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En la FES Cuautitlán de la UNAM, los agrónomos
Margarita Tadeo Robledo y Alejandro Espinosa Calderón
mejoran variedades del grano con triptófano y lisina
• Esos aminoácidos son constituyentes de proteínas
y buscan mejorar la calidad del cereal para dar un aporte nutricional
a las comunidades marginadas del país
Para ofrecer una alternativa alimentaria que ayude
a abatir la desnutrición en el país, Margarita
Tadeo Robledo y Alejandro Espinosa Calderón, investigadores
de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán
de la UNAM, desarrollan variedades de maíz con calidad
proteínica.
El grano, que analizan y cultivan de forma experimental
en el campo cuatro de la entidad universitaria, está
enriquecido con dos de los ocho aminoácidos esenciales
para la nutrición humana: el triptófano y la lisina.
“El maíz contiene entre 67 y 70 por ciento
de carbohidratos, pero su calidad proteínica es baja,
de siete a nueve por ciento”, explicó en entrevista
el ingeniero agrónomo y doctor en genética, Alejandro
Espinosa Calderón, profesor de la carrera de Ingeniería
Agrícola en la FES.
En la dieta tradicional de los mexicanos, la aportación
de carbohidratos de ese cereal se combina con la calidad proteínica
del frijol, para lograr un complemento equilibrado.
“Aún en las comunidades más marginadas
del país, la combinación de tortillas y frijol
ha sido históricamente una dieta adecuada, pero en la
última década, en las zonas más pobres
ha disminuido el consumo de la leguminosa, y en consecuencia,
existe un aumento de la desnutrición. Por eso, pensamos
en una alternativa que diera al grano calidad proteica”,
explicó.
Actualmente, el proyecto de mejoramiento genético
para incrementar la calidad proteínica, a cargo de Margarita
Tadeo y Alejandro Espinosa –especialistas en generar híbridos
y variedades mejoradas de maíz, entre ellos los exitosos
maíces PUMA– se encuentra en un 60 por ciento de
desarrollo.
Nutrientes básicos
Fundamental para que el organismo humano elabore sus
propias proteínas, el triptófano ayuda a segregar
en el cerebro un neurotransmisor llamado serotonina, que favorece
el sueño y equilibra el insomnio, la ansiedad y el estrés.
El triptófano solamente se obtiene a través
de la alimentación. Es abundante en la leche, huevo,
cereales integrales, chocolate, avena, dátiles, garbanzos,
calabaza y cacahuates.
Por su parte, la lisina es un componente de las proteínas
sintetizadas por los seres vivos. Su función es necesaria
para la construcción de todas las proteínas en
el organismo. Desempeña un papel fundamental en la absorción
de calcio, en la construcción de proteínas musculares,
en la recuperación de lesiones y heridas, así
como en la producción de enzimas, hormonas y anticuerpos.
La lisina se encuentra en legumbres como espinacas
y berros; en granos como frijol, lenteja, amaranto y soya, y
en carnes de puerco, aves y pescado.
“La idea de mejorar el maíz con proteínas
surgió desde 1963, cuando se desarrollaron algunos maíces
enriquecidos con el doble de aminoácidos, pero eran muy
suaves; de mejor calidad, pero bajo rendimiento, y más
vulnerables a plagas. Por eso se suspendió el proyecto
en 1970”, recordó Espinosa.
En 1980, en el Centro de Mejoramiento de Maíz
y Trigo se empezó a optimizar el grano mexicano, y en
1980, la investigadora mexicana Evangelina Villegas participó
en el mejoramiento del cereal, un proyecto que ahora continúan
los universitarios Tadeo y Espinosa con su propia propuesta.
“En ese Centro lograron maíces mejorados
y duros, y ahora en el mundo hay algunos mejorados. En nuestro
proyecto de la FES Cuautitlán, estamos empeñados
en obtener variedades de nuestros maíces PUMA con calidad
proteínica”, finalizó el especialista.
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