• Estudios toxicológicos han demostrado
que no es nocivo para el ser humano, dijo Amelia Farrés,
de la FQ de la UNAM
• Este dipéptido, formado por dos aminoácidos,
es utilizado como edulcorante en la industria de los alimentos
desde la década de los 80
• Ha causado polémica, desde su creación
hasta su implementación cotidiana por uno de sus compuestos:
la fenilalanina
El aspartamo, auxiliar en el tratamiento de la obesidad,
ha probado su inocuidad con estudios toxicológicos, pese
a la controversia que se ha formulado en torno a sus efectos.
Este dipéptido, formado por dos aminoácidos:
fenilalanina y ácido aspártico, es usado en la industria
de los alimentos como edulcorante, desde la década de los
80; es 200 veces más dulce que la sacarosa —disacárido
de glucosa y fructosa—, lo que permite utilizar cantidades
pequeñas y obtener un dulzor similar al que produce el
azúcar de mesa, señaló Amelia Farrés
González-Sarabia, de la Facultad de Química (FQ)
de la UNAM.
La sustancia, expuso, se consigue por síntesis
química o enzimática a partir de los aminoácidos
aspártico y fenilalanina, y los aminoácidos se obtienen
por fermentación.
Ha sido estudiada y utilizada por casi tres décadas
en el mercado, y ha mostrado que no es dañina para el humano
porque, a diferencia de otros edulcorantes, no genera alteraciones
en la osmolaridad del tubo gastrointestinal y, por ende, no provoca
diarrea. Este efecto se le ha atribuido al maltitol, xilitol y
palatinosa, ejemplificó.
Sin embargo, como la mayoría de los edulcorantes
no naturales, ha causado polémica, desde su creación
hasta su implementación cotidiana, por uno de sus compuestos:
la fenilalanina, informó la jefa del Departamento de Alimentos
y Biotecnología de la FQ.
La fenilalanina, continuó, es similar a ciertas
sustancias producidas en el cerebro, que contribuyen a la formación
de neurotransmisores, “punto en el que se han centrado las
criticas”, recalcó.
No obstante, aclaró, este aminoácido está
presente en todas las proteínas; por lo tanto, existen
productos naturales y alimentos que lo contienen en mayor cantidad
que el propio aspartamo. “Todos estamos expuestos a ingerir
dosis altas por este motivo”.
Quienes deben ser cuidadosos con los artículos
que contengan fenilalanina son los fenilcetonúricos, alertó,
porque no pueden degradarla; entonces, se acumula y vuelve tóxica,
y causa retraso mental progresivo. “A todos los niños
se les hace una prueba al nacer para detectar este padecimiento”,
detalló.
Amelia Farrés sostuvo que parte de la controversia
ha ocurrido porque el mercado de los edulcorantes es muy competido;
las industrias se señalan y atacan mutuamente, lo que despierta
incertidumbre entre la población, pero se ha demostrado
que las dosis permitidas por autoridades mexicanas, estadounidenses
y europeas son inofensivas.
El aspartamo, sustancia inocua
En el 2000, recordó, apareció un artículo
donde se aseguraba que desde el año 1973, cuando se introdujo
el aspartamo al mercado, aumentaron los casos de cáncer
cerebral; sin embargo, estudios toxicológicos tradicionales
demostraron la inocuidad del producto.
Algunas personas sensibles se quejan de dolor de cabeza
o irritabilidad de la vejiga urinaria, por lo que es importante
estar atento a las reacciones del organismo, recomendó.
Sus ventajas
La especialista universitaria subrayó que debido
a que el aspartamo puede endulzar 200 veces más que el
azúcar, es utilizado en alimentos con bajo valor energético,
pero que conservan el dulzor.
Ante la obesidad, constituye una molécula básica
porque elimina sacarosa, almidones y sustancias calóricas
de la dieta, y no produce caries, pues impide que las bacterias
se alojen en la cavidad oral, explicó.
La dosis recomendada es de 40 miligramos por kilogramo,
lo que indica que un individuo promedio (60 kilogramos) puede
ingerir dos mil 400 miligramos al día.
Por ello, para que una dosis exceda esa cifra se necesitarían
tomar 14 latas de refresco dietético al día por
un periodo determinado. “El consumo normal no genera una
dosis elevada”, aseguró.
Este edulcorante ayuda a un sector mayoritario, porque
más del 50 por ciento de la población mexicana tiene
sobrepeso; por ello, es preferible el consumo de productos no
calóricos, pero lo más importante de un buen régimen
es que sea balanceado y variado. Se deben evitar los extremos
de dulzor, color, acidez y picante, comentó. Es fundamental
combinar la dieta con ejercicio para el control del peso.
Ante el sobrepeso y la obesidad, es importante contar
con opciones de edulcorantes no calóricos y decidir cuál
es más conveniente; el aspartamo, por su inestabilidad,
no puede utilizarse en productos que requieran calentamiento o
cocción, porque deja un sabor amargo y no tiene cuerpo.
También, existen azúcares modificados que
conservan la propiedad de dulzor, pero por su modificación
química no son asimiladas por el organismo y pueden causar
diarrea, señaló.
Para concluir, refirió que hay más de 500
artículos científicos y estudios que demuestran
la inocuidad del aspartamo. Además, dijo, las agencias
regulatorias constantemente evalúan y responden a preguntas
concretas para que gente lo consuma con confianza.
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