Para aislar y probar la eficiencia de péptidos
bloqueadores del paludismo o malaria en mosquitos que transmiten
esa enfermedad al ser humano, el doctor Lourival Domingos Possani
Postay, investigador emérito del Instituto de Biotecnología
(IBt) de la UNAM, obtuvo un donativo de cien mil dólares
de la Fundación Bill y Melinda Gates.
El trabajo del científico universitario, titulado
“Bloqueadores de canales de potasio para el control del
paludismo”, se centra en utilizar un péptido ya
identificado del veneno de alacrán, llamado Escorpina,
para bloquear los canales iónicos de potasio y así
detener el paso del parásito Plasmodium al mosquito
Anopheles, que al picar al ser humano transmite la
enfermedad.
“Encontramos la estructura de la Escorpina muy
parecida a las toxinas que bloquean los canales de potasio.
Con la utilización de enzimas rompimos la molécula
de ese péptido a la mitad y descubrimos que una parte
tiene acción antimicrobiana, mientras otra podría
ser semejante a las toxinas que bloquean esos canales iónicos.
La sorpresa fue comprobar que sí bloquean los canales
de potasio. Entonces la Escorpina puede detener la transmisión
del paludismo entre el parásito y el mosquito vector”,
resumió Possani.
El proyecto resultó uno de los 76 seleccionados
entre 3 mil propuestas provenientes de 16 países de los
cinco continentes, y el único mexicano en obtenerlo.
En la investigación también colaboran
los doctores Enrique Reynaud Garza, del IBt, y Humberto Lanz
Mendoza, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
El financiamiento para un año forma parte del
programa “Donativo para Exploración de Grandes
Retos para Investigación Innovadora en Salud Global”,
que elige proyectos innovadores con estrategias originales para
enfrentar enfermedades mundiales como el VIH-sida, tuberculosis,
dengue y el paludismo o malaria, que afectan con más
intensidad a países en desarrollo en zonas tropicales
y subtropicales del mundo.
“Los ganadores de estos donativos muestran el
pensamiento audaz que se necesita para resolver los mayores
retos globales en el área de la salud”, dijo el
doctor Tachi Yamada, presidente del Programa de Salud Global
de la Fundación Gates.
“Estoy muy entusiasmado por las ideas de estos
investigadores y espero ver que algunos de estos proyectos exploratorios
se conviertan en descubrimientos que salven vidas”, añadió
Yamada tras el otorgamiento del donativo.
Escorpina y canales de potasio
La idea de utilizar péptidos purificados —moléculas
formadas por la unión de varios aminoácidos, aunque
en menor cantidad que las proteínas— surgió
de estudios anteriores de Possani y sus colaboradores, quienes
habían descubierto propiedades antimicrobianas en algunos
de ellos provenientes del veneno de alacrán.
“Hace unos años, con Mario Henry Rodríguez,
actual director del Instituto Nacional de Salud Pública,
buscamos entre los componentes del veneno de alacrán
péptidos antimicrobianos que pudieran inhibir el desarrollo
del parásito Plasmodium que causa el paludismo.
Luego con un estudiante, Renaud Conde, encontramos que el péptido
Escorpina (nombre derivado de escorpión, que en griego
significa alacrán) era también antipalúdico”,
detalló Possani.
Los investigadores analizaron la estructura de la Escorpina
e identificaron sus partes con estructuras y funciones diferentes:
una antimicrobiana y otra antipalúdica, muy semejante
a las toxinas que reconocen los canales de potasio, proteínas
de la membrana celular que gobiernan la excitabilidad de la
célula.
“El veneno de alacrán desequilibra iónicamente
al parásito Plasmodium y causa que sea inviable
su transmisión”, señaló el investigador
emérito de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI).
Mosquitos transgénicos
Aunque la investigación financiada por la Fundación
Gates será para aislar y comprobar la eficiencia de la
Escorpina para controlar la transmisión del paludismo,
en una segunda etapa Possani y sus colaboradores pretenden avanzar
hacia un fármaco de origen biotecnológico.
“La idea es sintetizar el péptido Escorpina
y generar un mosquito transgénico que excrete esa sustancia
en la saliva cuando pique a una persona, pues así se
inhibirá la transmisión del paludismo”,
dijo Possani.
Hace un tiempo, Possani y Enrique Reynaud desarrollaron
un modelo transgénico de Drosophila melanogaster,
o mosca de la fruta, el modelo más utilizado en biología.
Con esa experiencia, en el futuro desarrollarán
un mosquito Anopheles transgénico. Para lograr
este objetivo, cuentan con la colaboración de Humberto
Lanz, del INSP, quien tiene un cultivo de mosquitos transmisores
del paludismo.
“Con el trabajo multidisciplinario logramos este
donativo, y queremos avanzar hacia un método que detenga
la transmisión del paludismo”, finalizó
Possani.
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