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El principal factor que amenaza la sobrevivencia de muchas especies
es el comercio ilegal, advirtió Gerardo Salazar Chávez,
del IB de la UNAM
• Se estima que unos 24 tipos se extinguieron en el territorio
en la última década
• En el mundo se han descubierto al menos 25 mil especies,
y el país tiene alrededor de mil 300
La situación de las orquídeas mexicanas es
alarmante, y el principal factor que amenaza la sobrevivencia de
muchas especies es el comercio ilegal, visible en calles y mercados
de las ciudades, advirtió Gerardo Salazar Chávez,
investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.
Por mucho tiempo, los especialistas dedicados al estudio
de estas flores estuvieron preocupados por su situación,
y consideraban que la principal amenaza para la supervivencia de
su diversidad era la destrucción del hábitat; no obstante,
en la última década se ha detectado que el comercio
ilegal en calles y mercados es extraordinariamente dañino.
El biólogo universitario sostuvo que aunque no se
cuenta con datos numéricos, es evidente que la venta se apoya
en una red bien organizada, desde gente que paga a los campesinos
unos centavos por “pelar” los cerros y bajar las orquídeas,
hasta los encargados de transportarlas a los centros de distribución,
y la operación posterior en las calles.
Estas plantas llegan a las ciudades en grandes cantidades,
trasladadas en camiones, y no se trata de un comercio tipo “hormiga”
o de unos cuantos ejemplares que se pueden llevar escondidos en
las bolsas del pantalón; “hasta el momento, no ha habido
una acción encaminada para acabar con esta red nacional”,
reiteró.
Salazar Chávez refirió que “el comercio
ilegal de orquídeas en México está completamente
fuera de control”.
Es posible constatar que una gran proporción de
las orquídeas que se comercializan están protegidas
por la ley, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM), pero
sólo ocurre en teoría, destacó.
La NOM-059-ECOL-2001 contempla alrededor de 200 especies
en alguna categoría de riesgo (extintas, en peligro de extinción,
amenazadas y sujetas a protección especial). Hasta hace unos
años, las estimaciones más confiables indicaban que
unas 16 se consideraban en inminente peligro de extinción
en el territorio nacional.
Si no se hacía un esfuerzo inmediato, la viabilidad
de su propagación en la naturaleza sería inexistente;
ya no podrían subsistir por sí mismas, porque el número
de plantas era tan reducido que no las podían encontrar los
polinizadores y no podría haber reproducción sexual,
señaló.
Las orquídeas, en riesgo
A partir de la década de los 90, por diversas circunstancias
(algunas fuera del control humano como las tormentas y huracanes
de 1997, y la sequía de 1998 que derivó en los peores
incendios registrados en la historia del país), en apariencia
desaparecieron cierto número de especies.
Recientemente, especialistas estimaron que unas 24 se extinguieron
en México en la última década; algunas de las
que se consideraban en riesgo muy alto siguen en esa situación,
a pesar de esfuerzos aislados por propagarlas de manera artificial
para reintroducirlas a su hábitat, debido a la desaparición
paulatina de su entorno.
No sólo se tienen 16 ó 20 especies en riesgo
inminente; a esta lista se suman otras tantas que no son recolectadas
ni bonitas, pero a causa de desastres naturales y a la intervención
humana con quemas incontroladas, se ha devastado la región
de las lagunas de Montebello, Chiapas. En consecuencia, se destruyó
su ambiente y, aparentemente, desaparecieron docenas de especies
orquídeas, abundó.
Por fortuna, sostuvo, la mayor parte tiene poblaciones
en otras áreas de Centroamérica; entonces, no necesariamente
está extinta como tal, pero en el ámbito nacional
sí se perdió.
En el mundo se han descubierto unas 25 mil especies de
orquídeas, y cada año, con la exploración de
áreas que no habían sido visitadas por botánicos,
sobre todo en las regiones tropicales, se siguen encontrando decenas
de ellas, informó el especialista universitario.
En México, se tiene un inventario, actualizado a
2007, de mil 264 especies nativas; de ellas, 40 por ciento son endémicas.
Esta cifra sigue creciendo, se localizan variedades no catalogadas,
así como otras que se conocían en otros territorios,
pero que eran ajenas a nuestra nación.
La tercera familia de plantas más rica en especies
en México
Las orquídeas representan la tercera familia de
plantas más rica en especies en el país, o con mayor
diversidad taxonómica; la más diversa de todos los
grupos es la de las compuestas o asteráceas (como la manzanilla
y el girasol), con más de tres mil especies; sigue en diversidad
las leguminosas, con mil 500, y las orquídeas.
Esta situación es significativa, acotó, porque
los dos primeros grupos son muy diversos en México debido
a que prosperan en ambientes estacionalmente secos o áridos,
mientras que las orquídeas son un grupo principalmente tropical.
El hecho de que 60 por ciento del territorio tenga algún
grado de aridez y cuente con tal riqueza de orquídeas es
sorprendente.
Aquí, subrayó, 60 por ciento de la diversidad
de orquídeas se concentra en el bosque nublado, que ocupa
menos del dos por ciento del suelo nacional; sigue la selva tropical
húmeda, que ocupa u ocupaba las tierras bajas, sobre todo
de la planicie costera del Golfo, que ha sido destruida en gran
medida, aunque quedan remanentes en Los Chimalapas, la selva Lacandona
y el sur de la Península de Yucatán.
Por desgracia, advirtió, la mayor diversidad de
especies se ubica en los ambientes más amenazados. Las prácticas
ineficientes de producción como tirar extensiones de selva
y utilizarlas para la ganadería o la agricultura, afectan
de forma severa muchas poblaciones, no sólo de orquídeas
sino de otros organismos.
Propagación in vitro, una alternativa
El colaborador de los libros Las orquídeas de México
y Biodiversidad del ecosistema del pedregal de San Ángel,
consideró que una de las alternativas contra la situación
de estas flores es la propagación in vitro.
Si se basa en reproducción sexual a partir de plantas
o semillas obtenidas de plantas nativas, que mantienen la variación
genética, es posible generar un reservorio que permita mantenerlas
en cultivo y, eventualmente, si cambiaran las circunstancias en
su hábitat, reintroducirlas y reestablecerlas.
Otra técnica, el cultivo de tejidos, es más
eficiente porque puede producir grandes cantidades en un periodo
de tiempo más corto, pero no genera variación genética,
es un solo individuo que se clona una y otra vez.
Esta última técnica, apuntó, es una
estrategia desventajosa con fines de conservación a largo
plazo, pero si se aplica a plantas selectas de las especies que
buscan los coleccionistas, o para producirlas en grandes cantidades
e introducirlas al mercado a un precio competitivo, se podría
desplazar el tráfico ilegal nacional.
Es indispensable conservar las orquídeas porque
los seres humanos somos sólo una de las varias decenas de
millones de especies que habitan este planeta. “Deberíamos
ser más conscientes y responsables de lo que hacemos con
las otras especies. Ni siquiera hemos acabado de inventariar la
diversidad biológica de este planeta, y ya estamos destruyendo
gran parte de ella”, concluyó.
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