• Los Caminos de la Justicia en México
1810-1910-2010, fue convocado por la comisión del
Poder Judicial de la Federación para el Bicentenario
del inicio de la Independencia y Centenario del inicio de la
Revolución
• En la modalidad de Licenciatura, fueron distinguidos
Rocío Andrea Castillo, de la FFyL; Ernesto Abraham Chimal
y Érica Mora, de la FCPyS, y Laura Nalleli Martínez,
de la FD
• En la categoría de maestría fue reconocida
Diana Irina Córdoba, de la FFyL, y en doctorado Alberto
Abad Suárez, del IIJ
Jóvenes universitarios de esta casa de estudios
resultaron ganadores en las tres categorías del Concurso
Nacional de Proyectos de Tesis Los caminos de la justicia
en México 1810-1910-2010, convocado por la comisión
del Poder Judicial de la Federación para el Bicentenario
del inicio de la Independencia y Centenario del inicio de la Revolución
Mexicana.
En la modalidad de Licenciatura, la distinción
fue para la egresada de la carrera de Historia de la Facultad
de Filosofía y Letras (FFyL), Rocío Andrea Castillo
Garza, quien realizó una investigación en torno
a La imagen de la policía de la Ciudad de México
durante el Porfiriato. Los primeros reglamentos en la materia,
dijo, se hicieron unos años antes de ese periodo.
Su investigación se divide en una introducción
dedicada a las ideas liberales y la concepción de ciudadanía,
seguridad y modernidad de la época, y capítulos
dedicados a la visión del uniformado a partir de la propia
institución policiaca, y la imagen que la sociedad tenía
de esa agrupación, entre otros temas.
En su trabajo, la joven encontró que, desde sus
inicios, ese guardián tuvo problemas estructurales, que
se observan hasta la actualidad, como la falta de selección
especializada del personal, de entrenamiento y salarios bajos.
“Se trata de una figura que la colectividad necesita y pide,
y que al mismo tiempo, rechaza y hasta agrede”.
La investigación se basó en fuentes hemerográficas.
Castillo Garza recurrió a los acervos de los archivos General
de la Nación e Histórico de la Ciudad de México,
y aunque no ha concluido el trabajo, asesorado por Elisa Speckman
Guerra, del Instituto de Investigaciones Históricas, consideró
que se trata de un punto de partida para el estudio de esa institución.
En cuanto al premio, expresó que haber ganado
representa una satisfacción: “es la síntesis
de lo trabajado en la carrera, de la formación que recibí
en la Universidad”.
Ernesto Abraham Chimal Escamilla, egresado de la carrera
de Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCPyS), fue reconocido por El concepto del ciudadano
definido por el liberalismo mexicano de 1812 a 1872.
La investigación inicia en 1812, cuando entró
en vigor la Constitución de Cádiz –que incluye
esa nueva figura política–, y hasta 1872, con la
conclusión del periodo de la República Restaurada,
donde se establecieron algunos fundamentos que se seguirían
para consolidar las funciones, deberes y derechos políticos
y jurídicos del ciudadano en el México contemporáneo.
“A partir de una reconstrucción histórico-política
y social del Estado en esos años, buscó los fundamentos,
apoyados en prácticas sociales concretas, que sostuvieron
la idea de ciudadano en diversos periodos, como el Segundo Imperio”,
relató.
La idea del ciudadano se perfila como aquel a quien se
brinda la oportunidad y derecho de elegir a sus gobernantes, pero
quedan de lado cuestiones como su participación real dentro
de la función pública o la vigilancia de lo jurídico,
lo que “se ha olvidado en el discurso político mexicano”,
añadió.
Asesorado por Teresa Ordorika, del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, consideró
que este premio es un aliciente para continuar con sus estudios
y su carrera de investigación, que apenas inicia.
En tanto, Laura Nalleli Martínez Breña,
egresada de la Facultad de Derecho (FD), se abocó al tema
de El inculpado en México. Dos siglos de evolución
constitucional 1810-2010, porque hay mucho que decir del
sistema penal y “desde el ángulo del inculpado, adquiere
un toque más interesante”, señaló.
Mediante la relación entre el Estado y el inculpado,
es posible saber qué tan democrático o autoritario
puede ser el primero. “Las constituciones han dado garantías
al individuo para nivelar esa relación, y estudiarlas,
permite ver el desarrollo de la justicia en el país”,
consideró.
Laura Nalleli hizo una revisión histórica,
donde detectó el avance del sistema penal constitucional,
pero también los puntos o temas que han provocado un retroceso.
