Boletín UNAM-DGCS-706
Ciudad Universitaria
12:30 hrs. 29 de Noviembre de 2009

Jaime Iván Velasco Velázquez


JAIME IVÁN VELASCO VELÁZQUEZ: EL CEREBRO, MISTERIO POR DESCIFRAR

  • El profesor del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM obtuvo el Premio de Investigación, que concede la ACM, en el rubro de Ciencias Naturales
  • Su trabajo sobre deficiencias neuronales podría aplicarse en el mediano plazo en terapias para tratar el Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica en seres humanos

Desde que comenzó sus estudios en Química Farmacéutica, Jaime Iván Velasco Velázquez supo que había un misterio que quería desentrañar: cómo funciona el cerebro. Esta inquietud continúa como eje rector de su trabajo, reconocido con el Premio de Investigación 2009 que otorga la Academia Mexicana de Ciencias, que en esta ocasión fue para cuatro profesores universitarios, y para él en el área de Ciencias Naturales.

Velasco Velázquez aún no cumple los 40 años, pero ya es uno de los especialistas más reconocidos en lo que al estudio de células troncales y su diferenciación hacia neuronas se refiere. “Una vez producidas, lo que hacemos es insertarlas en roedores con deficiencias neuronales para ver si hay una recuperación de funciones asociadas con éstas”, explicó.

Estas investigaciones todavía están en estado germinal, pero la esperanza es que un mediano y largo plazo sirvan para tratar padecimientos humanos, como el Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica.

“A partir de nuestros estudios con ratas, hemos determinado que con el Parkinson se registra una muerte muy importante de neuronas dopaminérgicas, lo que causa alteraciones en la actividad motora de los animales”, señaló.

“Por otro lado, en la esclerosis lateral, también hay muerte de neuronas motoras, sobre todo en la médula espinal; cuando éstas mueren, los animales quedan paralizados, pero con sus funciones neuronales intactas”.

Sin embargo, aún falta mucho para ver las aplicaciones de estos desarrollos en pacientes humanos, “principalmente porque los modelos en roedores no son tan parecidos a los de las personas y nuestros estudios se han realizado siempre con material derivado de células de ratón, no hemos transformado células humanas en neuronas para posteriormente transplantarlas”.

Para salvar este obstáculo, el miembro de la International Society for Stem Cell Research está en pláticas con la Facultad de Medicina, que actualmente trabaja con monos parkinsónicos para establecer un convenio que le permitirá desarrollar modelos mucho más parecidos al humano.

“Las deficiencias obtenidas en los monos que han perdido neuronas dopaminérgicas son mucho más cercanas a lo que ocurre con el Parkinson en las personas, que se caracteriza porque los pacientes presentan temblores, rigidez muscular y dificultad para iniciar movimientos; el problema de practicar con roedores es que algunos de estos síntomas no están presentes”.

Las posibilidades parecen ilimitadas, aunque acotó que “aún cuando estos modelos en primates no humanos tengan éxito, no se garantiza que así sea con las personas”.

Otro de los retos es hallar una cura para el Alzheimer, pero con esta enfermedad los avances no son tan prometedores “porque aunque el tipo de neuronas afectadas por este mal son de un tipo especial, no es fácil desarrollar un sistema que permita una buena distribución neuronal”.

Proyectos con impacto social

El investigador del Instituto de Fisiología Celular sabe que dedicarse a la ciencia implica una gran responsabilidad. Por eso es enfático al decir que sólo una vez que sus modelos hayan sido verificados en ratas y monos, y pasado por el examen de grupos internacionales, permitirá que estos procedimientos se realicen en humanos.

“Desafortunadamente, no todos en México tienen esta ética de trabajo y es muy común ver que hay personas que ofrecen tratamientos experimentales con células troncales para curar diversas patologías, como diabetes, lesiones de médula espinal e infartos al corazón, procedimientos que carecen de un sustento científico en la literatura, lo que es una irresponsabilidad”, expuso el también vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Biología del Desarrollo.

El investigador advirtió que fuera de los padecimientos hematológicos, estos “desarrollos” no son seguros y no garantizan una mejoría a quienes se sometan a ellos, “por el contrario, representan un riesgo”.

El doctor en Ciencias Químicas acusó que estas “terapias” se ofertan con mayor frecuencia de lo que se creería, pues los médicos y clínicas que las practican se anuncian en espectaculares y anuncios en periódicos e internet, aunque el problema es que, como operan en pequeña escala y a veces de forma clandestina, resulta difícil localizarlos.

“Para evitar esto, uno de mis proyectos es solicitar a Conacyt financiamiento para echar a andar un portal que brinde datos científicos y veraces para que el público se entere de cuáles son los tratamientos seguros y eficaces para patologías determinadas”, indicó.

Esta propuesta, desarrollada por Velasco Velázquez y un grupo de ocho investigadores, lleva por título Células Troncales y Medicina Regenerativa, y tiene como meta proporcionar información fidedigna y asequible vía Internet para que los interesados evalúen, con bases serias, si los procedimientos a los que desean someterse son seguros.

De echar a andar esta iniciativa, un conjunto de científicos se encargará de revisar si las terapias analizadas cumplen con los requisitos de bioética y bioseguridad, si han causado dolor o incomodidad en los animales y personas, y si los resultados presentados fueron analizados con rigor.

El proyecto, que busca establecerse como un vínculo permanente entre la comunidad científica y la sociedad, no sólo se limita al portal y contempla la organización de encuentros y conferencias con invitados tanto nacionales como internacionales, apoyo para la formación de recursos humanos y publicación de convocatorias.

 

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Fotos


Jaime Iván Velasco Velázquez planea desarrollar un portal que brinde al público en general información fidedigna sobre tratamientos con células troncales y medicina regenerativa.

 

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