Boletín UNAM-DGCS-064
Ciudad Universitaria
12:30 hrs. 30 de enero de 2010

Mónica González Contró


EL BULLYING, VIOLENCIA QUE COMIENZA EN EL AULA Y SE RECRUDECE EN EL CIBERESPACIO

 

• La falta de regulación en Internet hace imposible poner freno a los ataques que dirigen niños abusivos contra sus compañeros, aseguró Mónica González Contró
• Según la integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México carece de una cultura de respeto a los derechos de niños y adolescentes

La violencia escolar ejercida entre compañeros ha formado desde siempre parte del día a día en los salones de clases; sin embargo, este fenómeno —que recibe el nombre de bullying— se ha agravado a últimas fechas debido a que la tecnología permite a los acosadores ir más allá de las aulas y trasladar sus ataques al ciberespacio, a sabiendas de que no existe autoridad alguna que regule el espacio virtual.

Se debe considerar que cada vez es más común que los niños y adolescentes usen el chat, los mensajes de celular o las redes sociales para mantenerse en contacto con conocidos; sin embargo, a veces donde esperaban hallar gestos amistosos, lo que encuentran son actitudes hostiles y groseras, porque “el ciberbullying tiene por fin denigrar a un joven en específico frente a sus compañeros de colegio", expuso Mónica González Contró, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

A pesar de la angustia emocional y la preocupación que generan estas actitudes, la vergüenza y el temor hacen que los niños no pongan un alto a los ataques, amenazas, insultos o burlas de un abusador.

Una de las tácticas más empleadas por estos sujetos es colocar fotos o información comprometedora de la víctima, disponible en las redes sociales y escolares, o incluso llegan a crear cuentas o perfiles falsos para hacerse pasar por el afectado.

También es común que realicen “encuestas” para que sus compañeros voten y elijan a la persona más “tonta” o “fea” del colegio, o que a través del correo electrónico, el chat o mensajes telefónicos amenacen e intimiden a los infantes.

Mónica González comentó que el hecho de que haya maestros que toleren la violencia escolar representa un problema serio, porque si en estos espacios (donde se supone que existen figuras de autoridad encargadas de mediar en la interacción entre los pequeños) se presentan estas situaciones, evidentemente el asunto se “recrudece” en el ciberespacio, donde no hay normas que frenen las agresiones.

Un día contra la violencia

Otro problema aún presente en el ámbito escolar es que la creencia de que “la letra con sangre entra” continúa siendo una máxima para muchos padres de familia o profesores, quienes piensan que violencia y educación están ligadas y por eso la justifican, dijo González Contró.

La especialista señaló que tradicionalmente la idea de maltrato remite al castigo corporal; pero esta noción debe ampliarse para comprender comportamientos como la descalificación, otra forma de violencia. Por eso, cuando un profesor expone a un alumno frente a sus amigos, lo expulsa del aula o le dice que “es un burro”, en realidad lo agrede.

Cada 30 de enero se conmemora el Día Escolar de la Paz y la No Violencia, y es que estas condiciones de hostilidad al interior de los colegios se presentan porque “no existe una cultura de respeto a los derechos de los niños y adolescentes; pese a que existen instrumentos jurídicos, aún se aprecian grandes deficiencias en la materia”, aseguró la investigadora.
Instrumentos jurídicos

México cuenta con varios recursos que van desde los tratados internacionales hasta la legislación secundaria, como la Convención sobre los Derechos del Niño, que tiene 20 años de ser el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.

En ella, se plantean y reconocen los principales derechos humanos de los menores de 18 años, y establece que los países suscritos deben garantizar medidas especiales de protección y asistencia, así como el acceso a servicios como la salud y educación.

Además, establece que se debe brindar información para que los pequeños estén en posesión de sus derechos y participen de forma activa y accesible en dicho proceso.

Cuando un Estado Parte, como México, se compromete a armonizar sus leyes, políticas y prácticas, idealmente deberían dar cumplimiento a las normas planteadas por la Convención.

Este acuerdo fue ratificado por nuestro país en 1990, y justamente dio origen a la reforma del Artículo Cuarto Constitucional.

Anteriormente, este apartado se limitaba a establecer que los padres y tutores eran los responsables del cuidado de los menores, pero hoy incorpora las palabras “niñas y niños”, que dan cuenta de la especificidad de las personas a lo largo de la vida.

Además, establece ciertos derechos a la satisfacción de necesidades de alimentación, salud, vestido, vivienda, así como la obligación que tienen tanto el Estado como los padres y las instituciones.

A partir de ambos instrumentos, surgió la Ley Federal para la Protección de los Derechos de Niñas y Niños y Adolescentes, así como legislaciones locales en cada entidad federativa.

El Estado, en deuda con los niños

Es preciso establecer mecanismos de participación infantil, porque el autoritarismo dentro de la estructura social se relaciona con la concepción de que los pequeños no son titulares de derechos.

Mónica González señaló que este panorama muestra que México ha cumplido con estos requerimientos de manera desigual.

“Se ha avanzado en el país porque existe más sensibilidad en cuanto al respeto de dichos derechos, pero aún nos hace falta mucho trabajo por hacer”, concluyó.

– o0o –

 

Fotos

Mónica González Contró criticó que los maestros toleren la violencia que ejercen los niños entre sí al interior de las escuelas.