Un ejemplo es la delincuencia organizada y la inseguridad
que se vive hoy, y que han provocado que el Estado y la propia
sociedad consideren que es necesaria la revisión del sistema
y la creación de uno de excepción.
En torno al inculpado, ha habido una gran evolución.
Hace dos siglos, se veía como un enemigo social y no tenía
tantos derechos como ahora. En las constituciones de 1812 y hasta
1824, se reconocían algunos, como contar con un defensor
o la facultad de audiencia, pero no podía saber de qué
se le culpaba.
En la de 1857, el tema se reforzó, y para 1917,
se contó con un catálogo amplio de derechos fundamentales
que reconocen y fortalecen al sistema penal constitucional.
Asesorada por el jurista Sergio García Ramírez,
consideró que es importante que existan convocatorias que
impulsen la investigación, el conocimiento y nuevas perspectivas
de estudio, como la de este certamen. “Haber ganado es una
satisfacción, un gran reto y una responsabilidad como universitaria”.
Érica Mora Garduño, egresada de la carrera
de Ciencias de la Comunicación de la FCPyS, fue reconocida
por el proyecto La Suprema Corte de Justicia de la Nación
y su papel ante las decisiones de los otros poderes de la Unión.
Estudio de caso de su sentencia sobre la Ley de Medios.
Como reportera del periódico Excélsior,
cubriendo las actividades de la Suprema Corte, conoció
el caso. “Había detectado la problemática
de una legislación que no es vigente y adecuada para los
medios de comunicación. Creí que desde ahí
se podía hacer una propuesta al respecto”.
La hipótesis central de la investigación
es que, en 2007, cuando la SCJN decide declarar inconstitucionales
las reformas que se habían aprobado por la legislatura,
se mostró la independencia que el Poder Judicial tiene
ante el Ejecutivo y el Legislativo. Aunque, consideró,
esa instancia necesita ser reforzada y darle más herramientas
para que se fortalezca.
En torno a la Ley, expuso que todavía es necesario
discutir temas como las concesiones: “se debe abrir espacio
a otras opciones comunicativas. Hay que proteger los derechos
e intereses de los ciudadanos comunes para tener información
plural y diversa”.
Para la futura investigadora, que contó con la
guía de la académica Fátima Fernández
Christlieb, es un gran orgullo haber ganado el certamen, sobre
todo por ser egresada de la UNAM.
Galardonados en maestría y doctorado
En la categoría de maestría, resultó triunfadora
Diana Irina Córdoba Ramírez, del área de
Historia en la FFyL. Decidió estudiar el tema Entre
el celo católico y la conducta anticlerical: mujeres adjudicatarias
en la Ciudad de México, 1856-1858.
“Creí pertinente inscribir mi proyecto porque
la desamortización de la propiedad civil y eclesiástica
en el siglo XIX, es un tema en el que convergen la historia jurídica
y política, la económica y la de las mujeres”,
señaló.
En su trabajo, reflexiona sobre la capacidad contractual
del género femenino y la evolución del concepto
de la propiedad en el siglo XIX. Luego, analiza las características
de la Ley del 25 de junio de 1856 ó Ley Lerdo y describe
quiénes eran las mujeres que adjudicaron propiedades civiles
y eclesiásticas.
También, advierte si las adjudicaciones fueron
una excepción para ellas o la coyuntura de la reforma sólo
les permitió ampliar su participación en la dinámica
económica de la ciudad, en qué campos invirtieron
en otros momentos y, si una vez que triunfó el partido
liberal, reclamaron ante tribunales la propiedad de los bienes
que se habían otorgado.
Su investigación, que contó con la asesoría
de Elisa Speckman, proporciona una perspectiva para construir
una historia más completa de la mujer, la familia, el género,
la propiedad, la economía y la sociedad en el siglo XIX,
consideró Diana.
Ser ganadora en este concurso nacional representa el
orgullo de poner en alto el nombre de la Universidad, y la importancia
de los estudios humanísticos, muchas veces despreciados
y criticados. “Es también un estímulo para
seguir formándome como historiadora, para plantearme preguntas,
para disfrutar la posibilidad de hacer lo que me apasiona”.
Por último, en la categoría del doctorado,
el ganador fue Alberto Abad Suárez Silva, del Instituto
de Investigaciones Jurídicas, con el trabajo La participación
de la sociedad civil organizada y los medios de comunicación
masiva en la interpretación constitucional de derechos
fundamentales de la SCJN.
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