•
El mandatario cayó en la tentación del poderío
militar, en el que ha invertido 636 mil millones de dólares,
cifra sin precedentes, dijo Eduardo Rosales Herrera, de la FES
Acatlán de la UNAM
• Ocupó su capital político en una crisis
económica que se ha detenido, sin resolverse, y ha incrementado
el déficit público de 10 a 13 billones de dólares,
añadió el experto
• Para Jorge Eduardo Navarrete, del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, su
primer año de gestión se mueve entre claroscuros
En su primer año de gobierno, el presidente
de Estados Unidos, Barack Obama, enfrenta el desencanto y el
escepticismo de su pueblo, escasos resultados, promesas sin
cumplir, un apoyo a la política militar y una crisis
económica que, pese a enormes inversiones, se ha detenido,
pero no resuelto, afirmó el doctor Eduardo Rosales Herrera,
investigador del posgrado en Relaciones Internacionales de la
Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM.
Después del “fenómeno Obama”
que hace un año se concretó con la llegada del
primer afroamericano a la presidencia estadounidense, hoy el
mandatario enfrenta una situación con claroscuros, en
donde lo negativo pesa más que lo positivo, evaluó
el internacionalista.
Para Jorge Eduardo Navarrete, investigador del Centro
de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
de la UNAM, de hace un año a la fecha se han registrado
una serie de claroscuros, entre los que se cuentan intenciones
que están a punto de cumplirse, como la reforma a los
sistemas de salud, y propósitos que no pudieron ser concretados
como el cierre de la prisión de Guantánamo.
En opinión del también ex embajador de
México y ex subsecretario de Relaciones Exteriores, muchas
de las críticas que se le hacen en su país al
ex senador por Illinois es que no logró evitar la contracción
económica, pero para el diplomático es importante
subrayar que “lo que sí hizo fue evitar una crisis
que amenazaba con profundizarse cada vez más y abrió
un camino para la recuperación, aunque para esto falta
mucho”.
“Obama ha perdido 20 puntos de popularidad, la
cifra más alta desde tiempos de Ronald Reagan, según
revelan encuestas realizadas por empresas como Gallup, CNN y
The Washington Post”, destacó Rosales Herrera.
Política internacional, sólo promesas
En el ámbito internacional, Obama no ha resuelto
el retiro de tropas de Afganistán, ni el desmantelamiento
de la prisión de Guantánamo, en Cuba, que levantó
aplausos globales tras el anuncio respectivo.
“En Afganistán continúa sin atender
los tres objetivos planteados desde el inicio de esa misión
militar: desmantelar al movimiento talibán, liquidar
a la organización terrorista Al Qaeda y atrapar a Osama
Bin Laden. Eso está lejos, como lo demuestra el intento
de ataque terrorista realizado por un joven nigeriano en un
avión en diciembre pasado, y el asesinato de siete agentes
de la CIA por el doble agente Al Balawi”, recordó
Rosales.
Contrario a sus promesas, Obama ha enviado a Afganistán
60 mil soldados para sumar 90 mil, adicionales a los 40 mil
que mantienen en ese país otros países europeos.
Respecto a la base militar de Guantánamo, el
mandatario enfrenta la negativa del Congreso para trasladar
a 200 prisioneros a territorio estadounidense.
“Con América Latina también hay
una situación difícil, especialmente tras la crisis
de Honduras, cuando validó la presidencia de Porfirio
Lobo, que lo distanció de Brasil, Además, éste
país sudamericano se opone a la presencia de tropas estadounidenses
en Colombia”, resumió el investigador.
Respecto a Haití, la reacción de Estados
Unidos está marcada por una excesiva presencia militar,
que hace sospechar si las intenciones de llevar ayuda humanitaria
inmediata no son también las de una ocupación,
como han denunciado Francia y Venezuela.
“Esa interpretación de un Estados Unidos
oportunista es posible porque, por un lado, no hay una buena
relación con América Latina, y por otro, Obama
ha caído en la tentación del impulso militar,
quizá secuestrado por la poderosa industria militar,
en la que ha invertido 636 mil millones de dólares, una
cifra sin precedentes”, añadió el universitario.
México, cero resultados
El doctor Rosales Herrera consideró que en la relación
con México, el gobierno de Obama tiene cero resultados,
al menos en tres temas fundamentales: la lucha contra el narcotráfico,
el comercio y la migración.
“En el caso del narcotráfico Obama ha
impulsado una militarización de su frontera con México,
pero no existe un menor flujo de venta y tráfico de armas
ni de consumo de drogas, dos asuntos en los que Estados Unidos
es corresponsable. Así que no hay un cambio significativo,
y en ese contexto la Iniciativa Mérida es cuantitativamente
muy escasa, y funciona a cuenta gotas”, señaló.
Respecto a la relación con México en
lo comercial, el profesor de la FES Acatlán consideró
que impera una relación desequilibrada, en donde México
tiene una amplia apertura en temas como las telecomunicaciones
y los servicios bancarios, mientras que EU se mantiene cerrado.
Sobre la migración ilegal que fluctúa
en seis millones de mexicanos (la mitad de 12 millones de extranjeros
que recibe ilegalmente EU actualmente), el investigador consideró
que es un tema empantanado.
“Ni Obama ni el gobierno de Estados Unidos son
responsables de que en México no haya las condiciones
económicas y laborales óptimas para que lo mexicanos
no se vayan para allá, pero son corresponsables al contratarlos
cuando les es conveniente y deportarlos cuando no les sirven.
Falta una regulación necesaria que el gobierno de Obama
sigue sin emprender”, destacó.
Crisis económica, apenas contenida
Acerca de la crisis económica de Estados Unidos, en la
que según Rosales Herrera, el presidente estadounidense
ha invertido su capital político, el universitario destacó
que la crisis está detenida, pero muy lejos de ser resuelta.
“La inversión que ha hecho para contener
la crisis económica ha aumentado de diez a 13 billones
de dólares el déficit de Estados Unidos, una cantidad
estratosférica”, consideró.
– o0o –