
del ciclo día-noche, ejerce una influencia reguladora sobre
gran variedad de procesos fisiológicos, que incluyen los
ritmos biológicos, el sueño y las funciones neuroendocrinas.
Sin embargo, su tiempo de vida media es de aproximadamente 30 minutos
en plasma de ratas de laboratorio.
Para contrarrestar esto, los investigadores de la FQ sintetizaron
compuestos análogos (en los que la molécula básica
es la melatonina, precisamente), entre los que se encuentran varios
metoxiindoles, como los derivados del naftaleno (uno es la agomelatonina),
e indoles (M1A, M2C y M3C).
“En ese proceso de síntesis, Lira Rocha y Espejo González
hicieron modificaciones a los grupos funcionales de la molécula
básica de dicha hormona. Por ejemplo, en el caso del compuesto
análogo M2C, sustituyeron el átomo de nitrógeno
en el anillo indólico”, explicó.
Farmacodinamia
Los compuestos análogos de la melatonina están
caracterizados química y farmacológicamente, pero
aún falta estudiar su farmacodinamia, es decir, cómo
es su acción en el organismo.
Este año, Naranjo Rodríguez hará una
estancia en la Universidad de Búfalo, Estados Unidos, donde
probará, en los modelos experimentales que maneja Margarita
Duvocovich a nivel molecular, los compuestos análogos de
la melatonina para conocer su mecanismo de acción.
“Queremos saber cómo se mueven una vez que
entran en el organismo, cuál es su camino para llegar al
sitio de acción (órgano blanco) y cómo producen
el efecto ansiolítico”, señaló.
En dosis esporádicas
La universitaria debe corroborar, además, que los
compuestos análogos desarrollados en la Facultad de Química
usan el mismo mecanismo de acción que la melatonina, que
actúa a través de diferentes receptores: el MT1, que
se expresa en pocas áreas cerebrales del sistema nervioso
central: núcleo supraquiasmático, cerebelo e hipotálamo;
el MT2, presente en la retina, y el MT3, en hígado, riñón,
corazón, músculo esquelético, pulmones, tracto
gastrointestinal y bazo.
“Si nuestros compuestos análogos utilizan
los mismos receptores que la melatonina, estamos en buen camino,
porque aquéllos son moléculas más estables
y se pueden modificar para que tengan una vida media mayor dentro
del organismo”, apuntó.
A diferencia de la melatonina, que una vez administrada
sólo permanece de 30 a 40 minutos tanto en el sistema nervioso
central como en la periferia, estos compuestos análogos podrían
ser modificados para permanecer más tiempo en el organismo
sin degradarse; entonces, se podrían administrar en dosis
con horarios específicos: una o dos veces al día,
como un antibiótico o un antiparasitario, ejemplificó.
También podrían actuar como tranquilizantes,
antioxidantes, hipnóticos, anticonvulsivos y relajantes musculares,
pero sin afectar la coordinación motora ni la capacidad cognoscitiva.
“Las dosis utilizadas experimentalmente no producen
sedación (somnolencia y desgano), como el diazepam”,
indicó Naranjo.
Diabetes y enfermedad de Alzheimer
Dado el potencial terapéutico de la melatonina y
sus compuestos análogos, la investigadora universitaria proyecta
modelos preclínicos para probarlos en casos de diabetes.
“Ya se hicieron tesis de revisiones bibliográficas
para determinar lo reportado en la literatura científica
y estamos caracterizando el efecto de esa hormona con un hipoglucemiante”,
dijo.
Por otro lado, la melatonina tendría algún
efecto benéfico sobre la enfermedad de Alzheimer. Al respecto,
en el laboratorio de Naranjo Rodríguez se realizaron estudios
previos con animales.
Propiedades antioxidantes y oncostáticas
Para extraer aproximadamente un miligramo de melatonina
de origen natural, se tendrían que macerar y disolver unas
500 glándulas pineales de bovinos o porcinos.
Esa hormona tiene propiedades antioxidantes más
fuertes que la vitamina E; se ha reportado también que es
oncostática (anticancerígena), y se absorbe adecuadamente
cuando es administrada vía oral o parenteral (intramuscular
e intraperitoneal). Dos de sus efectos adversos son la cefalea y
náuseas.
Las personas que viajan de un continente a otro y padecen
trastornos por los cambios de horario, conocidos como jet lag,
encuentran alivio con el uso de la melatonina.
Efecto del M2C
En relación con el compuesto análogo M2C,
si su efecto es similar al de la melatonina y al de las benzodiazepinas,
podría ser dosificado como ansiolítico en las dosis
y los horarios establecidos para el diazepam.
Y si se utilizara como antidepresivo, lo ideal sería
que tuviera un efecto similar al de fármacos como la fluoxetina
(Prozac), amitriptilina e imipramina, pero en menos tiempo (éstos
tardan aproximadamente tres semanas en surtir efecto en el paciente).
“Ya caracterizamos farmacológicamente el M2C
como ansiolítico, pero de su función como antidepresivo
sólo tenemos resultados preliminares”, advirtió
la universitaria.
Aún sin aplicación clínica
Aunque los investigadores de la UNAM han obtenido resultados
favorables con la melatonina y sus compuestos análogos como
ansiolíticos, aún no se ha realizado su aplicación
clínica.
“En Estados Unidos, país con una gran infraestructura
científica y médica, todavía no se acepta que
la melatonina pueda ser un fármaco. Allá está
autorizada por la Food and Drug Adminstration sólo como un
complemento alimenticio”, comentó Naranjo Rodríguez.
No obstante, si los universitarios hacen todo lo posible
para que sus compuestos análogos tengan los mismos, o mejores
efectos que la melatonina, los patentarán. “Quizá
entonces algún laboratorio se interese en producirlos”,
concluyó.
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