- La trigésima tercera edición del
Coloquio Internacional de Historia del Arte, organizado por
el IIEs de la UNAM, tendrá lugar en esa ciudad hasta
el próximo jueves
- Investigadores expondrán las representaciones
sobre este concepto que se han hecho a lo largo de la historia
en todas las culturas
El mal siempre ha sido atractivo capital para el ser
humano, pues representa lo prohibido, la tentación y lo
cautivador. Por ello, especialistas de varios países se
reúnen para estudiar y tratar de interpretar la “Estética
del mal: Conceptos y Representaciones”, como parte de la
XXXIII edición del Coloquio Internacional de Historia del
Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIEs)
de la UNAM.
Anualmente, el IIEs reúne a los especialistas
nacionales e internacionales, con el fin de reflexionar y propiciar
un intercambio de ideas y concepciones al respecto.
Al inaugurar el encuentro, el director del IIEs, Arturo
Pascual Soto, detalló que el coloquio se ha convertido
en una referencia indispensable de esta disciplina a nivel internacional.
En compañía del director del Centro Cultural
de los Altos, ex convento de Santo Domingo, Luis García
Galeano, detalló que para esta edición se propusieron
renovar “miradas en torno a la conceptualización
del mal” y su representación simbólica en
las artes.
Miguel Lisbona Guillén, director del Programa
de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Mesoamérica
y el Sureste (PROIMMSE) adscrito al Instituto de Investigaciones
Antropológicas (IIA) de la UNAM, destacó la importancia
del encuentro, y dijo que con estos trabajos se profundizará
el conocimiento de la historia del arte en Chiapas.
El coloquio abordará temas como: el concepto del
mal, su representación, la dimensión y función
social de las representaciones en la estética de este tema.
Valores morales presentes en el siglo XVII, continúan
vigentes en la actualidad. En esa época las mujeres que
vestían lujosos trajes con escotes “provocativos”
eran señaladas como las incitadoras del pecado porque representaban
la carne; sin embargo, la mentalidad y concepción no ha
cambiado sustancialmente.
A juicio de la iglesia, la vestimenta de las mujeres
era indigna. Las féminas fueron el centro del disgusto,
y eran consideradas la carne y la ocasión para caer en
el pecado de la lujuria, recordó Martha Sandoval Villegas,
especialista de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL)
de la UNAM.
La censura en torno a cómo se ve a la mujer vuelve
a ser el centro de la polémica. En algún momento,
citó, se culpó a las mujeres asesinadas, como las
de Ciudad Juárez, de ser las provocadoras de su muerte
por su manera de vestir.
Al dictar la ponencia Indecencia, vanidad y derroche:
la conceptualización del mal en algunos trajes de fines
del siglo XVII, argumentó que en las prohibiciones
no sólo estuvieron en juego las cuestiones morales, sino
la restricción del lujo dirigida a los estratos medios
y bajos.
La mujer sigue representando a la carne y hasta hace
unos años algunas autoridades manifestaban que este género
era sujeto de violaciones por usar minifaldas o escotes, indicó.
Por su parte, Concepción Pérez Rojas, especialista
de la Universidad de Sevilla, España, planteó que
estamos acostumbrados al mal y a observar sus imágenes;
por ello, es indispensable diferenciar tres vértices en
su expresión: el mal como realidad, concepto e imagen.
Es imposible estudiar la estética del mal sin
tomar en cuenta las conceptualizaciones que las sociedades han
hecho del tema en ciertos momentos históricos, dijo. “En
las expresiones artísticas el mal ha sido asociado a lo
feo, deforme, desconocido, oculto y demás”.
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