• En unas cuantas décadas, México
pasó a ser un país con problemas ecológicos
de primer orden, señaló Julio Bracho Carpizo
• El experto en cambio climático e investigador
del IIS, se pronunció por establecer un cambio en las
fuentes de energía y descarbonizar el gasto energético
Aunque frenar el proceso de calentamiento global es difícil,
de no hacerlo en 20 ó 30 años estaremos ante una
catástrofe ecológica mundial, en la que se perdería
hasta 50 por ciento de las especies, señaló el integrante
del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), Julio Bracho
Carpizo.
Tras recordar que 90 por ciento del calentamiento se
debe a acciones humanas, reconoció que en México
se tienen condiciones límites. En unas cuantas décadas
hemos pasado a ser un país con problemas ecológicos
de primer orden: extinción de especies, erosión
de suelos y pérdida de zonas esenciales como manglares,
selvas y diversidad en los desiertos.
La nación se encuentra en una “situación
de desamparo” en cuanto al establecimiento de estrategias
para impulsar al campo y a la industria; se pronunció por
el establecimiento de un cambio en las fuentes de energía,
y por descarbonizar el gasto energético.
La ciencia tiene capacidades para revertir y enfrentar
este fenómeno en muchos aspectos; sin embargo, no hay voluntad
política para copar el cambio climático, afirmó
Bracho Carpizo.
El filósofo y politólogo universitario
sostuvo que los países industrializados han favorecido
en mayor medida la producción de gas invernadero, y son
estas naciones las que deberían contribuir, al menos con
tecnologías de punta, al desarrollo de energías
limpias.
México vive una crisis eminente de pérdida
de tierras de cultivo y de capacidad de producción autónoma.
No se puede depender del extranjero, y mucho menos de la importación
de granos, comentó el biólogo.
Los modelos sobre las condiciones de cambio climático
sugieren que sufrirá enormemente la agricultura de temporal,
desaparecerán áreas que en la actualidad son marginalmente
aptas para esta práctica.
El doctor en sociología política convocó
a “dar el salto” hacia las tecnologías limpias,
sin pasar por la necesaria contaminación industrial, como
ha sucedido históricamente. El Estado se ha desentendido
y no ha estructurado políticas de desarrollo industrial
y agrícola de largo plazo, dijo.
Las principales fuentes de incertidumbre en los escenarios
referentes se dan en las emisiones futuras de gases de efecto
invernadero, la variabilidad natural y la duda asociada a los
modelos climáticos, concluyó.
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