En el mismo lugar que fue sede del Santo Oficio, en
el actual Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM, se inauguró
la muestra Cárceles de la Inquisición. Procesos
y Tormentos, primicia mundial que engloba la historia de
esa institución medieval.
Se abrió un espacio para hacer un repaso histórico
y cuestionar si realmente está lejos ese pasado, que
pudiera parecer remoto y oscuro.
La exposición, inaugurada por el director de
la Facultad de Medicina (FM), Enrique Graue Wiechers, está
ambientada como un sótano de tortura, con figuras de
resina hechas ex profeso para esta muestra por expertos italianos
y españoles, que ilustran algunos de los tormentos usados
por la institución fundada en Europa, por el decreto
Ad abolendam del Papa Lucio III, en el año 1184.
Con videos e ilustraciones, los visitantes conocen
cómo se organizaba el proceso inquisitorial y las torturas
más usuales: el potro o el suplicio de la rueda, así
como las penas máximas de muerte en la hoguera y por
garrote.
Se narra cómo se colocaba al prisionero en conspectum
tormentorum, es decir, a la vista de los instrumentos de
tortura; se le explicaba la función y daño que
ocasionaban, antes de iniciar el interrogatorio.
Atados ante los implacables verdugos, con frecuencia
con el rostro enmascarado o cubierto por una capa, los acusados
esperaban mientras observaban, por ejemplo, cómo se calentaban
los hierros al rojo vivo, se probaban las ruedas de tortura
y se engrasaban los mecanismos para ser usados en sus propios
cuerpos.
En ocasiones, esa acción era suficiente para
inducir al atemorizado reo a confesar.
Víctor Isamat, organizador y coordinador de
la muestra, expuso que en 1985, en España, se realizó
un primer proyecto de exposición referente a la Inquisición,
en la Posada de la Santa Hermandad de Toledo. A partir de entonces
“se ha ido desarrollando esta idea, hasta llegar a Cárceles
de la Inquisición... para la cual se estudió
su parte más oscura y secreta, y así dar una amplia
cobertura y significado a los procesos que efectuó”.
Luego de agradecer el apoyo de la Rectoría y
de la Facultad de Medicina de la UNAM para traer al público
mexicano esta historia, el experto español mencionó
que como parte de la exhibición habrá venta de
videos y libros.
La historiadora Evelyn Valle Fuentes, integrante del
“Museo Criminale Medioevale. Exposiciones Culturales”,
aseguró que el objetivo principal de la muestra no es
enjuiciar, sino “reflexionar en torno a nuestros tiempos,
y preguntarnos si aún hoy actuamos como inquisidores
de otros seres humanos”.
Otro propósito es que los asistentes conozcan
por qué una institución religiosa se enfocó
a dar tormento y muerte, a castigar a quienes tenían
ideas opuestas a un régimen autoritario como lo fue,
por ejemplo, la monarquía española, y cómo
la misma se convirtió en un instrumento de control social.
En la exposición se señala que la Inquisición
en su primera fase, llamada medieval, que duró hasta
mediados del siglo XIV, fue en contra de los cristianos protestantes,
los cátaros (que proponían una dualidad creadora,
Dios y satanás) y los valdenses. Actuó en el sur
de Francia, en el norte de Italia y hasta Alemania, donde los
reformistas de Lutero la hicieron suya.
El organismo inquisitorial, propiamente dicho, fue
instituido por el Papa Gregorio IX en 1231, cuando con la bula
Excommunicamus redujo la autoridad de los obispos y
colocó a los inquisidores bajo una especie de jurisdicción
papal.
Por su parte, la Inquisición española
se fundó en 1478, para ocuparse los llamados “marranos”,
judíos que se habían convertido al cristianismo,
y de los moriscos, conversos del Islam. A los pocos años
de su creación, se convirtió en un instrumento
en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los
religiosos de la orden dominica actuaron siempre como sus funcionarios.
La última inquisición, llamada “romana”
o Santo Oficio, fue fundada en 1542 y activada para detener
la expansión del protestantismo. Es la única existente
hoy en día: en 1965 se le renombró Congregación
para la Doctrina de la Fe.
En México, en 1535, se expidió el título
de inquisidor apostólico al primer obispo, Juan de Zumárraga.
No obstante, 1571 se considera oficialmente como el año
del establecimiento del Santo Oficio en nuestro territorio;
dependía directamente del Consejo de la Suprema y General
Inquisición de España.
Funcionó para los españoles, criollos,
mestizos, africanos, mulatos, asiáticos y europeos en
general. Y los delitos en que ponía atención eran
la blasfemia, amancebamiento, fornicación, sodomía
y poligamia; también a la impresión y comercio
de libros.
En 1812 las cortes generales y extraordinarias decretaron
en España la abolición de la Inquisición;
el decreto se pronunció en la Colonia un año después.
Sin embargo, quedó definitivamente abolida hasta 1820.
Hoy, los visitantes a la antigua Escuela de Medicina
pueden conocer cómo fue el infierno de la tortura de
aquellos tiempos, como tener una enorme vela encendida en la
boca, con la cera escurriendo por la cara, o de la muerte en
la hoguera, que muchas veces era por asfixia a causa del humo,
y no por el fuego en sí.
Como parte de la ceremonia inaugural, se presentó
un fragmento de la obra de teatro “Anjou. Un cuento de
horror”, ambientada en la misma época de la Inquisición.
Cárceles de la Inquisición. Procesos
y Tormentos estará abierta al público todos
los días de 10 a 18 horas.