Boletín UNAM-DGCS-089
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 10 de febrero de 2010

 


DIAGNOSTICA PATÓLOGO VETERINARIO DE LA UNAM CAUSA DE MUERTE DE UNA JIRAFA

 

• José Ramírez Lezama, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, realizó una necropsia al cuerpo de “Kalula”, un mamífero macho, de 11 años
• El animal, que vivía desde hace tres años en el zoológico Sahuatoba, en Durango, falleció por problemas digestivos en el rumen, una de sus cuatro cavidades estomacales

Hace unos días, la muerte sorprendió a la jirafa Kalula, un macho adulto joven de 11 años de edad, muy querido entre quienes visitaban el zoológico Sahuatoba, en Durango, donde vivió los tres últimos años.

La causa del deceso –un daño estomacal en el rumen, una de las cuatro cavidades estomacales que tiene ese mamífero originario de África–, fue diagnosticada por José Ramírez Lezama, médico veterinario de la UNAM, cuyo trabajo consiste en analizar los motivos de fallecimiento de animales tan variados como delfines, leones, lobos marinos, elefantes, pandas y camellos, entre otros.

La labor del universitario se parece a la de los médicos forenses. “Pero ellos se dedican a una sola especie, la humana, y nosotros hacemos necropsias de muchas, cada una con sus peculiaridades”, aclaró.

Profesor e investigador desde hace 25 años en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVyZ) de esta casa de estudios, Ramírez Lezama es especialista en patología, una rama médica que estudia las enfermedades, sus procesos y causas.

Además de dar clases de patología general y patología sistémica, realiza investigación básica, y ha trabajado en el zoológico de la Ciudad de México.

Para diagnosticar el deceso de Kalula, el especialista viajó a Durango para realizar la necropsia, estudio que le llevó cuatro horas y que consistió en abrir el cuerpo del animal –de media tonelada de peso y unos cinco metros de alto— para realizar un análisis morfológico y toma de muestras de tejido de diversos órganos.

“La necropsia requiere dos fases para establecer un diagnóstico: un análisis morfológico macro, observando y revisando cada órgano; y un análisis micro, que se logra luego de analizar las biopsias, pequeñas muestras de tejido que llevamos al laboratorio para estudios más específicos”, detalló.

El médico requirió decenas de muestras de tejido. “Se toma una pequeña biopsia de cada órgano, de uno por un centímetros, para saber dónde ocurrió el problema o si hubo alguna disfunción”.

Las muestras se colocaron en formol, se encapsularon y se llevaron al laboratorio. Allí, se cortaron en delgadísimas capas de tres micrómetros y se tiñeron para observarlas al microscopio, explicó.

Triste diagnóstico

Antes de realizar la tarea, Ramírez Lezama solamente fue informado de que en diciembre Kalula tuvo dificultad para respirar; desde entonces mantuvo sus hábitos normales, hasta el día que amaneció postrado, y más tarde, perdió los signos vitales.

La necropsia reveló que la causa de la muerte fue un daño en el rumen, una de las cuatro cavidades que forman el estómago de las jirafas y otros animales, como las vacas.

“Encontré una dilatación en el rumen, un sitio que se llena de gas por diferentes factores: sobrealimentación, alimento no fibroso o rico en carbohidratos. También había un daño metabólico en el aparato digestivo”, indicó.

La jirafa tuvo una insuficiencia cardio-respiratoria causada por la presión e inflamación del daño digestivo, añadió el médico.

En su ecosistema natural, que se extiende por las sabanas de África, las jirafas se alimentan de los tallos y hojas de una planta suculenta, muy fresca y rica en nutrientes. “Son animales que se adaptan bien al cautiverio y en los zoológicos las alimentan con alfalfa acicalada y granos rolados, que están en hojuelas. Kalula tenía un problema estomacal metabólico y eso le causó la muerte”, concluyó.

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Fotos

Hace unos días, la muerte sorprendió a la jirafa Kalula, un macho adulto joven de 11 años de edad, muy querido entre quienes visitaban el zoológico Sahuatoba, en Durango, donde vivió los tres últimos años.