• Hay muchos varones que se evaden su condición
de progenitor cuando quieren agredir a la madre de sus hijos,
afirmó José de Jesús González Núñez,
de la FP de la UNAM
En México está desacreditado el rol del
padre, y en buena medida, se debe a que el hombre aún ejerce
ese papel de manera negativa, afirmó José de Jesús
González Núñez, de la Facultad de Psicología
(FP) de la UNAM.
En la actualidad, cada vez un mayor número asume
positivamente la paternidad, aunque aún hay muchos varones
que se no se responsabilizan de su condición de progenitor
cuando quieren agredir a la madre de sus hijos, subrayó.
En estos casos, explicó, cuando una mujer dice
a su pareja que tendrá un hijo, si es fuera del matrimonio,
él puede decir “no es cierto, no es mío”,
y aún si es con su esposa, lo duda.
Es una reacción agresiva, que al mismo tiempo
denota debilidad, porque ser padre requiere fortaleza y compromiso;
de hecho, debe asumir la paternidad desde que hace pareja, destacó
el coautor de La imagen paterna y la salud mental del mexicano.
Entonces, cuando ella está embarazada, es indispensable
el apoyo del varón, porque en ese periodo se tienen dudas,
angustias y temores; en el momento del nacimiento, el rol paterno
es fundamental. Si lo hace, el pequeño empezará
a adquirir seguridad.
Es cierto que en las primeras etapas del desarrollo de
los niños el varón tiene poca participación,
su función es ayudar y apoyar a la mamá; no obstante,
su papel es importante no sólo en lo que respecta a los
vínculos emocionales, también influye en el desarrollo
social, sexual, cognoscitivo y lingüístico, a corto
y mediano plazo, abundó.
La figura paterna se forma en cuatro fases: lo que el
papá vivió con su propia madre y transmite al hijo;
la idea que tiene del progenitor; la carga ancestral que conlleva,
y el contacto, es decir, qué genera en el menor esa figura,
detalló.
Un cambio de rol
Antes, la posibilidad de compartir autoridad o de que
ésta fuera alterna, era prácticamente imposible,
y cuando ocurría representaba una herida narcisista para
el hombre. Hoy no es así, con los años, el rol del
padre ha cambiado.
Ya no se considera la figura hegemónica de la
familia, ni representa al tirano; se ha vuelto democrático,
en el sentido de compartir el mando con la esposa. Además,
ahora se tienen menos hijos, lo que permite atenderlos y responsabilizarse
de mejor manera, puntualizó.
Otro cambio importante, es que el hombre ya no exige
autosacrificio y abnegación a la pareja, lo que permite
la realización profesional de esta última, mencionó
el fundador del Instituto de Investigaciones en Psicología
Clínica y Social A.C.
Sí debe haber una diferencia en el trato, pero
no en este sentido; cuando el papá deja de expresar su
amor y el contacto físico, priva a sus descendientes de
manifestaciones de afecto importantes para su adecuado desarrollo
emocional, aseveró.
Por otro lado, en los últimos años se ha
observado que el progenitor puede ser maternal, siempre y cuando
no pierda su rol, ni se entrampe en una situación competitiva
con la esposa, concluyó.
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