• Programa multidisciplinario creado por científicos
de la UNAM; pretende aproximar a alumnos de bachillerato a esa
disciplina
• El objetivo, brindar a los jóvenes una experiencia
cultural a partir de la ciencia, señaló Francisco
Rafael Fernández de Miguel, del IFC
Experimenta es un proyecto multidisciplinario
e innovador en el mundo, creado por científicos de la UNAM,
para que alumnos de bachillerato vivan la ciencia desde adentro
y entiendan que el pensamiento científico y racional es una
herramienta para sus actividades cotidianas, estableció Francisco
Rafael Fernández de Miguel, investigador del Instituto de
Fisiología Celular (IFC) de la UNAM.
No es para alumnos que quieren hacer ciencia, aclaró.
Desde su creación en 2005, ha estado dirigido a los estudiantes
de cualquier semestre o año de bachillerato.
Hasta el momento, se han sobrepasado los 10 mil educandos,
lo que ha permitido tener tres sedes, en la Facultad de Ciencias
(FC), y en los CCH Sur y Vallejo. Ha sido tan exitoso, que este
año se decidió invitar a jóvenes de preparatorias
del Sistema Incorporado (SI) de la UNAM, subrayó
“El trabajo es constante en todos los semestres. Laboramos
en dos turnos diarios, de nueve a una de la tarde, y de tres a siete.
En vacaciones se imparten cursos para profesores y estudiantes de
distintas preparatorias a nivel nacional; además, entrenamiento
a instructores”, explicó.
El también coordinador del proyecto, consideró
que hacer investigación abierta no es tarea fácil,
“se requiere que los instructores sean respetuosos de la libertad
de pensamiento de los estudiantes y, al mismo tiempo, entender que
en esta tarea ellos son sujetos activos”.
Experimenta ha innovado en ese sentido, y ahora
se puede afirmar que las sesiones son abiertas; los educandos proponen
sus ideas y las llevan a cabo, y los profesores e instructores se
encargan de dar una buena demostración, proveer de material,
resolver dudas y plantear nuevos temas, precisó.
¿Cómo se trabaja?
El especialista en neurociencias mencionó que éste
es un proyecto hecho por científicos de la UNAM, de áreas
como biología, física, química, matemáticas
e ingenierías, para dar a los jóvenes del bachillerato
una experiencia cultural a partir de la ciencia.
Aquí, recalcó, no se enseñan conceptos,
sino a utilizar el conocimiento racional, ordenado, el denominado
“pensamiento científico”, para que puedan plantear
y resolver sus propios problemas experimentales, en sesiones de
cuatro horas durante cinco días subsecuentes.
En ese lapso, explicó, pasan por cinco laboratorios:
Física, Biología, Química, Matemáticas
y Tecnología, y en cada uno hacen una observación
general de un tema común a todas las disciplinas.
Después, se les pregunta qué quieren investigar,
se forman equipos de trabajo de tres alumnos, se organiza una discusión;
los jóvenes hacen anotaciones de su trabajo y se les ayuda
a diseñar un experimento, controlar variables y limitar los
alcances de lo que quieren hacer; al final, se discuten y analizan
los hallazgos, abundó.
Cada sesión es dirigida por un responsable del laboratorio,
que ha tenido formación en ciencia en alguno de los posgrados,
y por dos instructores, que por lo regular son alumnos de licenciatura,
acotó.
Finalmente, los estudiantes tienen la oportunidad de escribir
un artículo científico de aproximadamente mil palabras
sobre el experimento que más les gustó, y lo pueden
mandar a la revista electrónica Experimenta, creada
para este fin.
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