• Guadalupe Soto, de la Facultad de Medicina
de la UNAM, señaló que es necesario seguir estrictas
medidas de higiene para evitar brotes de enfermedades
• La epidemióloga recomendó tener especial
cuidado con los alimentos, porque son una de las principales fuentes
de propagación de males gastrointestinales
Tan sólo en Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl,
Valle de Chalco o la delegación Gustavo A. Madero, las lluvias
dejaron decenas de miles de damnificados, y a una semana de la inundación,
son muchos los pobladores que se han visto obligados a vivir rodeados
de aguas negras, muchos porque se niegan a ser desalojados para
evitar que sus casas sean presas de saqueo.
“Si bien hay riesgo de rapiña, lo más
importante ahora es la salud y evitar enfermedades, porque podrían
darse brotes de tintes epidémicos si no se toman las medidas
higiénicas y de salubridad pertinentes”, advirtió
Guadalupe Soto Estrada, investigadora de la Facultad de Medicina
de la UNAM.
“Las aguas residuales son sumamente nocivas por la
gran cantidad de microorganismos patógenos que contienen,
y esta amenaza se recrudece cuando entran hasta donde vive el hombre”.
Por esta razón, la académica pidió
adoptar medidas encaminadas a evitar contagios masivos en zonas
que parecen caldo de cultivo para bacterias y virus.
Catálogo de enfermedades
Las precipitaciones resentidas provocaron no sólo
el desbordamiento de ríos y drenajes, sino condiciones sanitarias
adversas que ponen en riesgo a miles de mexicanos que a diario deben
lidiar con condiciones extremamente insalubres.
Y es que las inundaciones, al provocar el desbordamiento
de los drenajes, son focos para la propagación de enfermedades
como diarreas, fiebre tifoidea, síndrome disentérico
y caos severos de dermatitis.
“Lo primero que debemos hacer es retirar a las personas
del lugar y evitar que entren en contacto con estas aguas. Además,
es indispensable tener mucho cuidado en el manejo de alimentos y
promover el lavado de manos”, indicó Soto Estrada.
De regreso a casa
“Puede que al bajar el agua, las personas se sientan
tentadas a regresar a sus casas, pero el peligro sigue ahí,
por lo que recomiendo no ir”, señaló Soto, quien
recomendó que antes de hacerlo, se sigan estrictas medidas
de higiene.
Y es que la humedad acumulada en paredes o residuos fecales
en pisos, muros y utensilios, son potenciales focos de infección.
“Por eso se recomienda hacer una limpieza profunda, limpiar
con cloro y deshacerse de todos los muebles y artículos posibles
o, en su defecto, desinfectarlos”.
La especialista señaló que algo que la gente
comúnmente olvida es que no deben consumir agua de tinacos
y cisternas, porque es muy probable que el líquido esté
contaminado.
El problema de las congregaciones
La médica señaló que resulta sumamente
importante monitorear la salud de todos quienes usan los albergues,
porque aunque no se trate de padecimientos directamente relacionados
con las aguas negras, un solo individuo enfermo podría desatar
un contagio masivo.
Pero también esto debe ser responsabilidad de cada
ciudadano, y que pidió que al menor síntoma, se acuda
a los centros de salud para diagnosticar si se trata de un mal y,
de ser así, recibir el tratamiento adecuado.
La vacunación
“Una recomendación que haría sería
la de vacunarse contra enfermedades como la hepatitis A, males que
se pueden transmitir por el contacto con material contaminado”,
añadió.
La médico indicó que incluso es recomendable
aplicarse la vacuna contra la influenza AH1N1, pese a las severas
críticas que ha recibido.
“Todas las vacunas presentan riesgos, pero si hacemos
un balance entre riesgo y beneficio, es mucho más conveniente
protegerse contra este tipo de males que quedar sin protección”,
aseveró.
Las enseñanzas que dejará la inundación
Como investigadora, Guadalupe Soto Estrada se especializa
en el análisis de datos estadísticos que aportarán
elementos para entender mejor cómo se diseminan las enfermedades,
a qué sectores poblacionales afectan, y cómo se trasladan
de zona en zona.
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