• El fenómeno de la migración
en las comunidades rurales se incrementó 40% en los últimos
seis años, advierte un estudio del CAM de la Facultad
de Economía de la UNAM
• En el documento Pobreza, Migración
y Remesas en México, los académicos revelan que
en 2009 se perdieron 500 mil empleos en el campo
Con el incremento en los precios de los productos de
la canasta básica, durante los tres últimos años
las familias que viven en el campo registraron una pérdida
-de diciembre de 2006 a diciembre de 2009- del 44 por ciento en
su ya deteriorado nivel de vida.
El estudio Pobreza, Migración y Remesas en
México, elaborado por investigadores de la UNAM, advierte
también que el número de agricultores que no pueden
comprar la canasta básica, llega a más de 28 millones
280 mil personas; sólo tres millones 954 mil familias del
campo pueden consumirla con los actuales ingresos.
Los académicos David y Javier Lozano Tovar, Jaime
Vázquez, Guadalupe Zavala y Luis Lozano Arredondo del Centro
de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de
Economía, destacan en su análisis que el fenómeno
de la migración en las comunidades rurales se ha incrementado
40 por ciento en los últimos seis años.
Algunos elementos que han influido en esas circunstancias
son: la actual política hacia el campo, el empeoramiento
de la crisis agrícola, la baja en los precios de los productos
agrícolas y el encarecimiento de los insumos.
Para mayo de 2009, de los 33.185 millones de personas
que se encontraban en el medio rural, precisaron los investigadores
en su documento, sólo 8.5 millones de personas estaban
ocupadas en las actividades agrícolas y ganaderas.
Del total de la población rural, el 35 por ciento
no reciben ingreso (11 millones 615 mil 000 personas); 24 por
ciento, tiene hasta un salario mínimo (siete millones 964
mil 400 personas); 27.9, de uno hasta dos salarios mínimos
(8 millones 421 mil 615 personas); el siete por ciento recibe
de dos hasta cinco salarios mínimos (2 millones 112 mil
950 personas), y sólo 6.1 por ciento de los trabajadores
agrícolas, obtiene un ingreso superior a cinco salarios
mínimos (1 millón 841 mil 285 personas).
Una de las formas que han utilizado las familias del
campo para detener el continuo deterioro de sus condiciones de
vida, explicaron, ha sido migrar de sus comunidades.
De 1995 al 2000 se duplicó el número de
hogares que reciben remesas, es decir, de 600 mil hogares a 1.2
millones. Para el año 2005, la cifra casi se cuadruplicó
y los hogares que recibieron esos recursos de manera directa e
indirecta, sumaron 4.1 millones de hogares.
Hoy, las condiciones de vida de las familias que reciben
las remesas -a pesar de la disminución por la crisis-,
no ha mejorado. La pérdida de 500 mil empleos –sólo
en el sector rural- en 2009 y el nulo crecimiento de la economía,
destacaron, no ha evitado que las remesas sean el sostén
de una parte significativo de las familias en el campo y las ciudades.
Datos oficiales del Banco de México revelan que
las remesas en México pasaron de 22 mil 54 millones de
dólares en 2006 a más de 22 mil 600 millones de
dólares registrados de enero a octubre del 2009.
Según el estudio, el destino de las remesas dentro
del gasto de las familias en México se distribuyó
de 2007 a 2009 de la siguiente manera: gastos corrientes -que
se refieren a comida , renta y salud- pasaron del 78 al 81 por
ciento; ahorro, de 9 a 7 por ciento; gastos escolares del 7 al
6 por ciento; compra de propiedad, bajó de uno a cero por
ciento; el destino de esos recursos a la inversión en un
negocio, se mantuvo en uno por ciento y la aplicación de
los mismos a gastos diversos, aumentó de 4 a 5 por ciento.
Los investigadores del CAM de la Facultad de Economía
indicaron que el ingreso mensual de los hogares, por concepto
de remesas en México, disminuyó el año pasado
por la crisis económica.
Así, el 44 por ciento de esas familias tuvieron
ingresos, por ese concepto, de 1,600 a cuatro mil pesos al mes;
el 24 por ciento de cuatro mil a seis mil 400 y sólo 24
por ciento de ellos obtuvo ingresos superiores a los seis mil
pesos.
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