Boletín UNAM-DGCS-757
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 22 de Diciembre de 2009

María Cristina Rosas


LA SEGURIDAD ESPACIAL, MÁS ALLÁ DE LA AMENAZA MILITAR

• Existen otros peligros, tanto o más importantes, como los ambientales, comerciales, y de carácter civil o legal, afirmó María Cristina Rosas, académica de la FCPyS

La seguridad espacial no se limita sólo a ponderar las amenazas militares, existen otras, tanto o más importantes, como las ambientales, comerciales, y de carácter civil o legal, afirmó María Cristina Rosas, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

En ese sentido, no puede existir certidumbre en el cosmos si los activos espaciales se ven amenazados por desechos o basura orbital, si los intereses comerciales relacionados carecen de la protección de un régimen legal, o si los satélites o sus instalaciones en tierra son dañados, añadió.

Para que el espacio conduzca a la prosperidad y la paz, y sea un patrimonio de la humanidad, deben considerarse las dimensiones referidas, dijo al participar en la mesa redonda “La seguridad aeroespacial en América del Norte en el Año Internacional de la Astronomía”.

En el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), la experta en relaciones internacionales sostuvo que el cosmos es un bien público global, como lo reconoce el Tratado sobre el Espacio Exterior, suscrito en 1967.

La seguridad en la materia implica el acceso sustentable y sin riesgo a su uso, y la ausencia de amenazas desde el cosmos, abundó Rosas.

En el foro, Gloria Koenigsberger, investigadora del Instituto de Ciencias Físicas, explicó que aunque existen lugares aptos para su estudio en la Tierra, como el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, en Baja California, se requieren telescopios en el espacio por la turbulencia atmosférica, que deteriora las imágenes que se pueden detectar.

El ambiente terrestre nos protege de los rayos X y gamma, así como de la luz ultravioleta; no obstante, muchos objetos celestes emiten en tales longitudes de onda, lo que hace necesario salir de ella para “ver” mejor y ese es el caso del Telescopio Espacial Hubble, acotó.

Pero ¿cómo consigue una astrónoma mexicana usar un instrumento como el Hubble, que inicialmente costó dos mil millones de dólares, más misiones de reparación? La universitaria refirió que redactó una propuesta que envió a la NASA.

Una vez al año se lanza una convocatoria, y cualquier científico puede hacer un escrito donde especifique qué quiere observar, por qué, cómo, qué piensa obtener y cuál es el beneficio para la ciencia y la educación; esa propuesta llega a la agencia espacial estadounidense, donde se conforma la llamada Comisión de Asignación de Tiempo de Telescopio, además de paneles de especialistas de todo el mundo para evaluar los proyectos.

De ese modo, la experta en interacción de estrellas binarias obtuvo tiempo “para observar mi objeto”, el HD 5980. Ahora está en el proceso de analizar los datos que obtuvo.

A su vez, Pedro Noguerón Consuegra, profesor de derecho aéreo y espacial en la Facultad de Derecho, mencionó que la ciencia y la técnica han progresado de forma extraordinaria; sin embargo, esos avances deben ser reflejados en normas jurídicas idóneas para que la humanidad pueda obtener mayores beneficios.

Por último, Luis Ismael Salas, de la FCPyS, refirió que Canadá es la octava economía que gasta más en el sector aeroespacial, y su principal destino son los Estados Unidos, el mercado más grande de tecnología en ese rubro.

La especialista comentó que en México, el sector aeroespacial registra esfuerzos segmentados y aislados. Se trata prácticamente de maquila como partes de cohetes, aunque ya se habla de crear “clusters aeroespaciales”, donde empresas, centros de investigación y universidades colaboren para generar encadenamientos productivos que ayuden a la competitividad del país.

A escala nacional, el sector espacial está castigado, a diferencia de la astronomía, ciencia donde la nación está versada y aporta conocimientos, concluyó.

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Fotos

Gloria Koenigsberger, Pedro Noguerón, Paz Consuelo Márquez, María Cristina Rosas y Luis Ismael Salas, en la mesa La seguridad aeroespacial en América del Norte en el Año Internacional de la Astronomía.

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