• Suele ser utilizada en personas sin estudios
que ocupan algún puesto de poder, debido a que la falta
de preparación les impide ser competitivos, afirmó
Felipe Uribe Prado, de la FP de la UNAM
• Este fenómeno se conoce como maquiavelismo, y
quien lo utiliza, recurre a comportamientos sociales no aceptados
como la mentira, engaño y la trampa
• El mayor número de casos con esta conducta se
reporta entre abogados, psicólogos, psiquiatras y médicos
La manipulación en los ambientes laborales se
presenta a todos los niveles y está relacionada con personalidad,
liderazgo, negociación, profesión, estatus social,
poder e incluso con tendencias políticas y religiosas,
afirmó Felipe Uribe Prado, profesor de la Facultad de Psicología
(FP) de la UNAM.
Este fenómeno se conoce como maquiavelismo, y
se presenta cuando en un ámbito de trabajo la gente manipula
a los demás en busca de un beneficio, refirió.
Quien lo emplea suele utilizar comportamientos sociales
como el engaño, la mentira, la trampa, agresión
y un lenguaje no franco e indirecto.
Tiene que ver con hacer que otro labore para el manipulador
y que los beneficios principales sean para él y no necesariamente
para todos, recalcó el especialista en psicología
del trabajo.
El maquiavelismo, explicó, se deriva de las reglas
de poder que describe Maquiavelo en El Príncipe,
que tienen como base principal la manipulación, la mentira
y la crueldad, lo que le permite a un individuo tener el control
sobre otros.
En realidad, aclaró, el maquiavelismo es multidisciplinario
y se puede explicar desde el punto de vista sociológico,
político y psicológico; por ello, es necesario marcarlo
como un fenómeno más amplio y complejo, porque es
una forma de pensamiento que todos los seres humanos tienen y
en el que interfieren el poder y la farsa.
Las personas se circunscriben en estructuras de poder,
entendidas como el acto de tener dominio sobre otro; por lo tanto,
en el maquiavelismo también se genera un intercambio, no
en todos los casos equilibrado.
Este comportamiento también se relaciona con la
teoría evolutiva, en el sentido de que quienes sobreviven
son quienes logran manipular su medio ambiente, detalló.
Desde esta perspectiva, podría afirmarse que ser
maquiavélico no es malo porque permite adaptarse, modificar
y, finalmente, obtener algún provecho, acotó el
autor del libro Psicología de la salud ocupacional en México.
Maquiavelismo en las organizaciones
En las organizaciones, señaló, una persona sin estudios
que ocupa algún puesto de poder es maquiavélica,
porque la falta de conocimientos le impide ser competitivo y la
manipulación es su arma de ascenso.
Asimismo, quienes están en mandos medios y bajos,
sin tener mucha preparación, suelen ser manipuladores con
el fin de sobresalir. También, subrayó, existen
estudios que afirman que quienes son más inteligentes y
competitivos suelen ser poco maquiavélicos.
El mayor número de casos con esta conducta se
reporta entre abogados, psicólogos, psiquiatras y médicos,
así como en las áreas de mercadotecnia y negocios.
Estos individuos presentan ciertas características,
como cambiar de ideología fácilmente, son un tanto
mercenarios y manejan la vía afectiva para enganchar.
Uribe Prado sostuvo que el costo de ser maquiavélico
puede ser negativo o positivo. Por ejemplo, si alguien lo es contra
su propio grupo se vuelve insoportable ante ellos, pero si se
trata de un líder que mediante ese recurso lleve a sus
compañeros a obtener logros, se convierte en un héroe.
-o0o-