• Varias ciudades mexicanas iniciaron acciones
para contrarrestar los daños; las actividades emprendidas
por el 80 por ciento correspondió a soluciones coyunturales,
prácticas tradicionales y asistencialistas, sin cambios
estructurales del apartado productivo y en la forma de hacer política
económica local
• Los sectores más afectados fueron el empleo, otorgamiento
de créditos para vivienda social y la inversión
en el sector inmobiliario turístico, apuntó el especialista
del IIS de la UNAM, Manuel Perló Cohen
A raíz de la crisis económica mundial, varias
ciudades iniciaron acciones para contrarrestar los daños.
En México, tras un estudio en urbes, investigadores de la
UNAM se percataron que las actividades emprendidas por el 80 por
ciento de ellas correspondió a soluciones coyunturales,
prácticas tradicionales y asistencialistas, sin cambios estructurales
del apartado productivo y en la forma de hacer política económica
local.
Según los resultados de la encuesta aplicada, la
respuesta a la inestabilidad financiera no ha tenido un diseño
adecuado y no atiende las causas originales de la misma.
La crisis avanza con mayor rapidez que la capacidad de
respuesta de algunas metrópolis, aunque éstas constituyen
la clave para enfrentar los efectos negativos.
Por ello, a finales de 2008 se comenzó a trabajar
en el análisis del impacto que esa situación podría
generar en el sistema urbano nacional, considerando que el nuestro
es un país fundamentalmente citadino.
El proyecto de investigación, realizado a través
de cuestionarios, abarcó 90 ciudades mexicanas, que tienen
más de 100 mil habitantes.
Luego de más de año y medio, se tienen resultados
previos, en los que se muestra que si se actúa de manera
rápida y eficaz, la sociedad y su entorno resultan menos
afectados por la problemática general, subrayó el
especialista del Instituto de Investigaciones de Sociales (IIS)
de la UNAM, Manuel Perló Cohen.
La primera encuesta, enviada a los gobiernos de estas metrópolis,
preguntó cómo afectaba la crisis, cuáles eran
los sectores más golpeados, los principales problemas a los
que se enfrentaban, cuál fue su apreciación del fenómeno
y qué estaban haciendo para combatirla. De las 90 ciudades,
sólo 35 respondieron.
Ello, comentó, se ve reflejado en las cifras. Existen
diferencias importantes, las ciudades que mantienen un alto grado
de especialización económica y están vinculadas
al comercio exterior, manejan tasas más altas de desempleo,
y se ubican, principalmente, al norte del país.
Ciudad Juárez, Reynosa, Matamoros, Hermosillo y
San Luis Potosí enfrentan problemas de desocupación
superiores al cinco por ciento, cuando el promedio es de 4.7, ejemplificó.
A su vez, destacó, las del centro y centro occidente
presentan un impacto medio, del 4.6 por ciento, como Guanajuato,
Morelia, Celaya, Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
Finalmente, las metrópolis vinculadas a un mercado local
son menos afectadas y se ubican en un 4.2 por ciento de tasa de
desempleo, como Orizaba, Oaxaca y Villahermosa.
Perló Cohen señaló que otros sectores
afectados son las inversiones del sector inmobiliario turístico
y la adquisición de vivienda de tipo social.
Según la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi),
en el primer bimestre de 2009 se aprobaron créditos por 89
mil 857 millones y en ese mismo periodo, pero de 2008, el monto
fue de 107 mil 592; es decir, hubo una reducción del 16 por
ciento.
La respuesta a la crisis, sin un diseño adecuado
Los resultados de la encuesta, expuso Perló Cohen,
revelan que la respuesta a la crisis no ha tenido un diseño
adecuado y no atiende las causas originales de la misma.
Las acciones emprendidas por el 80 por ciento de las ciudades,
corresponden a soluciones coyunturales, prácticas tradicionales
y asistencialistas, sin cambios estructurales del apartado productivo
y en la forma de hacer política económica local.
Entre las acciones más recurrentes entre estos gobiernos
destacan la capacitación administrativa y contable, financiamientos
menores a micro empresas, se promovió el empleo temporal
y se facilitó el pago de impuestos, por mencionar algunas,
acotó.
Sin embargo, esta investigación aún no concluye,
hace falta saber qué se hará en el 2010, y qué
resultados arrojarán las prácticas empleadas por las
metrópolis para hacer frente a la problemática económica
mundial.
“En mi estancia en el Instituto de Desarrollo Urbano
y Regional de la Universidad Berkeley, California, trabajaré
en el proyecto, y al concluir realizaré otras dos encuestas
para saber si han habido reacciones y si los gobiernos que no habían
hecho nada, están haciendo algo”, adelantó.
Los resultados que se obtengan mostrarán qué
acciones instrumentadas sirvieron para hacer frente a la crisis
y cuáles no, y servirán de ejemplo para no cometer
errores pasados y, al mismo tiempo, prever un plan de acción
ante estas emergencias.
Una rápida respuesta a fenómenos como el
que aún enfrentamos podrían ayudar a una rápida
recuperación, concluyó.
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