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Pese a sus 600 modificaciones, sigue siendo anticuada, opinó
el académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la UNAM
Este 5 de febrero en México se festeja el 93 aniversario
de la Constitución, texto fundamental del país que
acumula 600 modificaciones en 189 decretos desde que fue expedida
en 1917, señaló el doctor en derecho Miguel Carbonell
Sánchez, académico del Instituto de Investigaciones
Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
“A pesar de que se ha reformado tantas veces, sigue
siendo una Constitución anticuada. Por eso estamos discutiendo
temas como la reforma del Estado, y desde la Universidad Nacional
hemos hecho una batería de propuestas para que esa reforma
no sea solamente la relación entre poderes, sino también
una reforma al régimen de nuestros derechos fundamentales”,
advirtió.
Para definir a la Constitución, Carbonell hizo una
analogía anatómica: “si México fuera
un cuerpo humano, la Constitución sería la columna
vertebral, pues sostiene al régimen jurídico y político
del país”, afirmó.
Y es debido a esta importancia central, que el jurista
consideró que es urgente una modificación de fondo
a la Carta Magna.
“Pienso que la reforma integral de la Constitución
no solamente es necesaria sino urgente, porque tal como está
ahora nos puede generar más problemas de los que nos resuelve”,
advirtió.
Luces y sombras
En un balance, Carbonell destacó entre sus virtudes
del actual documento su longevidad como un indicativo de que ha
cumplido una función.
“En otros países ha habido una constante sustitución
de los textos constitucionales y eso no es favorable, se tiene que
alcanzar un balance entre el inmovilismo y el reformismo continuo”,
consideró.
Sin embargo, criticó que las modificaciones no han
logrado reformar de forma sustancial el texto, que debe funcionar
como un reloj, donde cada parte armoniza.
“En esas 600 modificaciones se ha hecho un trabajo
a cuenta gotas, pero en la Carta Magna se ha carecido de una visión
integral y sistemática”, consideró..
Carbonell destacó que la Constitución de
1917 tiene grandes aportes en el campo de los derechos sociales,
pues por primera vez, planteó derechos de los trabajadores,
los campesinos y el derecho a la educación.
“Y, posteriormente, ha ampliado ese catálogo
a los derechos a la salud, la vivienda y el medio ambiente”,
reconoció.
Sin embargo, destacó que en 1917 respondió
a condiciones de un México hoy distante; entonces, con 15
millones de habitantes, mientras hoy la misma debe contemplar la
complejidad de un país con 110 millones de habitantes.
“Un punto neurálgico aportado por la Constitución
del 17 a la historia política de México es el Estado
laico, un logro que es importante conservar”, opinó.
El investigador del IIJ recordó que una docena de
juristas de esa entidad académica de la UNAM enviaron hace
algunas semanas una propuesta al Senado de la República con
consideraciones para modificar la Constitución.
“Es una reflexión académica que se
logró mediante un convenio entre el Instituto de Investigaciones
Jurídicas y el Instituto Belisario Domínguez del Senado
de la República. Es un documento que deberá analizarse
dentro del periodo ordinario de sesiones a realizarse entre el primero
del febrero y el 30 de abril”, señaló.
El jurista adelantó que en el centro de la propuesta
universitaria destaca una nueva relación entre los poderes
Ejecutivo y Legislativo, para generar un cambio en los tomadores
de decisiones que produzca cambios en otros sectores.
– o0o –