Ante el consumo de huevos contaminados con Salmonella
Enteritidis, especialistas de la UNAM se han dado a la
tarea de diseñar una vacuna de ADN, con el uso de herramientas
de biología molecular, para proteger de este padecimiento
tanto a la gallina como al hombre.
México es el sexto productor de huevos a nivel
mundial, con un volumen de más de dos mil 300 millones
de toneladas con un valor superior a los 14 mil 656 millones
de pesos, lo que obliga a que el control de la salmonelosis
en aves sea una prioridad sanitaria nacional.
En el Laboratorio de Microbiología Molecular
(LMM), conjuntamente con el de Vacunología del Departamento
de Microbiología e Inmunología de la Facultad
de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM un grupo
de expertos en microbiología molecular e inmunología,
conformado por Antonio Verdugo Rodríguez, Francisco
J. Basurto Alcántara, Marcela Figueroa Ochoa e Ilane
Hernández Morales, trabajan para desarrollar una vacuna
de ADN para prevenir la infección con Salmonella
Enteritidis en gallinas productoras de huevo para consumo
humano.
La vacunación con ADN se basa en la inoculación
de un plásmido – fragmentos extracromosómicos
de ácidos nucleicos, de tamaño y conformación
variable, que pueden ser lineales o circulares— que
dirige la expresión de una proteína inmunogénica
(proteína capaz de estimular la respuesta inmune de
un organismo), que puede ser o no, propia de una célula
eucariótica.
La proteína inmunogénica debe ser codificada
por un gen perteneciente al microorganismo que se pretenda
combatir mediante inmunoprofilaxis, explicó la catedrática
de la entidad Ilane Hernández Morales.
Estudios previos, realizados en el LMM demostraron
que la proteína de la membrana externa OmpA de Salmonella
es una estructura bacteriana, que por su inmunogenicidad,
es candidata potencial para utilizarse como vacuna; dados
estos resultados, se comenzó el proyecto con el trabajo
de tesis: Elaboración y evaluación de una vacuna
de ADN contra la proteína de membrana externa A (OmpA)
de Salmonella enterica serovar Enteritidis para aves de postura.
La primera parte del trabajo consistió en
obtener, mediante Reacción en Cadena de la Polimerasa
(PCR)-, una técnica de biología molecular por
la que se obtienen millones de copias de un fragmento de ADN
o un gen completo- el gen ompA de Salmonella Enteritidis,
para posteriormente clonarlo en un plásmido para vacunas
de ADN.
En la segunda parte, se obtuvieron muchos microgramos
del plásmido, que se inoculó a gallinas de 18
semanas de edad; es el tiempo en el que las gallinas empiezan
su etapa reproductiva, y producen huevo. Se evaluó
el índice de protección ante un desafío
con la bacteria patógena, después de la inmunización,
expuso.
En las vacunadas, continuó, no se aisló
la salmonela del huevo, tampoco de bazo; se sugiere que no
hubo colonización bacteriana en ovario ni bazo. “Esto
podría indicar que la vacuna protegió a la gallina
e impidió que la bacteria llegara al producto”.
Sin embargo, sostuvo, “se debe determinar el
nivel, concentración y tipo de anticuerpos que se producen
en respuesta a esta vacuna para evaluar la factibilidad que
ésta tiene de ser producida, además, se está
iniciando el trabajo en la evaluación de la respuesta
inmune de tipo celular”.
Este trabajo mereció el premio “Pedro
N. Acha” a la Salud Pública Veterinaria 2009
otorgado por la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) y la Fundación Panamericana de la Salud y Educación,
la galardonada, Ilane Hernández, comentó que
estudiar a Salmonella Enteritidis es indispensable porque
es, actualmente, la principal serovariedad que afecta a las
aves.
Cuando el huevo que proviene de una gallina infectada
por este tipo de salmonella se consume crudo o mal cocido
puede contaminar al humano causándole una infección
gastrointestinal severa. “Buscamos que ésta no
transmita la afección al huevo”, indicó
Ilane Hernández.
Este tipo de vacuna aún no es aplicada en
el país porque hace falta validarla en campo, sobre
todo en la avicultura, industria desarrollada tecnológica
y económicamente en la que las vacunas cuestan menos
de un peso la dosis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
indica que las vacunas salvan cerca de 30 mil vidas diariamente,
más de 10 millones cada año; sin embargo, las
enfermedades infecciosas cobran cerca de 45 mil vidas diariamente,
17 millones por año.
Por ello, precisó, se pretende que a estos
animales se les aplique una o máximo dos dosis a lo
largo de su vida productiva – 80 semanas dependiendo
del sistema de producción — y lo que se necesita
comprobar es que este tipo puede sustituir y mejorar a los
sistemas comunes de inmunización.
La especialista de la FMVyZ, destacó que lo
más importante y reconfortante de éste primer
trabajo, fue dejar la base para la validación de dicha
vacuna, es decir, diseñar la vacuna de ADN como materia
prima para la investigación.
Ahora hay una meta mediata que consiste en evaluar
con otra metodología los resultados, para también
comprobar que el plásmido está ayudando a la
síntesis de la proteína inmunogénica.
También, informó, buscaremos formar
grupos de estudio de gallinas de distintas edades e inoculadas
en distintos sitios anatómicos para ver como reaccionan.
De igual manera, se debe considerar el mecanismo de inoculación
más adecuado, como el llamado “gene-gun o pistola
de ADN”, que se ha reportado como más eficiente
en la inducción de respuesta inmunitaria.
También, podría utilizarse en otras
especies animales afectadas por esta bacteria y que representen
un problema para la salud pública, concluyó