Boletín UNAM-DGCS-074
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 4 de febrero de 2010

 


LAS ZONAS COSTERAS, VULNERABLES ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO

 

• Las poblaciones asentadas en esas áreas sufrirán directamente las consecuencias del incremento del nivel del mar y de la intensidad del oleaje, como la acelerada erosión de las playas, dijo Alfonso Vázquez Botello, del ICMyL de la UNAM
• Además, las costaneras mexicanas también son amenazadas por huracanes, cuya frecuencia y fuerza se han incrementado en los últimos años
• A pesar de las advertencias, casi todas las comunidades del país que sufrirán los efectos del cambio climático aún no cuentan con un sistema de alerta temprana

En los últimos años, meteorólogos y oceanógrafos de todo el mundo se han dedicado al estudio de los efectos del cambio climático, especialmente en zonas costeras, debido a la importancia ecológica, social y económica que éstas representan para el planeta.

“Las poblaciones asentadas en esas áreas sufrirán directamente, unas más que otras, las consecuencias del incremento del nivel del mar, pero también de la intensidad del oleaje. Uno de esos resultados es la acelerada erosión de las playas, con la subsecuente destrucción de la infraestructura asentada en ellas”, dijo Alfonso Vázquez Botello, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.

En lo referente a las costaneras mexicanas, otro fenómeno que las amenaza son los huracanes, cuya frecuencia y fuerza también se han incrementado.

“En el país tenemos más de 10 mil kilómetros de litorales, pero no todos son vulnerables a los efectos del cambio climático”, aclaró el investigador.

En el Golfo de México existen tres regiones vulnerables: la parte norte de Tamaulipas; parte de la costa del sureste, a partir del sur del estado de Veracruz, y la Península de Yucatán, hasta Belice. Asimismo, en el Océano Pacífico hay otras tres: la costa de Sinaloa, al norte; el litoral sur de Oaxaca, y la costa de Chiapas.

“La altura máxima sobre el nivel del mar de Isla del Carmen, en Campeche, es de 70 centímetros; si el nivel aumenta unos 50 centímetros, el lugar se inundaría casi en su totalidad. Una ola de unos dos metros de altura dejaría bajo el agua una gran extensión. Ésa es la vulnerabilidad de la que hablo, y en ciertos sitios ha crecido de manera notable“, ejemplificó el universitario.

En el caso del sur de Veracruz, por la región de la Laguna de Alvarado, el riesgo se debe a la orografía y a la geología, constituidas no por sedimentos consolidados (rocas y acantilados), sino arenosos (playas muy bajas); aquí, el efecto del incremento del nivel del mar y del oleaje podría ser devastador.

Migrantes climáticos

En la costa de Chiapas, hace años ocurrió un fenómeno hidrometeorológico terrible. Las lluvias desatadas como consecuencia de un huracán desbordaron varios ríos, entre ellos, el Coatán; arrasaron poblaciones enteras.

Hace tres años, un frente frío originó lluvias en las tierras altas de Tabasco, que casi desbordaron las presas, y fue necesario abrir sus compuertas; el agua liberada bajó con fuerza e inundó la ciudad de Villahermosa.

“Recientemente apareció una nota en la que Sánchez Magallanes, un poblado de pescadores ubicado en Tabasco, era presentado como uno de los sitios habitados más vulnerables del sureste. Las fotos muestran algunas construcciones totalmente fuera de la arena por el incremento de las lluvias y la erosión de las playas.

“Sus habitantes han tenido que emigrar porque cada vez es más difícil vivir allí, y son mencionados –esto es muy importante– como las primeras víctimas de los efectos del cambio climático“, refirió Vázquez Botello.

Es posible que en un futuro cercano, debido a la elevación del nivel del mar y a la fuerza del oleaje, los gobiernos estatales prohíban los asentamientos urbanos en áreas costeras, e incluso obliguen a los actuales pobladores a emigrar tierra adentro.

Dentro de los estudios de vulnerabilidad, se ha considerado el fenómeno de la adaptación, pero algunas zonas ya son tan vulnerables que no es posible que sus habitantes se adecúen a las nuevas condiciones climáticas.

Entonces, “deberán emigrar porque, o se inundan, o les cae un huracán; todo ello pone en riesgo sus vidas. Si la vulnerabilidad es baja, sus residentes sencillamente se pueden recorrer unos metros hasta donde estén seguros, y retomar sus actividades“, dijo el experto.

Medidas preventivas

A pesar de las advertencias de los investigadores, casi todas las urbes mexicanas que sufrirán los efectos del cambio climático aún no cuentan con un sistema de alerta temprana, y la mayoría de sus habitantes no sabe que vive en sitios vulnerables.

De ahí la importancia de contar con un plan nacional, y varios estatales, de acciones frente a ese fenómeno, y con un sistema de alerta para las localidades expuestas.

“Una parte importante de los estudios que hemos realizado se relaciona con la identificación y el tamaño de esos sitios. El gobierno federal ya tiene resultados, con el porcentaje de la población y de la superficie vulnerables”, concluyó.

– o0o –

 

Fotos

Es posible que en un futuro cercano, debido a la elevación del nivel del mar y a la fuerza del oleaje, se prohíban los asentamientos urbanos en áreas costeras.