La caída del producto de este año
será de 7.4 por ciento, superior a la de 1995, que
fue de 6.2, pero la tasa de desempleo será menor,
pronosticó el coordinador del Centro de Modelística
y Pronósticos Económicos(CEMPE) de la UNAM,
Eduardo Loria Díaz de Guzmán.
En la tercera reunión del CEMPE de la Facultad
de Economía, Loria Díaz de Guzmán,
Hernán Sabau García del despacho SAI y Hugo
Contreras Sosa del Seminario de Credibilidad Macroeconómica
(SCM) de la misma facultad presentaron el pronóstico
respectivo.
La magnitud de esta crisis, comentó, ha
dejado manifiestos los enormes problemas estructurales de
nuestro país, que se han acentuado en los años
anteriores, además de que el comercio exterior depende,
de manera central, de la economía estadounidense.
El investigador y profesor de la FE, indicó
que existen múltiples factores en los efectos de
la recesión entre EU y la que resiente México.
Uno de ellos, comentó, es la enorme dependencia de
nuestra producción interna de las importaciones;
elemento que se ha exacerbado de manera determinante y ha
limitado la posibilidad de que el mercado interno sea un
motor de desarrollo.
De 1995 a 2005, reveló, el coeficiente de
importaciones a oferta agregada ha crecido sostenidamente
desde que México se insertó en la globalización
y salvo en los años de recesiones, se ha reducido
o detenido.
La única opción es esperar a que
la economía del norte consolide la recuperación
y que nos arrastre. En las condiciones actuales, no se observa
ningún otro factor de dinamismo, a lo que se le tendría
que agregar la crisis fiscal que tenemos encima y que cualquiera
de las políticas para enfrentarla, tendrá
efectos negativo a corto pazo.
Ahora bien, precisó, un escenario poco optimista
es que internamente se puedan generar condiciones favorables
del crecimiento, mismas que se piensa, ya no dependen de
la estabilidad macroeconómica, sino de la vinculación
adecuada de lo que llamó tres arenas o espacios de
decisión, acción y reacción: la política-política,
los acuerdos institucionales y la economía.
El primero de ellos debe convertirse en un factor
de crecimiento y no de disenso y estancamiento económico
e institucional y ello se logrará en la medida que
se lleguen a acuerdos básicos.
En estos momentos, resaltó, esta medida
es la más importante y la única que puede
lograr que las otras dos se vinculen y sean funcionales.
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