• Con el uno o dos por ciento del PIB global
sería posible aplicar medidas que contrarresten los daños,
aseguró en la UNAM el Premio Nobel de Química,
Mario Molina
• Se tiene la oportunidad de mejorar la calidad del aire,
con lo que se ganarían varias décadas de transición
para el uso de nuevas energías, dijo
Desde el punto de vista ético y social, sería
una irresponsabilidad humana no resolver el problema del cambio
climático, porque la población mundial tiene la
oportunidad de mejorar la calidad del aire y atacar significativamente
los riesgos que puede ocasionar en el planeta.
Se han realizado estudios económicos que indican
que tan sólo con el uno o dos por ciento del Producto Interno
Bruto (PIB) global, sería posible aplicar medidas que contrarresten
los daños, aseguró en la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCPyS) de la UNAM el Premio Nobel de Química,
Mario Molina.
De no realizar acciones que contrarresten la situación,
dijo, existe alrededor de un 20 ó 30 por ciento de probabilidad
de consecuencias desastrosas como inundaciones, modificación
en la circulación de los océanos, derretimiento
de los glaciares o presencia de sequías.
Esta situación representa un riesgo para la humanidad
y “sería irresponsable tomarlo, porque sólo
tenemos este planeta para vivir”, destacó.
Por fortuna, la sociedad cuenta con alternativas para
resolverlo, como la reducción del bióxido de carbono
o el cambio en la forma en que se utiliza la energía. Al
imponerle un costo a las emisiones, ejemplificó, su uso
sería eficiente en el sector transporte, industrial o de
vivienda.
De acuerdo con los expertos, se necesita aplicar alrededor
de 10 ó 20 medidas de forma simultánea para obtener
un verdadero arreglo; además, se podrían utilizar
energías alternas. Incluso, se pueden seguir empleando
combustibles fósiles, pero tendrían que ir diminuyendo,
paulatinamente.
Mario Molina señaló que la inversión
resultaría costosa si las emisiones se reducen a corto
plazo; por esta razón, se necesitaría tiempo para
el cambio a energías limpias.
Sin embargo, se debe considerar que si continúa
el aumento de la temperatura promedio mundial, los riesgos aumentarían
exponencialmente.
En conclusión, aseveró, se tiene la oportunidad
de mejorar la calidad del aire y atacar de forma significativa
el cambio climático, con lo que se ganarían varias
décadas de transición para el uso de nuevas energías.
-o0o-