La tuberculosis, enfermedad infecciosa que se contagia
por el aire al lanzar el bacilo que la causa mientras se tose,
estornuda, habla o escupe, actualmente reta a los medicamentos
que la controlan con una rápida y eficiente resistencia,
reconocieron especialistas de varias instituciones, reunidos
en la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
“Es una enfermedad re-emergente. La Organización
Mundial de la Salud (OMS), estima que entre los años
2000 y 2020 infectará a mil millones de personas en el
mundo, y 30 millones morirán por su causa”, destacó
Enrique Graue Wiechers, director de la FM, al inaugurar el Quinto
Simposio Fronteras del conocimiento en tuberculosis y otras
micobacteriosis “Dr. Joseph Colston”.
El encuentro, celebrado en el auditorio Fernando Ocaranza
de la entidad universitaria, congregó a más de
40 especialistas de varias instituciones, que analizaron temas
como prevalencia, vacunación, genética y nuevos
tratamientos para la infección que acompaña a
la humanidad desde hace entre 15 mil y 20 mil años.
Aunque se le asocia histórica y culturalmente
con el siglo XIX, cuando causó la muerte a artistas como
el compositor Federico Chopin, y fue tema de obras literarias
como La Dama de las Camelias, de Alejandro Dumas, y
adaptaciones operísticas como La Traviata, de
Giuseppe Verdi, la tuberculosis es una enfermedad actual que
sólo en 2008 infectó a 13.7 millones de personas
en el orbe, 14 mil 400 de ellas en México, según
datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Graue Wiechers recordó que, debido a su alta
incidencia, la OMS puso en marcha en 2006 el plan “Alto
a la Tuberculosis”, estrategia con la que se han atendido
exitosamente a 22 millones de individuos en todo el planeta,
y que incluye ampliar un tratamiento especializado llamado DOTS
a 183 países, afrontar la combinación de tuberculosis
y VIH, fomentar la investigación científica en
esa área y contribuir al fortalecimiento de los sistemas
nacionales de salud, entre otros.
Resistencia microbiana
Actualmente, se requieren tres o cuatro medicamentos para combatir
las cepas más resistentes, reconoció María
de Lourdes Infante Suárez, del Instituto Nacional de
Enfermedades Respiratorias (INER), instancia que cuenta con
una clínica de tuberculosis que recibe casos graves del
país.
De acuerdo con los resultados de un estudio efectuado
en el INER con varias cepas del bacilo Mycobacterium tuberculosis,
la tasa de resistencia de las cepas para uno de los antibióticos
que se utilizan fue de 52 por ciento.
Mientras que 28 cepas (26.1 por ciento del total),
fueron resistentes a fluoroquinolonas, un grupo de antibióticos
de amplio espectro que desde hace algún tiempo se ensayan
como fármacos alternativos.
A su vez, Antonio Lazcano Araujo, profesor e investigador
de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, recordó que
en su proceso de selección natural, los microorganismos
resistentes a los antibióticos son rápidamente
seleccionados para sobrevivir.
En este proceso, clara muestra de la evolución
descrita por Charles Darwin, se incluye al bacilo que causa
la tuberculosis, así como a bacterias y virus que causan
muchos padecimientos.
El doctor en biología evocó al descubridor
de la penicilina, Alexander Fleming, quien en 1945, en su discurso
al obtener el Premio Nobel de Medicina, advirtió que
el uso indiscriminado de antibióticos provocaría
resistencia de los microorganismos causantes de afecciones.
La OMS reconoce que, hasta hace 50 años, no
existían fármacos que curaran la tuberculosis.
Actualmente, se ha documentado la existencia de cepas resistentes
a algún medicamento en todos los países estudiados,
y ya se conocen cepas del bacilo que sobreviven a todos los
antituberculosos principales.
Además de la perseverancia debida a la evolución
natural de los bacilos que la producen, la tuberculosis fármaco
resistente se desarrolla por un tratamiento parcial o anómalo,
cuando el paciente lo incumple, las pautas terapéuticas
dictadas por el personal sanitario son erróneas o el
suministro del medicamento no está garantizado.
La tuberculosis multi resistente es una forma especialmente
peligrosa de la enfermedad en su modalidad fármaco resistente,
que se define por la resistencia del bacilo a, como mínimo,
la isoniazida y la rifampicina, los dos medicamentos más
potentes que existen para atacarlo.
Aunque por lo general hay tratamiento, requiere quimioterapia
prolongada de hasta dos años con medicamentos antituberculosos
de segunda línea, más costosos que los de primera
y con efectos secundarios graves, aunque controlables.
La aparición de la tuberculosis extremadamente
fármaco resistente, particularmente en contextos en los
que los pacientes también están infectados por
el Virus de la Inmunodeficiencia Humana, amenaza seriamente
su regulación y confirma la necesidad de fortalecer el
control básico y aplicar las nuevas directrices de la
OMS para la gestión programática de la enfermedad
en su modalidad fármaco resistente.
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