• Jhavier Loeza estudia el octavo semestre
de Arquitectura y por sus diseños de edificios futuristas
recibió una invitación para participar en dos cintas
mexicanas de ciencia ficción
• El joven, con el apoyo de tres amigos, construyó
maquetas de los edificios que aparecen en la cinta 2033
• “Me cautivó su entusiasmo”, dijo el
cineasta Francisco Laresgoiti, quien visitó la Facultad
de Arquitectura de la UNAM y habló de su ópera prima
y su visión del futuro
Aunque el calendario dice que es 2010, en los últimos
meses Jhavier Loeza ha vivido en el año 2033, donde diseña
edificios futuristas que desafían tanto a la gravedad como
a la imaginación, y que deben adaptarse al tren de vida de
una Ciudad de México con mucha más gente, violencia
e Imecas de los que se registran hoy.
Jhavier (“se escribe así, con h”, aclara
el joven) tiene 21 años, estudia el octavo semestre de la
carrera de Arquitectura y es un gran aficionado a todo lo que se
perciba como ciencia ficción, y a decir de sus maestros,
durante gran parte de su tiempo bosqueja en su cuaderno edificios
futuristas que parecen sacados de algún relato de Arthur
C. Clarke o Ray Bradbury.
“De hecho, mi inspiración viene de lo que
he visto en películas como Final Fantasy, Gattaca, El
quinto elemento y, sobre todo, Blade Runner, el clásico
de Ridley Scott, donde las personas viven en edificios-ciudades
y conviven con clones humanos, llamados replicantes”.
De sus diseños, Jhavier sólo puede decir una cosa,
“son sumamente arriesgados y muchos parecen sacados directamente
de la pantalla grande”, ¿y dónde podrían
tener cabida estos inmuebles tan cinematográficos? ¡Pues
en una película! Por esta razón, cuando el joven universitario
se enteró que estaba por estrenarse la primera cinta de ciencia
ficción mexicana, titulada 2033, quiso formar parte
de ese proyecto.
“El largometraje tiene una página en Facebook,
y a través de ella me contacté con el director, Francisco
Laresgoiti (mejor conocido como Chisco), quien me respondió
a los tres días, me invitó a platicar con él
y al ver mi trabajo, me propuso hacer unas maquetas de los edificios
que se ven en el filme, y luego trabajar con él en las dos
cintas que va a filmar, porque se trata de una trilogía”,
recordó Jhavier.
Recreando lo imposible
En la cinta hay tres edificios icónicos: el Arco-Centro,
y las torres Reg Pec y Prex II, y si bien cada uno representó
un reto a la hora de diseñarlos y construirlos en computadora,
para luego ser insertados en las escenas que retratan a la Ciudad
de México del 2033, el reto fue aún mayor a la hora
de recrearlos en una maqueta.
“El problema es que no podía trabajar con
materiales tradicionales porque estos inmuebles son todo, menos
típicos. Por ejemplo, uno de ellos tiene forma de arco, pasa
por encima de la Torre Latinoamericana y en medio de éste
corre el Eje Central, entonces, ¿cómo lograr esto?”,
pregunta Jhavier.
En esta labor le ayudaron los diseñadores industriales
Maribel Aguilar y Armando Rojas, y el artista visual Antonio Mendoza,
quienes le sugirieron materiales y técnicas para que las
reproducciones a escala se vieran lo más realistas posible.
Las maquetas se exhibieron durante la premier de la cinta
y en la Universidad Anáhuac, y actualmente pueden ser apreciadas
en la Facultad de Arquitectura de la UNAM y en la estación
de metro Copilco, donde no faltan los usuarios que se detienen frente
a los escaparates para ver los carteles, fotos y vestuarios usados
en la filmación, pero lo que más sorprende de toda
esta memorabilia es la maqueta de Jhavier.
“¿Esto lo hizo un estudiante de la UNAM?”,
preguntó Carlos González, un comerciante que a diario
usa la línea 3 para llegar a casa, “pues sí
se ve muy de ciencia ficción. Se nota que este chavo tiene
mucho futuro”.
Colaboración que tiene futuro
Para Chisco, director de la cinta 2033,
conocer el trabajo de Jhavier “fue una verdadera sorpresa.
Fue él quien nos contactó y nos contagió de
su entusiasmo por la arquitectura futurista, pero cuando me mostró
sus diseños y el potencial de su imaginación, me di
cuenta de que coincidíamos en muchos sentidos; de ahí
vino la invitación para que participara en la trilogía”.
La siguiente cinta se desarrollará en el año
2012, en un Distrito Federal muy parecido al actual, por lo que
Jhavier está ya reservando la mayoría de sus propuestas
para la última entrega, que tendrá lugar en 2050,
en una Ciudad de México muy diferente a la que conocemos,
pero que no por ello ha perdido sus íconos distintivos.
“Una de las cosas que ya tengo diseñadas es
un inmenso mirador que se sitúa por encima del Monumento
a la Revolución, a la manera de un gigantesco árbol,
y muchas otras cosas más, como un acuario en Xochimilco con
estructuras onduladas que emulan la delicadeza de los lirios acuáticos”,
adelantó Jhavier.
Chisco visitó este lunes, a sugerencia del joven
Loeza, la Facultad de Arquitectura de la UNAM, donde compartió
con los universitarios algunos detalles del filme 2033, su ópera
prima.
Jhavier sabe que las cosas apenas comienzan a andar, pero
el muchacho se dice sumamente emocionado “porque esto demuestra
que los arquitectos también tenemos cabida en la industria
de los efectos especiales, y que podemos hacer mucho”, y agrega
que buscar algo más allá de lo que tradicionalmente
se hace en su profesión es muy arriesgado, pero está
consciente de que “cambiar a base de esfuerzo el destino propio,
sólo pasa en las películas”.
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