Boletín UNAM-DGCS-762
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 24 de Diciembre de 2009

Álvaro López López


AUMENTA EN MÉXICO, EL TURISMO SEXUAL MASCULINO

• Este mercado sigue casi la misma ruta que la actividad turística en general, destacó Álvaro López López, del Instituto de Geografía de la UNAM
• Los “consumidores” son generalmente nacionales, y a nivel internacional, básicamente se trata de estadounidenses

Por ser destino turístico primordial en el orbe, México tiene un papel relevante en materia de turismo sexual, afirmó Álvaro López López, investigador del Departamento de Geografía Económica del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM.

Este mercado sigue casi la misma ruta que la actividad turística en general; así, en primera instancia, los consumidores son mexicanos, y del total de extranjeros, los estadounidenses representan, en promedio, el 80 por ciento, y el resto son canadienses, europeos y sudamericanos, resaltó.

Al hablar sobre la investigación Dimensión territorial del turismo sexual masculino en México, indicó que este tema es nuevo y coloca al IG a la vanguardia en los estudios de sexualidad y turismo, a la par de instituciones europeas, estadounidenses y australianas, que en la década de los 90 empezaron con este tipo de análisis, aunque ello no significa que esta práctica no haya existido previamente.

En el país, acotó, prácticamente no se había abordado este tema, hasta ahora, que se cuenta con el proyecto, del que se publicará el primer libro en los primeros meses del 2010.

Este tipo de turismo, explicó, es el fenómeno resultante de la interacción entre viajantes a distintos destinos y los lugareños, y una de sus intenciones es el consumo de servicios sexuales.

Se puede clasificar en adulto e infantil. En el primer caso, existe por lo general un consenso entre quienes ofertan y consumen; en el segundo, se trata de una práctica ilegal, porque los paseantes buscan tener sexo con menores de edad, señaló.

Para esta investigación, detalló, se analizó el turismo sexual entre hombres que interactúan con individuos del mismo sexo, independientemente de las identidades, porque algunos, en esta práctica, se reconocen como heterosexuales o bisexuales (o utilizan identidades locales), pero por necesidad ofertan sus servicios a otros varones.

El estudio fue elaborado por investigadores, becarios y tesistas que realizaron más de 100 entrevistas a sexo servidores que, en mayor o menor medida, se vinculan con turistas.

Muchos de ellos tienen una situación marginal; el Estado mexicano no les brinda las condiciones mínimas para tener un estándar aceptable de vida y, sin embargo, hay una percepción negativa de este fenómeno por parte de la sociedad.

Esta actividad les proporciona un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades y lograr un buen nivel de consumo; se estima que los sexoservidores perciben un ingreso que va de los cinco mil a los quince mil pesos semanales, subrayó.

También, en el otro extremo están quienes se sienten satisfechos con su trabajo y no consideran que al hacerlo merme su dignidad, “su actitud es más bien reivindicativa”, aclaró.

Puede ser gente de la misma localidad, de zonas rurales o municipios cercanos. Desde el punto de vista turístico, las regiones más importantes para esta práctica son los litorales y las costas, las áreas fronterizas y algunas ciudades del interior del país.

Por ello, precisó, la investigación se aplicó en Veracruz, Cancún, Puerto Vallarta, Acapulco, Zipolite, Tijuana, Distrito Federal, Guadalajara y Puebla, entre otros.

Los sexoservidores, personas jóvenes

Con los resultados del estudio, se constató que el nivel socioeconómico de los sexoservidores es bajo, y en cuanto al perfil educativo, difícilmente rebasan los estudios de secundaria, comentó el geógrafo.

Por lo regular, se trata de gente joven, pero no se dedican a esta actividad por largo tiempo; de hecho, rara vez se puede encontrar a alguien que lleve más de un año. El objetivo de muchos es, en primera instancia, lograr solvencia económica que les permita buscar otra actividad, enfatizó.

En la frontera norte, principalmente, una parte importante se dedica a la prostitución para conseguir dinero y comprar drogas e incluso, en algunas ocasiones, para distribuirla, agregó.

En torno a esta problemática, se ha detectado una doble moral, tanto en la sociedad como en el Estado, acotó; se crítica fuertemente la situación, hasta ahora irresoluble, porque no se han dado las condiciones para que la población marginada deje de serlo, y una válvula de escape es la prostitución, el ambulantaje, o cualquier otro empleo informal.

También debería analizarse el rol de autoridades como la policía, integrantes de la misma sociedad, que en muchas ocasiones extorsionan tanto a los sexoservidores como a los “clientes”, y aprovechan el desconocimiento de los ciudadanos.

Aunado a esto, refirió, está el nulo impulso a la salud sexual, reflejado en la poca promoción de campañas para prevenir enfermedades relacionadas.

En el proyecto sobre turismo sexual masculino, coordinado por Álvaro López, colaboran El Colegio de la Frontera Norte, las universidades Veracruzana, de Guadalajara; las autónomas Metropolitana, de la Ciudad de México, del Estado de México y del estado de Morelos; la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y para realizar la metodología de estudio, se estableció colaboración con la Universidad de Lovaina, en Bélgica.

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El nivel socioeconómico de los sexoservidores es bajo, y en cuanto al perfil educativo, difícilmente rebasan los estudios de secundaria, afirmó Álvaro López López, del Instituto de Geografía de la UNAM.

El turismo sexual es el fenómeno resultante de la interacción entre viajantes a distintos destinos, y una de sus intenciones es el consumo de servicios eróticos