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En la Universidad de Arizona quedó listo el horneado del
espejo de 6.5 metros de diámetro, e iniciará el
proceso de pulido
En la Universidad de Arizona, Estados Unidos, concluyó
el horneado de un espejo de 6.5 metros de diámetro que formará
parte del nuevo telescopio del Observatorio Astronómico Nacional,
ubicado en San Pedro Mártir, Baja California, adscrito al
Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM.
Ahora, el enorme artefacto de vidrio japonés de
alta calidad será trasladado a otra zona del “Mirror
Lab” para iniciar el proceso de pulido, informó el
director de Astronomía, José Franco López.
Franco López y el coordinador de la Investigación
Científica de la UNAM, Carlos Arámburo de la Hoz,
estuvieron hoy en Tucson para supervisar los trabajos que realizan
en ese laboratorio estadounidense, el único en el mundo que
fabrica espejos monolíticos para telescopios de hasta 8.2
metros de diámetro, límite máximo aceptado
para espejos de una sola pieza.
“Aunque fundamental, el espejo es solamente una parte
de las tecnologías que incluirá el telescopio de 6.5
metros de diámetro que planeamos instalar hacia el año
2015 ó 2017 en San Pedro Mártir, zona privilegiada
para la observación astronómica que conjuga altura
y cielo oscuro prácticamente todo el año”, añadió
el astrónomo.
Otras tecnologías para el nuevo telescopio que están
por desarrollarse son la montura de acero a donde se instalará
el espejo, una cámara infrarroja de última generación,
la estructura de acero para todo el equipo, la instrumentación
óptica, mecánica y de control, y un robusto sistema
de cómputo especializado.
“El camino es largo, pero este telescopio que planeamos
estará listo en un periodo de cinco a siete años y
será el eje de la modernización de Observatorio de
San Pedro Mártir y nos permitirá tener un nicho de
oportunidad competitivo a nivel mundial para escudriñar el
cielo”, detalló.
Mirada panorámica
En la época actual en el mundo existen equipos como
el Gran Telescopio Canarias (GTC), cuyo espejo fragmentado mide
10.4 metros de diámetro; y ya se construye el Telescopio
Europeo Extremadamente Grande (E-ELT), con un espejo primario fragmentado
de 42 metros.
“Será un telescopio pequeño, pues México
no puede participar en proyectos de mil millones de dólares.
Pero para compensar su tamaño, tiene un interesante nicho
de oportunidad, pues mientras los telescopios cada vez más
grandes están observando puntos cada vez más pequeños
en el espacio, desde San Pedro Mártir podremos observar áreas
grandes del cielo con alta resolución en infrarrojo, y hacer
otro tipo de estudios científicos”, explicó
Franco.
Con su “mirada panorámica en infrarrojo”,
el nuevo telescopio mexicano podrá hacer mapas del cielo,
estudios de hoyos negros, de colapsos de estrellas de neutrones
e investigaciones de energía y materia oscuras, entre otros.
La construcción del equipo astronómico es
posible gracias a una co-inversión entre la UNAM y la Universidad
de Arizona, en la que también aportó el Instituto
Nacional de Astrofísica, Optica y Electrónica (INAOE).
“El proyecto completo para tener listo el telescopio
lleva cinco fases. Ahora nos encontramos en la primera, que es el
diseño conceptual, que incluye definir las características
del proyecto, su viabilidad técnica y los costos, así
como una revisión de expertos”, señaló
Franco.
La segunda fase, será el diseño detallado
y la revisión de un panel revisor de expertos; la tercera,
la construcción de las partes del equipo por separado; la
cuarta, la integración o ensamblado de cada parte del equipo;
y la quinta y última fase, la explotación científica
del equipo.
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